La vainilla, como otras especias, es un producto valioso, y como tal, está expuesto a fraudes y engaños. La subida de los precios en este tipo de productos debido a su escasez, complicaciones a la hora de cultivo y dificultad para traerla de países como Madagascar, ha aumentado todo tipo de estafas.
La OCU ha procedido a realizar una amplia investigación sobre este producto para concretar si realmente lo que encontramos en los supermercados es realmente vainilla. Analizaron 22 muestras y llegaron a la conclusión de que una de cada cuatro muestras de vainilla incumplía la normativa.
Se llegaron a estas conclusiones por diferentes motivos:
- Muchos supermercados vendían vainilla ya usada, es decir, ya había sido empleada para extraer sus características de aroma y sabor y las volvían a poner en venta tras impregnarlas con olor a vainilla.
- Otros empleaban falsa vainilla generada por procesos biotecnológicos.
- Empleaban caramelo de sabor a vainilla para de nuevo impregnar la vaina falsa.
En Francia, la Dirección General de la Competencia, Consumo y Represión de fraudes ha comprobado que los engaños para hacer pasar por vainilla natural lo que no es están a la orden del día.
En este país, que realizó la investigación antes que nosotros, los expertos investigaron a productores de vainas, extractos, sabores naturales de vainilla y vainilla natural en estado puro. Por otro lado, las autoridades del país también centraron la atención en importadores, distribuidores, minoristas y empresas alimentarias, a fin de conocer la magnitud del frade.
Los resultados fueron similares: vainilla gastadas o ya utilizadas, vainas en una fórmula química que les confería olor y sabor....solo una de las muestras cumplía la normativa ya que estaba etiquetada como concentrado de vainilla. Esto en la investigación de la OCU no se ha encontrado.
A este paso, se hace bastante probable que pronto la vainilla sea incluida en la lista de alimentos con mayor riesgo de fraude en el mundo.
0 Comments:
Publicar un comentario