noticias /life/hora-barata-gasolina-1058739" target="_blank" title="A qué hora es más barata la gasolina">Todo el mundo quiere ahorrarse unos euros en cada visita a la gasolinera. Es normal, jamás había estado tan cara como ahora, y eso nuestro bolsillo lo tiene que soportar pese a que nuestros sueldos no hayan subido.
Para ahorrarte esos euros, es posible que hayas probado técnicas como: noticias /motor/estas-son-gasolineras-han-decidido-rebajar-precios-descuentos-25-centimos-litro-1035943" target="_blank" title="Estas son las gasolineras que han decidido rebajar precios: descuentos de hasta 25 céntimos por litro">hacerte socio de las gasolineras, compartir el coche con los compañeros del trabajado, apagar el aire acondicionado aunque estemos en pleno varo...
Pero ¿apagar el aire acondicionado mientras se conduce ayuda a ahorrar gasolina? Vamos a ver si este truco, más viejo que muchos de nosotros, es real o tan solo un mito sin fundamento.
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David Bennett, director de sistemas de reparación de la Asociación Americana del Auto móvil (AAA), explicó este fin de semana que el aire acondicionado de tu coche supone más trabajo para el motor, lo que se traduce en un mayor consumo de gasolina.
Sin embargo, el uso es tan pequeño que la mayoría de la gente no lo notaría. Además, el diseño y la configuración específicos de tu coche pueden influir en el hecho de que ahorres dinero o no.
Si apagas el aire acondicionado para ahorrar gasolina, es probable que bajes las ventanillas para mantenerte fresco. Pero al hacer esto, lo que haces es aumentar la resistencia y el arrastre de tu coche. Esto hace que tu vehículo consuma más combustible.
Aunque hay algunas excepciones en las que podrás conseguir unos pocos más kilómetros recorridos que con el aire puesto (en ciudad y con las ventanillas muy poco bajadas) no es tan eficaz como reducir la velocidad, compartir el coche con los compañeros o teniendo bien la presión de los neumáticos.
En definitiva, lo mejor es mantener las ventanillas subidas, poner el aire acondicionado a un nivel adecuado (21 grados, ni frío ni calor) y no convertir el coche en una sauna ruidosa solo por querer ahorrar unos céntimos por kilómetro.
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