Los pingüinos son uno de los seres vivos más fascinantes de la naturaleza. Tienen muchas peculiaridades, y una de ellas es que... apenas pueden saltar.
Quizá por eso, a modo de justicia divina (o tecnológica), un grupo de ingenieros japoneses de la empresa de dispositivos de oficina, Ricoh, ha decidido crear los pingüinos robot saltarines más rápidos del mundo.
Como podemos ver en este vídeo, cinco peluches de pingüino agrupados en forma de X (por eso se llaman el equipo Penta-X), consiguen saltar a la comba 170 veces en un minuto:
¿Cómo han llegado unos ingenieros profesionales a enfrentarse a este tipo de récords?
Todo parte de una idea de la empresa Ricoh, famosa por sus impresoras, fotocopiadoras y proyectores. La marca japonesa organiza de vez en cuando concursos en donde reta a sus trabajadores a superar diferentes desafíos.
En este caso se trataba de superar un reto usando juguetes, y tecnología que la empresa emplea en sus impresoras.
Un grupo de ingenieros decidió batir el récord Guinness de un robot saltando a la comba. Para ello cogieron 5 peluches de pingüinos y los colocaron en forma de X.
La razón es que, para hacer que salten, han usado lo que se conoce como yugo escocés intermitente, un mecanismo que cambia el movimiento de rotación en movimiento lineal, y permite obtener una fuerza de salto alta y estable. Girando los brazos, los robots obtienen la fuerza para saltar.
Los pingüinos llevan en su interior bolas de espuma, que dispersan la energía, para mantener el salto estable.
Usando un sensor reflectante que se emplea para la detección de papel en una impresora, el sensor se ha reprogramado para detectar el movimiento de la cuerda.
Después, por medio de pruebas de giro de la comba, un algoritmo calcula el momento en el que los pingüinos tienen que saltar cuando el sensor detecta la cuerda, para poder superarla.
Usando toda esta tecnología, el equipo de pingüinos robot Penta-X ha conseguido dar 170 saltos a la comba en un minuto, como se ve en vídeo. Un nuevo récord Guinness.
No parece sencillo superarlo, aunque estos ingenieros se han puesto como objetivo llegar a los 240 saltos por minuto. ¡Eso sí que es afán de superación!
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