En la agonía del juego, el delantero cordobés empató de cabeza en un centro de Yesus Cabrera. Sacó la casta goleadora. Cuando más se le necesitaba, cuando el tiempo se extinguía y la derrota estaba encima, Miguel Borja se sacudió, impuso su fuerza y mostró su jerarquía para anotar el gol que salvó a Junior de una caída ante Deportivo Cali, anoche en el estadio del cuadro azucarero, en la jornada 15 de la Liga.
Yesus Cabrera salió del banco para darle luz a un equipo que andaba en tinieblas y enviar el centro que hizo resurgir el poder anotador del atacante cordobés. Así se rescató un punto que se estaba fugando tras el gol de Kevin Velasco a los 63 minutos de juego.
De entrada, los ‘Tiburones’ quitaron la tranca que llevaron a Argentina y salieron a jugar en el gramado del escenario de los ‘Azucareros’.
Al menos la disposición no era ultradefensiva como ante Unión de Santa Fe, en la Copa Sudamericana. Había intenciones de buscar el arco contrario, otra cosa es que no existiese la serenidad, calidad e inspiración para penetrar por las bandas o por el centro, para elaborar jugadas, para encarar, para lanzar un centro, para mandar un pase en profundidad, para proponer una pared, para inventar una jugada de real peligro.
Tampoco había eso en el local. Su cerebro, Teófilo Gutiérrez, quien recibió una ‘caricia’ de Didier Moreno en su tobillo derecho cuando apenas transcurrían cinco minutos de juego, caminaba la cancha y apareció muy esporádicamente.
Los bombillos estaban apagados en ambas escuadras y reinó la pierna fuerte, las faltas constantes. Didier Moreno y Daniel Giraldo, sin ductilidad y sapiencia para sacar al equipo desde el fondo, lideraban eso de interrumpir permanentemente el juego con infracciones innecesarias. Cometieron varias cerca a la portería, aunque al final de cuentas el cuadro verde no las aprovechó.
Treinta minutos se tardaron los equipos para entregar una emoción a los espectadores. Miguel Borja, huérfano de pases, se rebeló y rentabilizó una jugada en la que recibió de espaldas al arco y con la marca encima de Guillermo Burdisso. Protegió la pelota, consiguió voltearse y remató fortísimo al ángulo superior izquierdo de Humberto Acevedo, que intervino y envió el esférico al córner.
En ese tiro de esquina, a Jorge Arias se le ocurrió un taquito en el primer palo y por poco sorprende a Acevedo.
Con esas dos únicas jugadas de riesgo se desvanecía el primer tiempo hasta que el árbitro Wílmar Roldán sancionó como penalti una acción en la que Gabriel Fuentes acude al cierre ante una incursión por derecha de Michel Torres. El lateral fue con vehemencia ante la pelota que protegía el jugador del Cali y el juez central pitó falta.
La única oportunidad clara del Cali para anotar la tomó el argentino Agustín Vuletich y se quedó en las manos de Sebastián Viera. El uruguayo ahogó el grito anfitrión de gol desde los doce pasos.
Ya en la segunda etapa, los dirigidos por el técnico Juan Cruz Real salieron con mayor determinación y en los primeros minutos provocaron dos acciones de riesgo por derecha con encares de ‘Cariaco’ González y Cetré.
Sin embargo, Rafael Dudamel, técnico del Cali, se avivó, sustituyó a Teófilo y a Vuletich, que deambulaban en la cancha, por Michael Ortega y Carlos Lucumí.
Ortega, en la primera pelota que tocó, empezó a tejer una jugada por izquierda, recibió, eludió a Jorge Arias y envió un ‘pase de la muerte’ a Kevin Velasco, que aprovechó con un potente remate que la zaga ni el arquero de Junior pudieron frenar.
Un gol que bastaba para vencer a un Junior que se desinfló. Terminaba totalmente desordenado con la serie de cambios desesperados que implementó Cruz Real tratando de conseguir una reacción y el empate.
No obstante, todo era en vano. Dudamel hizo modificaciones defensivas y le estaban resultando porque Junior solo había tenido una oportunidad de igualar tras una pifia de Jorge Marsiglia. La pelota le quedó a Borja y el atacante remató rasante a las manos del portero
Empero, Junior no se rindió y en la agonía se pellizcó un poco más. Cuando el cronómetro marcaba el segundo minuto de los cuatro de adición, Yesus Cabrera, que es de lejos el volante más claro del equipo, aunque increíblemente no siempre es titular, envió un buen centro desde la derecha y Borja, con todo y que Burdisso lo estaba agarrando, se levantó con fuerza y metió un certero cabezazo que dejó sin chance a Acevedo y salvó un punto importante.
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