El día 3 de enero del 2022 mediante sobre vuelo de rutina en aguas del Mar Caribe, unidades de guardacostas de la marina Norte Americana detectaron un narco submarino que transitaba en dirección noroeste, aparentemente alejándose de las costas venezolanas, y tras el cual se desplego un operativo para darle persecución y captura.
Tras una semana de maniobras navales y de rastreo, en las cuales actuaron la marina y la fuerza aérea, lograron dar alcance a la embarcación, en lo que podría considerarse una verdadera cacería ya que en varias ocasiones el sumergible logro evadir las unidades que le daban persecución.
Como resultado se dio la captura del sumergible, la incautación de cuatro toneladas de cocaína de alta pureza, y la detención de sus cuatro tripulantes. Respecto al destino de la carga se pudo establecer que esta pretendía alcanzar el mercado europeo, y tenía por punto de embarcación Venezuela, más era de origen colombiano.
Aunque la mayoría de la información al respecto es materia de investigación se sabe que el narco submarino estaba dotado de tecnología de grado militar, con equipos de última generación, gracias a los cuales estuvo a punto de evadir el cerco marítimo organizado por las autoridades, hecho que sorprende y evidencia el esfuerzo de estas mafias para prevalecer ante las complejas exigencias que actualmente implica el narcotráfico.
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