Homicidios y homicidios en accidentes de tránsito suman 86 casos hasta el 31 de julio de 2021. Hurto común, de celulares, vehículos y comercio aumentaron.
Las cifras de homicidios en Tuluá no ceden y así lo demuestran los reportes de criminalidad de las autoridades que dan cuenta de la ocurrencia de 71 homicidios en lo corrido de este 2021, hecho violentos a los que se suman 15 homicidios en accidentes de tránsito y tres muertes más también en accidentes de tránsito, para un total de 89 muertes por causas no naturales.
Este complejo panorama deja ver además un incremento de 126% en el hurto a comercio, con 122 hechos reportados hasta el 31 de julio del presente año, así como un crecimiento del 32% en el hurto común, con 458 casos, y un aumento del 32% en el hurto a vehículos, evidenciando que los problemas de seguridad en la ciudad no son una simple percepción de los ciudadanos.
Como la anterior situación no fuera ya de suma gravedad, el reporte llama la atención sobre un caso de terrorismo registrado en este primer semestre, hecho que con el desmembramiento y decapitación de jóvenes ocupan el interés de medios nacionales que reportan el regreso a Tuluá de la llamada “época del terror”.
Operatividad en Tuluá con saldo en rojo
Un hecho que llama profundamente la atención es una disminución en la operatividad, registrando retroceso en las capturas en por todos los delitos, hechos en flagrancia, por orden judicial y la captura de homicidas, caída que también se evidencia en el número de celulares recuperados y en los allanamientos para contrarrestar el accionar de las estructuras criminales.
Frente a esta difícil situación de seguridad que afronta el corazón del Valle ni el secretario de Gobierno, coronel (R) Jorge Gallego Chávez ni el alcalde John Jairo Gómez Aguirre se han referido en sus múltiples intervenciones, silencio que contrasta con la preocupación que siente los habitantes en la calle.
Un sentimiento que fue recogido por el exalcalde y escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien en sus redes volvió a llamar la atención sobre el “terror” y “el miedo” que se sienten en la ciudad por los tres casos de descabezados registrados este año y la presencia de carteles de la papa, la cebolla y el cilantro.
Ni siquiera el hecho que el escritor sea cercano a la exgobernadora Dilian Francisca Toro, jefe política y artífice de la elección de Gómez Aguirre, sirven para ocultar su preocupación por el deterioro de la seguridad de su pueblo, un retroceso que nos devolvió a los oscuros años 2012, 2013 y 2014, cuando el actual mandatario se desempeñó como secretario de Gobierno.
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