Son “días muy tristes, oscuros y trágicos”, lamenta la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, en su despacho de la Eurocámara en Bruselas. La maltesa del partido popular europeo apenas lleva un mes en el cargo y la guerra en Ucrania ha entrado como un ciclón en su agenda. “Hace dos semanas nadie habría podido predecir la velocidad de rayo con la que los Estados miembros se unirían para actuar juntos”, dice sobre la contundente respuesta de la UE contra la invasión rusa en una entrevista concedida el miércoles 2 de marzo a EL PAÍS junto a otros tres medios europeos. La víspera, tras escuchar un discurso del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que conectó por videoconferencia desde Kiev, el hemiciclo de la UE aprobó por una mayoría aplastante una resolución en la que “solicita a las instituciones de la Unión que trabajen para conceder el estatuto de país candidato a la Unión a Ucrania”.
Pregunta. Hay otros países candidatos que llevan años esperando. Más allá del gesto simbólico, ¿no sería frustrante si al final nunca llega a suceder esa adhesión?
Respuesta. Todos los países pueden solicitar ser miembros de la UE, es algo que permiten los tratados. Por lo que han vivido los ucranianos y por su petición de un mayor apoyo, no solo logístico sino también para que su pueblo encuentre acomodo al mirar hacia Europa, es necesario en este momento el reconocimiento por parte de las instituciones comunitarias de esa perspectiva europea. Es el mensaje que el pueblo ucraniano necesitaba recibir.
P. De todas las medidas que la UE ha tomado, ¿qué cree que permanecerá?
R. Creo que nadie hace dos semanas habría podido predecir la velocidad de rayo con la que los Estados miembros se unirían para actuar juntos. Esta UE siempre encontrará uno, dos o tres Gobiernos más reacios, algo que luego se refleja en el Parlamento, a través de las líneas políticas de los partidos o de las estrategias nacionales. Esta vez la respuesta ha sido rápida cuando las instituciones han necesitado unirse para establecer las sanciones o acordar la ayuda financiera de 1.200 millones de euros a Ucrania. También mencionaría la decisión del SWIFT [la UE ha excluido a siete bancos rusos del sistema de pagos interbancarios], algo que fue impulsado por la ciudadanía europea a través de peticiones organizadas para que los Gobiernos actuaran.
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P. ¿Qué puede hacer el Parlamento Europeo para ayudar a Ucrania?
R. Somos una autoridad presupuestaria y, cuando se toman decisiones para asignar ayuda financiera a Ucrania, el Parlamento Europeo vota. Así ha ocurrido con la ayuda que se votó hace dos semanas. Me hubiera gustado que hubiera salido una mayoría aún más holgada para demostrar que la Eurocámara está dispuesta a actuar y no obstaculiza. Como presidenta haré todo lo que esté en mi mano para asegurarme de que las decisiones se toman en línea con las demás instituciones. En cuanto a la política, ayer [por el miércoles], por primera vez, el presidente Zelenski y el presidente del Parlamento de Ucrania [Ruslan] Stefanchuk, junto a los ciudadanos ucranianos y la Eurocámara hablaron con una sola voz. El Parlamento ha demostrado que se puede unir a la gente, dar esperanza. Porque eso también alienta a las personas valientes que luchan sobre el terreno, como nos dijeron el presidente Zelenski y el presidente del Parlamento, Stefanchuck. Además, el Parlamento Europeo está estudiando la posibilidad de apoyar el funcionamiento continuado del Parlamento de Ucrania. Los órganos competentes tomarán una decisión final sobre si se podrían proporcionar locales físicos para que la comunidad ucrania los utilice como centro de operaciones en Bruselas.
P. Durante mucho tiempo algunos Estados miembros han protegido sus negocios con Rusia. ¿Cree que alguno de ellos entonará el mea culpa?
R. A la vista de ciertas prácticas y de cómo los oligarcas han vivido cómodamente en Europa y se han refugiado aquí, definitivamente tenemos que analizar la forma en que dirigimos nuestros gobiernos, nuestras empresas, nuestras organizaciones. No podemos volver a como estábamos, y nunca volveremos.
P. La importación de gas ruso a la UE contribuye a financiar la guerra. ¿Deberíamos cortar totalmente el suministro de gas de Rusia?
R. Mi posición el 1 de marzo en el Parlamento fue muy clara: quiero una UE no dependiente, es decir, cero gas de Rusia. Ese tiene que ser nuestro objetivo final. También, creo, esto es algo que podría desencadenar resistencia por parte de algunos Estados miembros a la hora de identificar la diversificación de su mix energético a nivel nacional. Hay partes de Europa que dependen casi completamente del gas ruso. Tenemos que estar mejor equipados, desde una perspectiva financiera y energética. No es solo una consideración de mercado, se trata de nuestra seguridad.
P. La UE se ha unido por primera vez para suministrar armas “letales” a un país. ¿Esto incrementa el riesgo de un conflicto a gran escala en Ucrania?
R. La elección a la que nos enfrentamos es la siguiente: la integridad de un Estado territorialmente independiente ha sido violada flagrantemente por un vecino agresivo y brutal. Cuando lo que se busca es restaurar esa integridad y esa democracia, hemos de utilizar los medios con los que contamos. Entre ellos está la necesidad de proteger a los ciudadanos ucranios y de ayudar a personas que nunca han luchado dándoles la posibilidad de defender su tierra.
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