Con un apretón de manos terminó la entrega de la silla de ruedas.

 

La discapacidad no es sinónimo de incapacidad y Gustavo Arrieta Martínez, un sanjacintero de 66 años de edad, es un fiel ejemplo de ello, pues ha logrado con su actitud positiva y sus ganas de seguir adelante, hacerles frente a las adversidades que se ha encontrado en el camino de la vida.

Este hombre, radicado desde hace 30 años en la comunidad de Arroyo Hondo, trabajaba como conductor de un bus escolar, con el que recogía a los niños de la zona rural para trasladarlos hasta la institución educativa del municipio. Gracias a esa actividad, Gustavo lograba llevar el sustento diario a su hogar, sin embargo, por circunstancias ajenas a él, no pudo continuar en esta labor. 

Hace aproximadamente 6 años, sufrió un lamentable accidente, tras caerle una varilla en su pie izquierdo. Aquella lesión le generó una infección que comenzó a afectarle la pierna, donde los médicos no tuvieron otra opción que amputarle parte del miembro inferior comprometido.

Ese incidente marcó para siempre a este hombre, quien, pese a las dificultades económicas, aceptó su discapacidad con la voluntad de volverla en su fuerza para seguir avanzando en la vida, contando para ello, con el apoyo de sus seres queridos, en particular de su señora esposa, Inilda Ortega Ortiz.

Con el respaldo de amigos y conocidos, decidió montar un puesto de venta de frutas y tubérculos, siendo el mango, su producto estrella. La comercialización la realiza, en la mayor parte del tiempo, a las afueras de su casa, ubicada en el barrio Los Patios, y en ocasiones se desplaza a la cancha de futbol y a la plaza pública para lograr tener mejores ganancias, cuando tiene mayores volúmenes para vender.

Sin embargo, la silla de rueda con la que contaba se había deteriorado, situación que le estaba afectando su movilidad. Además, su edad y comorbilidad por su peso, no le permitían desplazarse en las condiciones en la que requería, pero esto cambió gracias al Comisarios, José Luis Hernández Castilla, comandante Estación de Policía Arroyo Hondo y al patrullero Ricardo Mora Miranda, gestor de prevención y educación ciudadana en dicha unidad policial.

Ambos uniformados, adscritos al Departamento de Policía Bolívar y con el apoyo de todo el personal uniformado, pusieron en marcha la actividad "Alegría de Vida" con la que buscaron regalarle una silla de ruedas a Gustavo. Tocando puertas ante diversas entidades y ciudadanos de buen corazón, la Institución encontró el apoyo en Litografía IMPREMPAST y la Fundación Manos Amigas, en Cartagena, que brindaron su granito de arena y permitieron hacer realidad el nuevo dispositivo de movilidad que tanto necesitaba este ciudadano de escasos recursos.

“Estoy muy agradecido con Dios, primero, y segundo, al señor oficial de la Policía que puso en mi camino, porque es una persona noble. Le agradezco a la Policía porque se dieron cuenta que por mi discapacidad andaba mal y me ayudaron, que sigan con esa labor de ayudar a personas como yo que tanto lo necesitan. Estoy agradecido con ellos y con las entidades que ayudaron para conseguir la silla de ruedas”, expresó Gustavo Arrieta.

Actualmente, Gustavo puede desplazarse con mayor comodidad para continuar con la venta de sus productos, pero requiere del apoyo de la ciudadana para adaptar algunos lugares de su casa, a fin de poder tener una mejor calidad de vida; por eso desde el Departamento de Policía Bolívar y de la Estación de Policía Arroyo Hondo continuaremos en nuestra labor institucional, brindándole el acompañamiento que requiere este adulto mayor.



 

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