Occidente redobla las advertencias a Moscú en el conflicto de Ucrania. Apenas unas horas después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, vaticinara que Moscú va a intervenir en Ucrania, y en vísperas de la decisiva reunión que mantendrán hoy en Suiza los jefes de la diplomacia estadounidense y ruso, Estados Unidos y Alemania avisaron este jueves al Kremlin de que una agresión a Ucrania tendría “graves consecuencias”. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, y la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, se reunieron en Berlín para hacer balance de una intensa semana de actividad diplomática en la que Occidente ha tratado de desescalar la crisis provocada por la concentración de tropas rusas junto a las fronteras de la antigua república soviética. El objetivo de su encuentro, que se produjo tras otra reunión con los ministros de Exteriores del Reino Unido y de Francia, era también consensuar una posición conjunta ante próximos pasos. Al mismo tiempo, Estados Unidos intensifica las sanciones a ucranios sospechosos de colaborar con Rusia en la desestabilización del Gobierno de Kiev.
La vía del diálogo con Rusia sigue abierta y es la que prefieren tanto Washington como Berlín, aseguraron los jefes de la diplomacia alemana y estadounidense. “Se lo hemos dejado muy claro”, dijo Blinken, que se reúne este viernes con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Ginebra. Pero si esa vía no es la que elige Vladímir Putin y finalmente cruza con sus tropas la frontera de Ucrania, la respuesta de los aliados será “rápida, contundente y unida”, advirtió el secretario de Estado estadounidense.
Baerbock tampoco escatimó adjetivos al hablar de las “graves consecuencias” que tendría para Rusia un ataque a las fronteras de su vecino. “Todas las medidas están sobre la mesa”, subrayó, en referencia también al polémico gasoducto Nord Stream 2 con el que Rusia quiere transportar gas natural directamente a Alemania bajo el mar Báltico sin pasar por Ucrania. La certificación de la infraestructura está paralizada por no cumplir los trámites regulatorios europeos. Estados Unidos siempre ha estado en contra de su construcción, como recordó Blinken, y ahora podría convertirse en otra herramienta para presionar a Putin. “Ahora mismo no fluye el gas, lo que significa que el gasoducto es una ventaja para Alemania, Estados Unidos y nuestros aliados, no para Rusia”, subrayó.
Junto a esa insistencia en la vía diplomática, Washington adopta medidas que dan idea de la magnitud de la acción rusa en Ucrania. El Tesoro estadounidense sancionó este jueves a cuatro representantes ucranios a los que acusa de trabajar con los servicios de inteligencia rusos para desestabilizar el país. Se trata de dos diputados, Taras Kozak y Oleh Voloshin, y de dos exfuncionarios, Volodímir Oliynyk y Vladímir Sivkovich. Kozak controla un canal de televisión en Ucrania y ha apoyado medidas para degradar al círculo más cercano al presidente ucranio. Oliynik recababa información sobre infraestructuras críticas del país. Estas actuaciones se enmarcan en la estrategia del servicio de seguridad ruso (FSB) “de reclutar ciudadanos ucranios en posiciones clave para obtener acceso a información sensible”, según el comunicado del Tesoro.
El despliegue masivo de tropas en la región fronteriza con Ucrania hace temer a Occidente que Rusia esté preparando una nueva invasión de forma inminente. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló el miércoles que cree que el Kremlin se dispone a invadir y advirtió de que pagaría un alto precio por ello.
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Más allá de ese mensaje rotundo de Biden, la confusión que generaron sus palabras al hablar de la falta de acuerdo entre aliados si se produjera una “incursión menor” de Rusia, en lugar de una más grave, también sobrevoló la comparecencia de Blinken y Baerbock en Berlín. El secretario de Estado quiso disipar el malestar de algunos países al asegurar que cualquier incursión de las fuerzas rusas en Ucrania provocaría una respuesta “rápida, dura y unida”.
Esas palabras, pese a todo, provocaron resquemor en Ucrania, el país que más claramente manifestó su disgusto. “Queremos recordar a los grandes poderes que no hay incursiones menores y países pequeños. Igual que aquí no hay bajas menores y duelo leve por la pérdida de nuestros seres queridos”, dijo en Twitter el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Ucrania lleva ocho años en guerra en la región del Donbás contra los separatistas prorrusos apoyados por el Kremlin, un conflicto que se ha cobrado ya 14.000 vidas, según estimaciones de la ONU.
El ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, abundó en ese malestar al asegurar que los comentarios del presidente de EE UU, minimizando las repercusiones de esa opción, pueden servir como un acicate al Kremlin para atacar. “Hablando de incursiones menores y completas o invasión completa, no puedes ser medio agresivo. O eres agresivo o no lo eres. No deberíamos darle a Putin la más mínima oportunidad de jugar con operaciones de cuasi-agresión o pequeñas incursiones. Esta agresión estaba ahí desde 2014 [cuando Moscú se anexionó la península ucrania de Crimea con un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional]. Este es el hecho”, dijo Kuleba.
El encuentro de los tres ministros de Exteriores europeos con Blinken se produjo después de varias reuniones en el marco del Consejo OTAN-Rusia, en la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa), en la Unión Europea y a nivel bilateral. El objetivo, según fuentes del departamento de Baerbock, era discutir los próximos pasos y la posición conjunta al respecto. La coordinación entre Estados Unidos y los aliados europeos no podría ser más intensa, transmitieron desde los equipos participantes. “Estamos todos actuando con una sola voz cuando se trata de Rusia”, aseguró Blinken, que acusó a Moscú de tratar de “dividir” a los aliados de Estados Unidos.
El secretario de Estado llegaba a Berlín solo un día después de visitar Kiev, en una gira diplomática que pretende disuadir a Moscú de una intervención militar. Todo ese recorrido culminará hoy con la reunión con el ministro de Exteriores de Rusia en Ginebra. El jefe de la diplomacia estadounidense voló en primer lugar a Ucrania para mostrar su apoyo al Gobierno de Volodímir Zelenski y volvió a prometer duras sanciones en caso de que se produzca otra invasión rusa. Blinken alertó de que Rusia “tiene planes” para aumentar el número de tropas situadas junto a las fronteras ucranias y que está en disposición de iniciar “en breve” una nueva agresión militar.
El Kremlin, por su parte, acusa a Occidente de calentar la crisis y también de “instigar” a Ucrania. El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, advirtió este jueves de que las amenazas de sanciones contra Rusia pueden ir en contra de Europa. “Todas esas declaraciones pueden contribuir a la desestabilización de la situación. No contribuyen a calmar las tensiones que han surgido en Europa”, dijo Peskov, citado por la agencia Interfax.
El portavoz del Kremlin se mostró abierto a una nueva ronda de conversaciones entre Putin y Biden, pero las supedita a que Washington y la OTAN entreguen por escrito respuestas a las demandas de Rusia, que exige garantías a la Alianza Atlántica de que no se expandirá hacia sus fronteras, no aceptará a Ucrania y Georgia y paralizará toda actividad militar en Europa del Este, Asia Central y el Cáucaso. La OTAN no tiene bases en Europa del Este, pero sí despliega batallones plurinacionales en rotaciones en Polonia y los países bálticos. “Después de que se aclare la situación con la respuesta de Estados Unidos, ya habrá un entendimiento en qué etapa los presidentes decidirán unirse y continuar el diálogo”, dijo el portavoz de Putin.
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