Cada vez son más las marcas que siguen apostando por la electrificación de su gama, ya sea mediante hibridación o sistemas eléctricos puros, sin asistencia. Las ventas del primer tipo de vehículos crecen exponencialmente en nuestro país; no ocurre lo mismo con las del segundo: el año pasado se matricularon 24.000 automóviles, lo que corresponde solo a un 2,8% de cuota de mercado.
Lo que está claro es que cada vez tienen más aceptación y es más amplio el número de personas que se decanta por ellos. Actualmente España cuenta con un parque de coches eléctricos que ronda las 70.000 unidades.
Por ese motivo creemos que es importante saber cómo es la ITV de los coches híbridos y eléctricos y las diferencias que existen con la de los coches movidos únicamente por un propulsor de explosión.
La asesoría jurídica Pyramid Consulting informa de que indistintamente del tipo de motor y del fin -comercial o particular-, es al cumplir los cuatro años de la matriculación cuando ha de pasarse esta inspección técnica.
La principal diferencia entre un coche eléctrico y uno híbrido están en las pruebas de gases y ruido. Obviamente al tratarse de un eléctrico, no se hace ni el primero ni el segundo de los test. Sí es obligatorio pasarlo en el caso de los híbridos, tanto enchufables como no enchufables, ya que equipan un motor de combustión.
En la gran mayoría de casos de este último tipo, al arrancar el coche, entra en funcionamiento el modo eléctrico. Por ese motivo, los inspectores tienen que guiarse por los protocolos que marque el fabricante.
Y si hablamos del precio, cabe señalar que el de un vehículo eléctrico y el de un híbrido enchufable o no enchufable con motor de gasolina, en la mayoría de las comunidades, es el mismo, aunque existen casos como el de Andalucía y Castilla y León en los que en los eléctricos hay una rebaja considerable (11,91 y 13,13 euros, respectivamente).
Sí aumenta cuando se trata de una propulsión hibridada con un motor de gasóleo.
Es importante recordar que en España, la ITV depende de las comunidades autónomas, excepto en la Comunidad de Madrid y en Murcia, que están liberalizadas -Extremadura tiene un modelo mixto-.
Y al igual que un coche de combustión, ha de llevarse la pegatina en el parabrisas, si no puede ser multado con 200 euros. Asimismo, en el caso de tener un resultado desfavorable, se tiene un plazo máximo de dos meses y solo se podrá mover el vehículo para desplazarse al taller o al centro de inspección.
Este artículo fue publicado en Autobild por Hugo Valverde.
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