Se conoció que desde Cali se estaría presionando la salida del secretario de Gobierno, Jorge Gallego, y que, aunque el secretario de Movilidad, Henry Osorio, habría presentado su renuncia, el alcalde no han encontrado quien acepte remplazarlo.
Editorial
El actual momento de la administración del alcalde de Tuluá John Jairo Gómez Aguirre es tremendamente nebuloso, su gobierno no solo se encuentra en el ojo del huracán por los últimos hechos de criminalidad que han sacudido al corazón del Valle, sino que no logra conectar con una sociedad que lo ve con desconfianza y desaprueba su pobre gestión.
Cada salida en falso es una nueva afrenta a una comunidad que hoy se siente temerosa y reclama un liderazgo serio y claro, y que esté libre toda duda, pero que se siente confundida ante el devenir de una ciudad que parece que anduviera sin rumbo y sin timonel, dominada por lo que el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal denominó “los verdaderos dueños del poder en Tuluá”.
Primero fue el duro pronunciamiento del ministro de Defensa, Diego Molano, quien, al término de un consejo de seguridad en Cali, indicó que el asesinato de veterano y reconocido periodista Marcos Efraín Montalvo Escobar, estaría relacionado con sus denuncias sobre hechos de corrupción en la «Administración Pública».
A esta preocupación se sumaron los llamados que hicieran periodistas del orden nacional y regional y entidades como Reporteros Sin Fronteras y la Unesco, quienes indicaron que el municipio y el Valle se considera «una región especialmente peligrosa para la prensa».
Situación que fue recogida en el terreno por una comisión de la Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, organismo que con su director a la cabeza se desplazó por varios días al municipio de Tuluá para hablar con periodistas locales, lideres sociales y prestantes ciudadanos, trabajo que arrojó las conclusiones que dieron a conocer en un informe publicado el pasado 5 de octubre del presente año.
En dicha comunicación la Flip, expresó que “advertimos nuestra preocupación frente a la ambigüedad que ha mostrado el alcalde de Tuluá, John Jairo Gómez, con declaraciones que le restan relevancia al trabajo y a las denuncias que realizaba Marcos. El alcalde Gómez debe adoptar un discurso público que contribuya a prevenir la violencia contra periodistas”.
Ver informe de la Flip:
https://flip.org.co/index.php/es/informacion/pronunciamientos/item/2800-el-asesinato-de-marcos-montalvo-fue-motivado-por-su-trabajo-como-periodista?fbclid=IwAR2x6jLGJeS22JUehMXChqNIbne5MIOO0367Ab2MtiqkiPsI4FB5y9hpxjs
Este medio conoció que, ante la difícil situación de orden público, la criminalidad desbordada y los pobres resultados de la Administración Municipal para contener la situación, desde Cali se viene ejerciendo presión para que el alcalde Gómez Aguirre remueva de su cargo al coronel (R) Jorge Gallego Chávez, quien se viene desempeñando desde el inicio de este gobierno como secretario de Gobierno, Convivencia y Seguridad.
Otro que tendría sus días contados en el gobierno de la gente para la gente es el director de Movilidad y Seguridad Vial, Henry Osorio Cárdenas, a quien le habrían pedido la carta de renuncia hace más de un mes ante los fuertes señalamientos que se han registrado durante su gestión, algunos hechos en sus redes por el propio Montalvo Escobar, Q.E.P.D.
Fuentes cercanas a la secretaría de Tránsito, indicaron que Osorio Cárdenas debía separarse del cargo el pasado viernes, pero que la transición no se ha podido dar debido a que no han encontrado una persona que acepte dirigir dicho organismo que hoy está envuelto en demasiados casos de supuesta corrupción.
Con este panorama y una ciudadanía sumida en la desesperanza y el miedo el Mandatario local se prepara para recibir una comisión del Congreso de la República que adelantará una sesión especial en el municipio para intentar conocer de primera mano lo que acontece en la Villa de Céspedes y buscar salidas que restablezcan la autoridad y la seguridad ciudadana.
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