El coche autónomo es una de las grandes promesas de la movilidad. En ello están trabajando desde tecnológicas como Alphabet (con Waymo), Baidu con sus robotaxis, fabricantes tradicionales del sector automotor como Nissan, General Motors o Volkswagen e incluso Elon Musk asegura que serán la clave para justificar la estratosférica cotización bursátil de Tesla.
Muchos de esos proyectos prometen beneficios para la movilidad. El principal es reducir los accidentes de tráfico y rebajar la contaminación en las ciudades.
Sin embargo, un estudio realizado en Estados Unidos pone en duda este segundo objetivo: la prueba consistió en dar a una serie de familias vehículos con conductor para simular la experiencia de un coche autónomo y el resultado fue que los viajes en coche aumentaron de forma importante, un 60% de media, así como se redujeron el uso de otros medios, como la bicicleta o el transporte público.
El experimento, liderado por investigadores de la Universidad de Berkeley y la de California Davis, ambas en Estados Unidos, se hizo con 43 hogares en Sacramento (California) a los que se ofreció un coche con chófer privado por una o dos semanas, con el objetivo de emular la experiencia que tendrían si tuvieran un vehículo autónomo.
Los científicos midieron sus hábitos de movilidad antes, durante y después de contar con el vehículo.
Los resultados del estudio son demoledores: los hogares aumentaron sus viajes en coche un 60%, la mitad de ese incremento debido a los desplazamientos en los que el coche retornaba al domicilio sin pasajeros para evitar pagar plaza de parking o tasa de estacionamiento después de dejar a los dueños en su destino.
Además, las familias utilizaron este coche autónomo para sustituir viajes en otros medios, como el transporte público (se redujo un 90%), los servicios de movilidad compartida (un 63% menos), la bicicleta (un 38% menos) e incluso los desplazamientos a pie, que cayeron un 17%, según los resultados del trabajo.
No todos los efectos fueron negativos para la movilidad. La opción de este émulo del coche autónomo benefició de forma muy importante a los hogares con personas de edad avanzada y jubilados, que aumentaron sus desplazamientos más que cualquier otro grupo de edad, un 121% de incremento, y pudieron desplazarse en horarios menos habituales por no depender del transporte público.
Los investigadores que han realizado este estudio concluyen que los legisladores deben "considerar desincentivos o límites a los viajes sin ocupación" como un elemento clave antes de que la conducción autónoma se extienda. Pero también subrayan el valor que tienen para las personas de edad avanzada o las que tienen algún tipo de discapacidad.
Reducir al máximo los viajes sin pasajeros, la clave para la movilidad del futuro
Los resultados del estudio llevan a pensar irremediablemente en que esos datos podrían reducirse si en lugar de tener el vehículo autónomo en propiedad fuera un servicio compartido, pero otro estudio, este del prestigioso MIT de Massachusetts (EEUU) asegura que la presencia estos servicios tiene "un impacto insignificante" en la reducción de la propiedad particular de vehículos.
El trabajo, que utiliza diferentes fuentes de datos de hasta 44 áreas metropolitanas de Estados Unidos combinado con los registros de servicios como Uber y Lyft, está publicado en Nature y refleja otros problemas: la entrada de estos servicios aumentó un 3,5% los kilómetros recorridos en Nueva York y aumentó los retrasos un 69% en San Francisco.
Al mismo tiempo, redujo el uso del transporte público en un 8,9% en las ciudades estudiadas.
Además, este trabajo calcula que al menos un 40,8% de la distancia recorrida por los vehículos de estos servicios se produjo sin pasajeros, un elemento clave para su impacto en la contaminación y en la congestión del tráfico que tendrán que encontrar cómo solventar las grandes compañías que están invirtiendo en este sector.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Miguel Ángel Moreno.
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