Los tanques rusos circulan por TikTok. En la red social que más crece se pueden encontrar vídeos como el que Maria02903 grabó desde su coche, donde se ve una columna de tanques que avanzan por una carretera helada, a diez kilómetros de Ucrania.
En internet circulan estos días los videos de tropas rusas en movimiento, tomados por espectadores casuales. Hay aviones, camiones, orugas y cohetes. En un corte del 8 de febrero, un conductor adelanta una fila larguísima de blindados que avanzan rodando, señal de que están cerca de su destino. En otro vídeo, un hombre que pasea al perro se cruza, según The Washington Post, con lo que sería un lanzacohetes de misiles balísticos. Muchos vídeos se han localizado en la frontera entre Rusia y Ucrania, donde el ejército de Vladimir Putin ya habría desplegado hasta 190.000 soldados.
Los conflictos armados también son digitales. Es así hace una década; ahora, multiplicado. Todos llevamos cámara, más gente graba imágenes, y compartirlas es un gesto instantáneo. En 2022, cualquier suceso será emitido en tiempo real. Es inevitable. Pero no dejará de extrañarnos: en TikTok, una adolescente de Valladolid puede saltar en dos segundos de mirar una coreografía a ver vídeos de Sergio Ramos en su casa, y de ahí a un MiG-31K ruso que aterriza en Bielorrusia.
Los vídeos son un detalle, pero la ofensiva rusa sobre Ucrania es un conflicto que tiene al menos tres frentes digitales.
Hay una guerra por la información. ¿Qué tropas está moviendo Rusia? ¿Dónde están? ¿De qué vehículos dispone? Estas preguntas típicas de la inteligencia ahora se responden también con fuentes abiertas. Con vídeos de TikTok y con imágenes de satélites no militares. Michael Sheldon, analista del Digital Forensic Research Lab, compartía en Twitter dos imágenes del aeródromo Tomarovka, en Rusia, pero apenas a 30 kilómetros Ucrania, tomadas con el satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea. Comparando los días 5 y 15 de febrero, aseguraba ver una docena de nuevas aeronaves: “Cada punto representa probablemente un helicóptero [Mi-24]”.
Hay una guerra por (o contra) la desinformación. Cualquiera puede compartir una imagen y hacerla pasar por lo que no es. Es lo que estarían haciendo los separatistas prorrusos de las regiones de Donetsk y Luhansk, apoyados por Rusia, que en los últimos días han difundido vídeos acusando al ejército ucranio de unos ataques que estos niegan. Diferentes expertos occidentales cuestionan las imágenes (el sonido de disparos de un video, por ejemplo, estaría copiado de otro más antiguo sacado de YouTube); creen que las denuncias desde Moscú eran un pretexto para justificar el envío de tropas a la región, que efectivamente se produjo este lunes. En palabras del antiguo ministro de defensa ucraniano, Andriy Zagorodnyuk: “Nada de eso ha ocurrido. Es básicamente una guerra virtual, una guerra que existe en el espacio informacional. No existe en la realidad”.
Es un ejemplo del arma de doble filo que es internet. Permite que los investigadores verifiquen informaciones propagandísticas, vengan de donde vengan, pero también es caldo de cultivo para las mentiras. En Twitter, Reddit o TikTok el ruido es atronador.
Por último, hay una guerra por las infraestructuras de información. Un objetivo estratégico en los conflictos del futuro no serán ni puentes, ni aeropuertos, sino servidores y redes de ordenadores. Ucrania ha denunciado dos ciberataques recientes, uno en enero y otra la semana pasada. El último hackeo atacó webs del gobierno y del ejército, y también los servidores de los dos mayores bancos del país. Otros ataques anteriores han logrado cortar el suministro eléctrico, inutilizar miles de ordenadores y hasta las cajas de los supermercados. Los ciberataques se suceden en el país desde 2014, en lo que sus autoridades definen como una “guerra híbrida” de Rusia contra Ucrania.
Pero volvamos a los vídeos de TikTok, porque en ellos también se vislumbrará la otra guerra, la analógica, que es la vulgar, la antigua, la peor y la más importante. Me refiero a la que sufren los vecinos del Donbás sin agua y sin luz, atrapados desde hace ocho años entre el Ejército y los separatistas prorrusos. Las víctimas de la guerra también van a estar en los vídeos virales, no bajo el encuadre, donde veremos tanques sobre la nieve y proyectiles que iluminan el cielo, sino del otro lado de la cámara, sosteniendo un teléfono.
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