No es extraño que las aplicaciones recopilen datos, de hecho, es algo a lo que los usuarios acceden en cierta medida por utilizarlas. Pero antes de que empiecen a recopilar los datos, las aplicaciones avisan de que van a hacerlo. No lo hacen de forma explícita, pero sí de forma implícita solicitando acceso a ciertos permisos.
Y, es que, el hecho de que una aplicación pida acceder, por ejemplo, al almacenamiento o a la cámara, indica que podrá, o no, recopilar ciertos datos de su funcionamiento. Estos datos no suelen ser información directa del usuario, más bien son estadísticas o, mejor dicho, códigos que indican cómo se interactúa con la aplicación.
El problema llega cuando aplicaciones de Google recopilan datos sin avisar de ello y sin dar una opción para que dejen de hacerlo. Vamos, los de Mountain View habrían estado incumpliendo una serie de políticas que aseguran la privacidad de los usuarios y, sobre todo, el uso de los datos de una manera segura.
Lo que se ha visto gracias a la investigación de Douglas Leith y que se ha hecho eco por la publicación de The Register es que, solos dos aplicaciones serían las culpables de esto, estas apps en concreto son la de mensajes y la de teléfono. Sí, dos aplicaciones que parecen completamente inofensivas y que millones de usuarios tienen instaladas.
Además, de que estas aplicaciones suelen venir ya preinstaladas dentro de los dispositivos móviles. En este informe lo que se ha concluido es que ambas aplicaciones enviarían información a Google, ¿qué tipo de información? El registro de las llamadas, incluyendo la fecha de la llamada y la duración de la misma.
Esto no sería todo lo que recopilaría la aplicación de llamadas. También se ha visto que se registrarían los números. Mientras que la aplicación de mensajes enviaría una especie de contexto del mensaje lo que permitiría vincular tanto al remitente como al receptor del intercambio de los mensajes.
En ambos casos estos datos son una violación de la privacidad de los usuarios y, sobre todo, supone cierta hipocresía por parte de Google. La compañía tiene unas normas tan rígidas para las aplicaciones de terceros en cuanto a la recolección de datos, pero parece que a nivel propio no hacen mucho o no se ven directamente influenciados por ellas.
Habrá que ver si Google toma medidas en este asunto o si se excusa detrás del hecho de que el propio sistema Android avisa a los usuarios de que recopilará ciertos datos para mejorar la experiencia general. Por el momento lo único que queda es esperar para comprobar lo que hacen los de Mountain View.
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