Frente a la ola de críticas por su mal manejo de las protestas contra las restricciones de la covid que han paralizado la capital de Canadá, el jefe de la policía de Ottawa, Peter Sloly, ha comunicado su renuncia al cargo, informa la radiotelevisión pública canadiense (CBC). La renuncia de Sloly se enmarca también dentro de varias denuncias de maltrato laboral y comportamiento errático, lo que habría perjudicado las relaciones con sus superiores y así comprometido la capacidad de las fuerzas de seguridad para lidiar con la protesta de camioneros.
Sloly se convirtió en jefe del Servicio de Policía de Ottawa en octubre de 2019 con el mandato de ayudar a sus hombres a abordar el racismo sistémico, mejorar su respuesta a las llamadas de salud mental y reconstruir la confianza con la comunidad negra de la ciudad.
El pasado lunes, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, decidió invocar poderes de emergencia no empleados desde 1970 para poder hacer frente a las protestas que ya duran casi 20 días y que han tenido cerrados algunos importantes pasos fronterizos con Estados Unidos. La gran pregunta es si esa decisión pondrá fin a las protestas de camioneros y otros que están furiosos por la decisión anunciada el pasado 15 de enero por Trudeau de que la vacuna contra la covid sea obligatoria para los trayectos transfronterizos.
Según fuentes de CBC, Sloly supuestamente menospreció y regañó a los oficiales superiores del Servicio de Policía de Ottawa frente a sus colegas, y en ningún momento presentó un plan de operaciones sólido para poner fin a la crisis. Esas mismas fuentes hablan de que el ya exjefe tiene mal carácter y suele emplear malos modos con su equipo.
“Necesitamos que la policía tome las riendas, utilice la Ley de Emergencias e imponga el orden”, declaró el primer ministro Trudeau el lunes. “Hemos dado nuevos poderes a la policía y necesitamos que actúen ya”. Lo que hasta la fecha se desconoce es cuándo y cómo será esa respuesta contra el autodenominado Convoy de la Libertad.
Tras la imposición de la vacunación para los camioneros que cruzan frecuentemente a Estados Unidos, centenares de transportistas condujeron hasta Ottawa para mostrar su rechazo, mientras distintas agrupaciones apoyaban sus reclamaciones. Las protestas también tuvieron lugar en algunas capitales provinciales (como Quebec, Toronto o Winnipeg), pero solo Ottawa —donde se declaró el estado de emergencia hace dos domingos— ha quedado paralizada. Ahora, el Gobierno podrá prohibir los bloqueos en los cruces fronterizos, los aeropuertos y Ottawa; congelar las cuentas bancarias personales y empresariales de los camioneros y suspender sus licencias; además de atacar los sitios de internet que recaudan fondos para apoyar los bloqueos.
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El diario The Globe and Mail señaló recientemente que, mientras era subdirector del Servicio de Policía de Toronto, Sloly fue acusado de hacer un mal trabajo al manejar las denuncias de misoginia y era conocido en los círculos policiales como alguien que rápidamente recurría a medidas de mano dura. “En este momento, la policía de Ottawa está paralizada”, según una fuente citada por CBC. “Están paralizados en la línea del frente. Han estado esperando instrucciones de su superior y están frustrados con la forma en que el público los ve debido al fracaso espectacular de su líder”. Apenas unos días después de que comenzara la protesta, Sloly sugirió que su fuerza no estaba equipada de forma adecuada para hacerse cargo de semejante desafío. “Cuanto más dure esto, más convencido estoy de que puede que no haya una solución policial a esta manifestación”, dijo entonces.
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