Los candidatos a la presidencia de Colombia toman posiciones en medio de un escenario aún muy incierto. A cuatro meses de que se celebre la primera vuelta, el próximo 29 de mayo, solo el izquierdista Gustavo Petro tiene despejado su camino a las urnas como líder de la coalición Pacto Histórico. El primer debate electoral de PRISA Media ha reunido este jueves a Petro y a los dos candidatos con mayores opciones, según las encuestas, de ganar las consultas del resto de coaliciones para continuar en la carrera hasta la presidencia: Federico Gutiérrez (derecha) y Sergio Fajardo (centro). Los precandidatos han evidenciado sus enormes diferencias y han evitado tender puentes entre ellos, en una imagen que muestra la enorme fragmentación política que atraviesa el país. Solo han coincidido en una cosa. Los tres se presentan como el cambio que necesita Colombia.
El encuentro, moderado por el periodista Roberto Pombo, ha tratado de destapar las propuestas de los políticos, pero la precampaña colombiana aún está inmersa en despejar la incógnita de qué nombres irán sobre las papeletas. Los ataques cruzados han protagonizado el debate. Petro, como líder de las encuestas y único aspirante a la presidencia claro, es a estas alturas el gran rival para todos. Gutiérrez fue el primero en poner distancia con el izquierdista: “Unos pretenden expropiar, nosotros proteger; unos proponen subir aranceles, yo creo en libre empresa”. Fajardo, que lidera los sondeos para imponerse en la Coalición Centro Esperanza, fue más tibio en los ataques y trató de desmarcarse y desacreditar a los dos por igual, a los que se refirió como “el continuismo y el populismo”.
Petro se defendió tratando de alejar los fantasmas del modelo económico que quiere para el país. ”¿Qué tienen que ver las expropiaciones conmigo?, protestó, consciente del temor que sus recetas generan entre un amplio sector de la sociedad colombiana, que nunca ha tenido un presidente de izquierdas. Petro cargó en sus intervenciones contra Gutiérrez, al que junto a Fajardo trató de exhibir como el candidato del uribismo en la sombra.
Gutiérrez es en estos momentos el aspirante mejor posicionado, aunque por una diferencia mínima, para liderar la conocida como coalición de los alcaldes, que arrastra un enorme poder territorial. Tanto Petro como Fajardo han exprimido la idea de que él, que se proclama independiente, es el candidato en la sombra del expresidente Álvaro Uribe, cuyo partido atraviesa su momento de popularidad más bajo en dos décadas. “Lo que le escucho a Federico es lo mismo que le escuché hace cuatro años a Iván Duque”, dijo Fajardo, en referencia al actual mandatario, aupado por el uribismo. “El mayor expropiador es el actual presidente, el del Gobierno de Federico”, increpó Petro. Gutiérrez se defendió: “Yo no soy continuismo de nada”.
Esa aparente sintonía entre Fajardo y Petro no fue más que un espejismo. Los candidatos buscaron en todo momento marcar distancias entre ellos, especialmente con Petro, al que la mayoría de analistas ya vislumbran en una más que segura segunda vuelta. El descrédito del uribismo, después de 20 años designando presidentes, lleva a todos los candidatos a presentarse como el cambio que necesita el país. Petro defendió su modelo como el verdadero quiebre y aseguró que si llega a la presidencia “derrocará el régimen de la corrupción”. Fajardo sostiene que su coalición, por la que compiten otros seis precandidatos, representa el “cambio serio”.
Los políticos mostraron enormes diferencias en todos los temas que se pusieron sobre la mesa, desde el modelo económico hasta la seguridad. Gutiérrez defendió su discurso de “orden y seguridad” frente al populismo tanto en el terreno económico, como en el combate a la corrupción o en la necesidad de frenar la violencia. Petro incidió en la “economía popular”, el alza de impuestos a las importaciones para favorecer el producto local y en la transición energética para reducir el peso del carbón y el petróleo en la economía. Por su parte, Fajardo centró sus intervenciones en el impulso a la educación como eje vertebrador de su programa.
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Las próximas semanas son claves para que se dilucide el panorama electoral. El 13 de marzo se celebrarán las consultas de las coaliciones para designar a los candidatos presidenciales. Ni Gutiérrez ni Fajardo tienen su pase asegurado todavía y otros nombres podrían ocupar esas cartas. Si ocurre, el debate será otro.
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