El cuerpo de la menor venezonalana fue encontrado sin vida al interior de una habitación arrendada en Santa Rosa de Cabal. El caso fue dado a conocer por la abogada de la víctima y hay un universitario capturado; pero piden que las autoridades den detalles públicamente de todo lo sucedido.
Noticias Colombia.
Los casos de homicidios registrados en los últimos ocho años en Colombia marcan quizá la triste realidad por la que históricamente ha pasado el país desde sus inicios violentos. De estos casos (más de 7.000) hay más de 400 feminicidios y de ellos 277 durante todo el 2021. Muchos de los cuales generaron repudio, indignación y han movido a todo el país a solidarizarse, tal como sucedió con la pequeña Yuliana Samboní en Bogotá; pero otros, como en el caso de Sarai Colmenares, el silencio ha sido profundo.
Su crimen se conoció durante el reciente fin de semana luego de la publicación realizada por El Espectador, en donde la abogada y directora de la Fundación Feminicidios Colombia, Yamile Roncancio reveló otro terrible caso en el que una niña fue víctima de explotación sexual, tortura y asesinato en el municipio de Santa Rosa de Cabal, Risaralda.
Silencio y graves omisiones
Sobre lo que sucedió con la pequeña y todas las situaciones que rodean este indignante caso no es mucho lo revelado por las autoridades. De hecho, se ha conocido gracias a la publicación del artículo.
Además, ha llamado la atención las denuncias por las graves omisiones, silencio y las personas que estuvieron involucradas en el mismo.
Frente a los hechos, reveló el medio algunos detalles.
Dentro de estos se precisa que el aberrante caso de la niña venezonala «guarda patrones similares al de Yuliana Samboní, que sacudió al país hace seis años». Por lo sucedido a Sarai, fue capturado un hombre identificado como Jairo D. L., de 28 años.
Sujeto al que investigan por feminicidio agravado, acceso carnal violento y tortura.
Así mismo, aclaran que el nombre real de la niña era Sarai Colmenares, tenía 12 años de edad y «no se llama Alejandra Ramírez, como aparecía en las cuentas de Facebook y TikTok«.
Cuentas que según lo que se ha conocido y establecido, «no manejaba solo ella«.
En dicho perfiles había fotos y vídeos de la menor «que la mostraban “sexy” y mucho más grande de lo que era. Sus rasgos físicos, en especial la redondez de su cara y su delgadez, delataban rápidamente que era una niña«.
La abogada y el medio detallaron que el acta que resume la inspección del cadáver de la pequeña Sarai fue realizado el pasado lunes 24 de enero pasadas las 10 de la noche.
El terrible hallazgo se dio «en el segundo piso de una residencia en el centro de Santa Rosa de Cabal (Risaralda)».
Sarai «tuvo que migrar forzadamente de Venezuela a Colombia, no iba al colegio, y terminó torturada y violentada sexualmente hasta la muerte hace menos de un mes, sin que la sociedad colombiana se inmutara»
Aquel día, los investigadores y funcionarios de la Sijín realizaron las entrevistas respectivas a quienes encontraron en el lugar.
Allí hablaron con un hombre identificado como Juan C. G., quien dio aviso a las autoridades y además era el dueño de la vivienda en donde se hospedaba la niña y Jairo L.
El Espectador publicó que el propietario de la residencia «les dijo que él había subarrendado esa habitación a una persona conocida como Yordi, desde el 17 de diciembre de 2021«.
Agregando que para ese día «salió temprano a trabajar y a la salida vio en la cocina a su vecino de apartamento», sin embargo, al regresar al lugar, sobre las 9 de la noche «tocó en la puerta de Yordi y, al no recibir respuesta, entró y encontró sin vida a Sarai, arrumada contra una pared«.
Las condiciones en las que encontraron su cuerpo
#Judicial | Jairo David Latorre Muñoz fue enviado a un centro carcelario, como presunto responsable del crimen que terminó con la vida de una menor de 12 años de edad, en el municipio de Santa Rosa de Cabal.#IntegamosLarebión pic.twitter.com/RmCO6G1NxB
— Telecafé Noticias (@TCNoticiaseje) February 3, 2022
Frente a la situación en la que vivía Sarai hay muchas dudas, preguntas e incertidumbres. Muchos aún no entienden cómo se siguen presentando casos tan lamentables e indignantes como estos.
No había una denuncia formal, no se anunció de manera clara su desaparición, sobre sus padres o circulo familiar se conoce poco y tampoco es claro cómo conoció a las personas con las que estuvo durante los últimos días de vida.
Este caso a diferencia de otros igual de lamentables, no ha tenido el cubrimiento o el repudio colectivo.
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