Una de las claves de éxito de las criptomonedas es la posibilidad real, aunque no tan fácil como piensan algunos, de hacerse millonario. Y eso puede ser un problema para las personas con tendencias a la adicción.
Esta entrevista no pretende ser una crítica a las criptomonedas, ni queremos tacharlas de adictivas. No lo son más que las acciones, la Bolsa o las tragaperras. Aunque su mayor facilidad de acceso, el mayor riesgo y ganancia, y el bombardeo mediático, las hacen más peligrosas para las personas con tendencias a la adicción.
La periodista Lisa Hanley, de Business Insider, ha entrevistado a un adicto al Bitcoin, que ha preferido mantenerse en el anonimato, y que actualmente está internado en una clínica de rehabilitación de Escocia. Es la historia de cómo su adicción a las criptomonedas le llevó de ganar más de 100.000 euros al año en un trabajo seguro, a perderlo todo.
Este anónimo paciente británico siempre ha sido adicto a algo, y eso quiere dejarlo claro desde el principio. A los 16 años ya tomaba drogas y alcohol y a los 21 años llegó a pasar por la cárcel, por tráfico de estupefacientes.
Pero consiguió encauzar su vida, y con 30 años trabajaba de minero de túneles y ganaba 109.000 euros al año. Como él mismo dice: "si hubiera invertido mi dinero sabiamente con un asesor financiero y un corredor de Bolsa, a los 60 años hubiese ahorrado 1 millón de libras".
Pero su tendencia a estar siempre enganchado a algo, fue su perdición. Su adicción a las drogas la sustituyó por la adicción a las acciones, en 2009, hasta que en 2015 descubrió las criptomonedas: "fue como ver nacer una empresa, como una firma petrolera recién creada que saca oro negro".
Este adicto al Bitcoin no se comformaba con comprar y vender. Dedicaba horas y horas a hacer completos analisis de datos.
Tenía claro que la cotización del Bitcoin subía y bajaba como una cordillera de montañas, y mediante el análisis de datos creía que podría predecir cuándo el precio subiría y bajaría, para comprar barato y vender caro.
Pero esta obsesión por predecir la evolución del Bitcoin, agravó aún más su adicción. Se pasaba horas y horas, día y noche, analizando datos, comprando y vendiendo bitcoins, mientras volvía a fumar cannabis. Solo se acordaba de comer cuando le rugía el estomago.
Su familia veía su deterioro, pero siempre les repetía: "No os preocupeís por mí, pronto todos seremos millonarios".
Ese deseo nunca se cumplió. Pilló una mala racha del bitcoin y no pudo vender más caro de lo que había comprado. Acumuló deudas, y perdió su trabajo cuando le diagnosticaron autismo y un problema de adicción creciente. Cuatro años después de descubrir el bitcoin, en 2019, estaba completamente arruinado.
"Perdí mi integridad, mi confianza y mi patrimonio. Estaba tocando fondo, impotente ante todas mis adicciones. Finalmente, acabé pensando en el suicidio", explica en Business Insider.
Su familia le convenció para ingresar en una clínica de rehabilitación en Escocia, en donde lleva más de un año.
Termina la entrevista con un aviso: "Si eres como yo, y te estás drogando con el riesgo de las apuestas elevadas mientras estás acribillado por el miedo y el arrepentimiento y la inseguridad sobre la siguiente operación, te diría que pares. Analiza tu autoestima antes de perseguir millones. Busca ayuda. Asiste a reuniones. Y deja de jugar".
Un sabio consejo que se aplica no solo a las criptomonedas. También a la Bolsa, las inversiones, o las apuestas. Por desgracia, él lo descubrió demasiado tarde.
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