VIOLAR LA LEY NO ES UN DEPORTE

Los piques ilegales de motocicletas no son un deporte, es una conducta que violenta normas y leyes del orden nacional, alterando la convivencia ciudadana y colocando en riesgo la vida de terceros.

Editorial

En toda sociedad civilizada las normas se expiden con el propósito de buscar un equilibrio entre las libertades individuales y la convivencia en comunidad, de manera que se garanticen los derechos de todos a través del ejercicio de la autoridad y la correcta y eficiente aplicación de la justicia.

Los gustos e intereses personales jamás pueden prevalecer sobre el interés general y nada puede justificar el incumplimiento de las normas y las leyes; intentar justificar lo injustificable con argumentos falaces y carentes de sustento solo denota ignorancia, falta de educación y desprecio por la ley y el prójimo.

Bloquear la salida de buses del Terminal de Transporte, movilizarse en hordas por las calles de la ciudad, violando todas las normas de tránsito, fastidiar con el ruido a habitantes de barrios residenciales (adultos mayores y niños) y limitar la movilidad de los estudiantes de la Uceva y ciudadanía en general, es una conducta inaceptable, pues violenta los derechos del otro a su tranquilidad e integridad, colocando incluso en riesgo su vida.

Pretender restarle importancia a esta grave problemática, que en el pasado incluso ocasionó la muerte de inocentes, con el argumento que la ciudad además sufre de sicariato, extorsiones, microtráfico y la presencia de bandas criminales, entre otros graves problemas, es francamente pueril e irracional.

Afirmar además que los desadaptados sociales que salen a la calles a violar las normas por deporte y la falta de autoridad en el municipio, lo hacen por carecer de un espacio para esta práctica es tan absurdo como justificar al ladrón de celulares porque no tiene un dispositivo celular, al sicario por la falta de oportunidades laborales o al violador de niños porque quería copular y no tenía pareja.

No señores, aquí y en cualquier parte del mundo las leyes se hicieron para cumplirlas, aceptar que una minoría puede hacer lo que le de la gana pasando por encima de la inmensa mayoría de tulueños que son gente buena, educada y respetuosa de la ley, solo deja en evidencia la decadencia de una parte de la sociedad que se comporta como verdaderos orates.

En cuanto a la responsabilidad del alcalde John Jairo Gómez Aguirre y su secretario de Gobierno, coronel (R) Jorge Gallego Chávez, frente a esta preocupante situación, es llover sobre mojado, ya es bien sabido que el manejo de la ciudad les quedó grande y que los tulueños resignados solo cuentan los días para que cese la horrible noche.

About Jose Alexis Correa Valencia

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