El ministro de Energía Eléctrica de Venezuela, Néstor Reverol, anunció un nuevo plan de racionamiento eléctrico en los Estados occidentales de Venezuela. La medida ha sido bautizada como Plan de Administración de Carga y comprende suspensiones del servicio durante dos tandas en el día, con cortes que pueden durar hasta tres y cuatro horas. Desde marzo, en las zonas andinas del país, hay hasta nueve horas diarias sin luz, y las horas de servicio se alternan con los cortes en lapsos de tres horas. La medida afecta a los estados Zulia, Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Portuguesa, Apure y Lara. En Zulia se asienta Maracaibo, la segunda ciudad en importancia y tamaño en Venezuela. El Gobierno ha argumentado que la situación es consecuencia de los trabajos de mantenimiento y ha prometido mejoras para el mes de abril.
Venezuela arrastra problemas graves con el servicio eléctrico desde 2007, durante los tiempos de Hugo Chávez. La circunstancia se fue agravando luego de la llegada al poder de Nicolás Maduro. En Estados como Zulia, sin embargo, la situación había mejorado en los últimos meses, registrándose dos cortes de luz semanales. El Gobierno de Maduro culpa a las sanciones internacionales de la lentitud en la resolución del entuerto.
“El recrudecimiento del problema eléctrico en el Zulia ha sido drástico en estos días”, afirma Madelyn Palmar, periodista destacada en la zona. “Los cortes duran seis horas, la mitad del día muchas personas no tienen luz. En esta ocasión, los racionamientos han estado muy extendidos en tiempo. Casi 70% de la ciudad queda apagada, particularmente, en horas de la noche. Muchísimas personas tiene plantas eléctricas”.
El ministro Reverol ha declarado de nuevo que los problemas actuales del servicio eléctrico son la consecuencia de “un ataque”, y aludió a la existencia de “grupos delictivos que han vandalizado equipos de la Subestación Lagunillas, ocasionando afectación del servicio eléctrico a varios sectores del Estado Zulia.”
“En Barinas hay tres bloques diarios de racionamiento desde marzo”, afirma Laure Nicotra, otra periodista que vive en la zona. “Hay varias plantas eléctricas que no están operativas y en ese problema, con mejoras y retrocesos, llevamos años ya. La situación que vivimos ahora es la peor desde el apagón general de marzo de 2019. Los cortes no son planificados, se hacen cuando el sistema lo pide. Hay un quiebre emocional en los afectados, muchos comercios tienen que cerrar antes de tiempo porque no pueden trabajar.” Barinas puede quedar sin luz durante 12 horas en tres turnos.
El occidente de Venezuela no puede ser totalmente alimentado por la represa del Guri, una de las grandes centrales hidroeléctricas del hemisferio. “El Gobierno de Hugo Chávez decidió instalar plantas termoeléctricas en estos Estados, pero no han recibido mantenimiento. En este momento hay 800 megawatios que están fuera de servicio en la zona por esta causa”, afirma un ingeniero que trabajó en la Corporación Eléctrica Nacional, Corpoelec, que prefiere no identificarse.
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La creación de la Central Hidroeléctrica del Guri en los años de la democracia y la consolidación un sistema de servicios mixto y descentralizado, en la cual se combinaban adecuadamente la mano estatal y el empresariado, había permitido a Venezuela gozar de un buen sistema eléctrico, uno de los mejores de toda la región durante todo el siglo XX, hasta aproximadamente el año 2003. Venezuela fue una de las primeras naciones sudamericanas que pudo electrificar toda su geografía hacia mediados del siglo XX.
En 2007, con Hugo Chávez en el poder, ocurrió el primer apagón nacional de los cuatro importantes que han tenido lugar desde entonces. Acusado por la falta de mantenimiento de las plantas, Chávez decidió entonces excluir a las empresas privadas regionales del sistema, y centralizar el servicio con la creación de Corpoelec en 2008. A partir de entonces, gracias a la burocratización, la corrupción y la falta de mantenimiento, las fallas en el servicio de luz en Venezuela se fueron agravando. Con Nicolás Maduro han adquirido un carácter dramático.
Winston Cabas, miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela, enumera entra las causas del derrumbe del servicio eléctrico que “el 60 por ciento del personal calificado de Corpoelec ha emigrado por los bajos sueldos. Los retardos en el mantenimiento han sido graves. Los problemas con la producción de petróleo han dificultado el correcto funcionamiento de las termoeléctricas. Se han producido grandes casos de corrupción en la construcción de centrales como Tocoma, y en la compra de equipos para la energía termoeléctrica.”
El Estado Táchira pasa hasta 10 horas diarias sin luz. “Corpoelec Táchira alega que ha llovido poco en las represas del Estado, aún cuando las lluvias han sido muy frecuentes en estos meses”, afirma Yoirys Sosa, reportera regional. “La planta termoeléctrica del Táchira está en buenas condiciones, pero no hay gasoil suficiente para alimentarla. Algunos diputados regionales han propuesto comprar megavatios a Colombia”, añade.
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