El Gobierno holandés puso en marcha este jueves una operación para repatriar a cinco mujeres y a sus 11 hijos, que vivieron bajo el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y se encontraban en el campo bajo control kurdo de Al Roj, al noreste de Siria. Sospechosas de formar parte de una organización terrorista o bien de preparar atentados, las mujeres han sido sacadas del campamento para ser juzgadas en Países Bajos antes de que extingan los plazos de los casos en su contra. La operación ha sido llevado a cabo, pero se desconoce el paradero de los repatriados. Está previsto que ellas ingresen en la cárcel a la espera del proceso judicial. La Junta de Protección del Menor comprobará si los pequeños pueden volver con sus familiares o son instalados en hogares de acogida. Los servicios secretos (AIVD) estiman que puede haber unas 40 mujeres holandesas en Al Roj. La decisión del Gobierno holandés contrasta con la postura de otros países europeos que, como España, no han repatriado a ningún nacional desde el noreste sirio. 17 niños y tres mujeres españolas (más una de origen marroquí, pero con hijos de padre español) están alojados en los campamentos de Al Roj y Al Hol.
En una carta remitida al Congreso este jueves, los ministros de Justicia y Asuntos Exteriores han confirmado la existencia de “una operación especial de traslado, preparada con cuidado”. No han dado más detalles. Una vez en suelo holandés, las mujeres pueden ser llevadas a un centro penitenciario que cuenta con una sección para sospechosas de terrorismo. Está situado en el municipio de Zwolle, al noreste del país. Si sus familias holandesas pueden hacerse cargo de los niños, contarán con apoyo psicológico y de los servicios sociales.
El campo de Al Roj está controlado por la Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una organización apoyada por Estados Unidos. Dirigida por la milicia kurda de las Unidades de Protección Popular (YPG, en sus siglas en kurdo) intentan que los países occidentales repatrien a los ciudadanos que se sumaron al Estado Islámico. El pasado 27 de enero, el portavoz de la autoridad kurda en el norte sirio, Abdulkarim Omar, informó de la repatriación de dos mujeres y cuatro menores de nacionalidad sueca. Alrededor de 60.000 personas, la mayoría niños y mujeres, de 60 países, viven en los campos para familiares del ISIS de Al Roj y Al Hol.
Desde 2012, cerca de unos 300 ciudadanos holandeses ―100 mujeres y 200 hombres― han viajado a zonas controladas por el ISIS. De estos, alrededor de un centenar de ellos han muerto. Unos 120 adultos siguen en Siria, Irak o Turquía, según cálculos de AIVD. En su informe de 2020, el mismo organismo indicaba que en la zona hay alrededor de 210 niños con un progenitor que tiene lazos con Países Bajos. En junio de 2020, el Tribunal Supremo falló que el Gobierno no está obligado a repatriar a mujeres y niños de yihadistas del ISIS. Los consideró “una amenaza para la seguridad”, y recordó que ellas “viajaron por voluntad propia”. Dejó, sin embargo, su futuro, en manos de los políticos. La mayoría del Parlamento prefiere que este tipo de juicios se celebren en Siria e Irak. También podría ocuparse una corte especial, aunque no hay un acuerdo internacional al respecto. A la vista de la situación, el coordinador nacional para la lucha contra el terrorismo cree que la opción más segura es “traer de vuelta a estas personas de forma controlada”.
En julio de 2021, un juzgado de primera instancia de Róterdam advirtió al Gobierno de que si no hacía lo posible por traer a las mujeres que vivieron bajo el ISIS, los procesos en su contra podían quedar sin efecto este abril. Un grupo de 13 han pedido que se anulen los cargos si no se les permite comparecer ante la corte. Hasta ese momento, el Gobierno sostenía que las repatriaciones eran demasiado peligrosas. Aunque hubo excepciones. En junio del mismo año, se recogió en Siria a Ilham B., de 29 años, una madre con sus dos hijos. Un tercer menor que no era de su familia viajó con ellos.
Este viaje generó la repulsa del líder de ultraderecha Geert Wilders. En su cuenta de Twitter dijo que le parecía “inaceptable meter al enemigo, el ISIS, en casa”. Para él, “estas mujeres terroristas han perdido su derecho a poner de nuevo los pies en suelo holandés”. Tanto el Defensor del Menor como la organización Human Rights Watch abogan por el retorno de los menores. Y por no separarlos, en lo posible, de sus madres. En 2019, dos huérfanos holandeses, de 2 y 4 años, fueron repatriados por el Gobierno francés junto con otros 12 menores galos.
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