Concejales quedaron sorprendidos al ver que el licenciado Evert Villegas no pudo responder inquietudes sobre la Secretaría, pese a que solo requería realizar operaciones aritméticas básicas.
Por: Robert Posada Rosero
Desconcertados quedaron los concejales de Tuluá con la actitud del presidente de la Corporación, Diego Fernando Suaza, quien sin proponérselo dejó en evidencia las falencias y el desconocimiento del secretario de Educación, licenciado Ever Villegas, quien no fue capaz de responder una sola de las contra preguntas que le hicieron los ediles.
Aunque en los círculos del CAM ya se venía rumorando que el licenciado “no tenía ni idea dónde estaba parado”, algo que se había hecho visible en las anteriores intervenciones en la Corporación, la sesión del pasado lunes fue la confirmación de lo que hasta hora era un rumor entre funcionarios, contratistas y concejales.
Al licenciado, oriundo del corregimiento de La Marina se le vio descompuesto con las preguntas frente a su cartera y ante su incapacidad de musitar palabra, encontró en el presidente del Concejo, su pupilo político, el salvavidas para evadir la obligación de responder a las preguntas que surgían de las repuestas al cuestionario de control político.
“La actitud del secretario de Educación y del presidente del Concejo fue una absoluta falta de respeto, pues para darnos respuesta solo necesitaba sumar, restar o dividir, pero el licenciado no pudo ni siquiera responder cual fue el porcentaje de deserción del año 2020 en el municipio”, expresó incrédulo el concejal Jorge Castaño.
Ante cada nueva pregunta y la pasmosa posición asumida por Villegas, debía salir precipitado Suaza a manifestar que esa inquietud no estaba en el cuestionario, y así se les fue la sesión, un licenciado incapaz de hablar de educación y un presidente de una Corporación viéndose a gatas para capotear a sus compañeros.
Si bien, en la respuesta escrita número uno, Villegas indicó el número exacto de matriculados del año 2020 y los que se habían matriculado con corte al 10 de marzo del 2021, fue incapaz de señalar cual es la cobertura en educación del municipio con respecto al censo del DANE, ni pudo aclarar cuántos niños se encuentran por fuera del sistema educativo.
Los ingenuos concejales de la Villa de Céspedes se atrevieron a indagar por las estrategias que iba a implementar Villegas desde su despacho para lograr que más niños se matriculen, tanto en el sector público como privado, pero era más que evidente que si no manejaba las cifras mucho menos tendría capacidad para hablar de planes, programas o proyectos del sector educativo.
“No sé que fue más bochornoso, si el desconocimiento del secretario de Educación sobre los temas de su responsabilidad o la desesperación de su concejal por encubrir su incapacidad, los dos dejaron muy mal parada a la administración que representan y defienden”, afirmó el concejal Oscar Oswaldo Gómez.
Otro edil consultado para esta nota se negó a referirse a lo que consideró otro fiasco de la gente para la gente y de la Corporación edilicia, pero remató con una frase contundente, “póngales cero”.
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