Anne Hidalgo (San Fernando, Cádiz, 62 años) es tajante cuando se le pregunta si contempla tirar la toalla y abandonar la candidatura a las elecciones presidenciales del próximo abril en Francia. “No. Basta. ¿De acuerdo? Ustedes no me conocen o me conocen mal”, responde la alcaldesa de París en una entrevista con EL PAÍS y otros medios internacionales.
Las alarmas están en rojo para la candidata socialista al palacio del Elíseo. Sondeo tras sondeo, queda por debajo del 5%. Algunos le dan una expectativa de voto de poco más del 3%. “El Partido Socialista [PS], al borde del ataque de nervios”, titulaba el martes Le Monde un artículo que reflejaba las tensiones entre la candidata y la cúpula del partido.
Históricos del PS, como el expresidente François Hollande, coquetean con presentarse también y añadir confusión a la confusión. Y este domingo la política franco-española quedó en quinta posición, por detrás de sus principales competidores en la izquierda, en las llamadas primarias populares. Hidalgo había rechazado participar en este voto por internet y, aun así, los organizadores la incluyeron entre los candidatos.
“La primaria popular no tendrá ninguna consecuencia en mi candidatura”, declaró Hidalgo en la entrevista, celebrada la semana pasada, antes del voto, en su sede de campaña en París. Lo volvió a confirmar después de la votación.
Estas primarias, en vez de lograr su propósito inicial, que era unir a la izquierda, la han dividido más. El resultado ha reducido las probabilidades de colocar a un candidato entre los dos más votados en la primera vuelta de las presidenciales, el 10 de abril, y clasificarlo para la segunda, el 24 de abril.
“[El resultado de las primarias] conduce sobre todo a una candidatura más”, comentaba este martes Hidalgo en un correo electrónico. La vencedora fue la exministra Christiane Taubira, que se suma así a las candidaturas del populista Jean-Luc Mélenchon, el ecologista Yannick Jadot, el comunista Fabien Roussel e Hidalgo. Excepto Taubira, que podría atraer a una parte del voto socialista y debilitar aún más a Hidalgo, ningún otro candidato de peso reconoció el resultado.
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La alcaldesa de París sostiene que ella es la candidata en mejores condiciones para ganar la presidencia si se clasificase para la segunda vuelta. Su argumento es que tanto Mélenchon como Jadot —los candidatos de izquierdas mejor situados en los sondeos hoy— se encuentran demasiado lejos del centro para sumar los votos de la mayoría de franceses.
“Estoy en un lugar del tablero político en el que ni los verdes ni la extrema izquierda pueden cuestionar mi determinación ni en las cuestiones ecológicas ni sociales. Y, de otro lado, soy capaz de reunir, en torno a mi candidatura, desde el centroizquierda hasta el centroderecha. Ocurrió en España con Pedro Sánchez: Pedro era el único que podía unir a los españoles, no [Pablo] Iglesias”.
Soy capaz de reunir, en torno a mi candidatura, desde el centroizquierda hasta el centroderecha
Los socialistas franceses parecen ir a contracorriente de la tendencia europea. En otoño el socialdemócrata Olaf Scholz ganó en Alemania y se convirtió en canciller. El domingo, el primer ministro socialista, António Costa, triunfó en las elecciones en Portugal con mayoría absoluta, “una nueva y muy bella victoria del campo socialdemócrata en Europa”, celebró el martes Hidalgo en respuesta a una pregunta escrita de EL PAÍS.
“Durante toda su campaña”, analiza la candidata, “António Costa supo mantenerse fiel a valores que comparto y que me inspiran día a día: los de la coherencia, la estabilidad, la razón y el pragmatismo”.
Hidalgo destaca que Costa ganó con “un programa realista para las portuguesas y los portugueses”, y de paso desmintió “las predicciones de los institutos de sondeos que le daban diez puntos por debajo del resultado que obtuvo”. Y añade: “A imagen de António Costa, a quien he felicitado vivamente, continuaré haciendo campaña sin dejarme distraer por las encuestas de opinión y manteniéndome leal a mis convicciones”.
Hidalgo avisó en todo caso, durante la entrevista la semana pasada, de que en Francia la campaña realmente no ha empezado. Hay que esperar a que el actual presidente, el centrista Emmanuel Macron, se declare oficialmente candidato. Y a que el 4 de marzo se cierre el plazo para que los aspirantes hayan presentado las 500 firmas necesarias de alcaldes, parlamentarios y otros cargos electos, requisito necesario para oficializar la candidatura. La alcaldesa no debería tener ningún problema para obtenerlas, pues cuenta con la infraestructura del PS, bien implantado en el ámbito local.
A partir de principios de marzo, según la candidata, “las cosas irán muy rápido, y las francesas y franceses, sobre todo a la izquierda, se dirán: ‘Si hay una mínima posibilidad de ganar, ¿a quién apoyamos para intentar estar en la segunda vuelta?”. Y añade: “Esperen, tengan paciencia: aún no ha llegado el momento en el que se dará verdaderamente el pistoletazo de salida y las cosas suben y bajan rápido”.
El momento es crítico para Francia, según la candidata socialista. “¿Se imaginan en qué estado estaría el país con cinco años más de Emmanuel Macron?”, se pregunta. “Puedo decírselo: en un estado deplorable. Porque sería ingobernable, imposible de gestionar. No ha entendido a los franceses, no ha entendido el país. Se sitúa en esta arrogancia, en esta distancia, en este desprecio”. Y cita algunas de las frases polémicas que han marcado el quinquenio de Macron, como cuando habló de “la gente que no es nada” o dijo que quería “fastidiar” o “joder” a quienes rechazaban vacunarse contra la covid. “Son frases extremadamente hirientes”, comenta. “Es así como ve a los franceses, de una manera muy infantil. Están él y un pueblo de niños esperando la palabra divina. No hay democracia en el mundo que funcione así”.
Macron no ha entendido a los franceses, no ha entendido el país
Hidalgo habría querido una unión de la izquierda, y en diciembre propuso a Jadot —un ecologista moderado y con perfil parecido al suyo— y a otros candidatos unas primarias para presentar una candidatura conjunta. Sin éxito.
Cuando se le pregunta qué resultado sería satisfactorio para ella, responde: “No me proyecto en un resultado satisfactorio o no satisfactorio, con un like o un corazón”. ¿Los sondeos? Hidalgo recuerda que en París algunos la daban perdedora antes de salir reelegida con claridad en 2020.
“No estoy en el 3%. ¿De acuerdo? No estoy en el 3%”, zanja. ¿Dónde está entonces? “No tengo sondeos porque cuestiono en gran parte su método”.
En el PS, la tradición de puñaladas por la espalda es larga, y en artículos de prensa y comentarios corren desde hace semanas todo tipo de especulaciones sobre un posible golpe palaciego para sustituir a Hidalgo por otro candidato.
El último en insinuar que podría presentarse es Hollande. “De momento, no soy candidato”, dijo el expresidente en enero durante una reunión con estudiantes. “Pronto tomaré la palabra”, prometió. En la entrevista, Hidalgo se limita a comentar: “François tiene mucho humor. Lo conozco bien”.
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