Con más de 35 millones de surfistas en todo el mundo, este deporte es un gran negocio. Grandes surfistas invierten en nuevas tecnologías para ver incrementada su experiencia en todos los sentidos.
La ex surfista profesional, Kiana Fores, ha apostado por tabla de surf hidrofoil, también conocida como foilboard. En este caso, estas tablas de surf que tienen una larga barra de fibra de carbono, o mástil, que se extiende hacia abajo desde su parte inferior hasta dos alas submarinas.
Cuando la velocidad y el impulso del mar son suficientes, las alas (también de fibra de carbono) son empujadas por el agua, elevando la tabla de surf. A su vez, muchos foilboards llevan ahora hélices eléctricas integradas en sus mástiles, lo que les da una potencia extra para poder utilizarlos cuando no hay olas.
Por otro lado, cada vez se están haciendo más frecuentes las instalaciones de olas artificiales. La empresa australiana Surf Lakes se prepara para estrenar lo que dice que es lo más grande que ha llegado al sector, literal y metafóricamente.
Aunque la empresa aún no ha abierto ninguna instalación al público, dice que ahora tiene 20 proyectos en desarrollo en Australia, Asia, Europa y Estados Unidos. Sus mayores instalaciones permitirán que 200 personas practiquen el surf al mismo tiempo.
"El verdadero mercado es el 99% de las personas del mundo que nunca han practicado el surf", afirma la empresa. "En los próximos 10 años, el surf podría ser 10 veces más grande que la industria actual". Añade que el sistema de Surf Lakes podría, en teoría, crear olas de 4 metros para las competiciones profesionales de surf.
Finalmente encontramos otro de los grandes problemas de estos deportistas: los tiburones. Para ayudar a prevenir los ataques, Nathan Garrison, lanzó un producto llamado Sharkbanz, allá por 2014. Se trata de un pequeño dispositivo que un surfista puede llevar en su muñeca o tobillo.
Este utiliza imanes para crear un campo electromagnético de unos 2 metros que interfiere con los sentidos del campo eléctrico que un tiburón utiliza para cazar y navegar.
Aunque ahora vende hasta 30.000 Sharkbanz al año, un informe del gobierno de Australia Occidental reveló que la tecnología tiene una tasa de éxito del 65%. Es decir, menos de dos tercios, y en 2016 un surfista en Florida que llevaba el dispositivo necesitó 44 puntos de sutura tras una mordedura.
Como vemos, poco a poco y a medida que más gente se interesa por este deporte tan complejo, las empresas de innovación tratan de resolver algunos de los grandes problemas de estos como su seguridad o la falta de olas para practicar el deporte y así generar una experiencia totalmente satisfactoria.
El post es muy interesante y es que la tecnología llega a todos los ámbitos, el surf es un deporte increíble que sigue creciendo y si lo practicas debes buscar siempre el mejor material.
ResponderEliminar