China ha advertido contra la posibilidad de que le afecten “todavía más” las sanciones que Occidente ha impuesto contra Rusia como castigo por la invasión de Ucrania. En una conversación el lunes con su homólogo español, José Manuel Albares, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, ha avisado de que su país “tiene el derecho a proteger sus intereses y derechos legítimos” frente a esas medidas, según el comunicado oficial distribuido por su Ministerio de Exteriores este martes.
Pekín, que rechaza referirse al ataque ruso como “invasión o “guerra” y mantiene una postura de neutralidad escorada hacia Moscú —su socio estratégico—, ha expresado de manera sistemática su rechazo a las sanciones, que considera “ilegales” e impuestas de manera “unilateral”. Tanto Wang como el propio presidente chino, Xi Jinping, han denunciado en diversas ocasiones que esas medidas de castigo perjudicarán la recuperación mundial tras la pandemia de covid, y tendrán un efecto negativo en las cadenas de suministro globales, el suministro de energía y los transportes, entre otros sectores.
“China siempre se opone al uso de sanciones para resolver los problemas, y se opone todavía más a las sanciones unilaterales que no tienen ninguna base en el Derecho internacional y causarán daños a los medios de vida de la gente en todos los países”, ha declarado Wang en la reunión con Albares, según el comunicado oficial de su ministerio.
El alto funcionario del gigante asiático subraya que “China no es parte en esta crisis, y no quiere que le afecten las sanciones todavía más. China tiene derecho a proteger sus intereses y derechos legítimos”.
Las sanciones contra Rusia, que han bloqueado parte de las reservas en divisas de ese país y el acceso de sus principales bancos al sistema internacional de transferencias SWIFT, entre otras medidas, han disparado el precio del petróleo y de otras materias primas. La subida de los costes de la energía puede afectar, entre otras cosas, a las cadenas de suministro globales en momentos en los que China —importante consumidor del gas, petróleo y grano ruso— afronta una disminución de su crecimiento económico y depende de las exportaciones, el gran pilar de su recuperación tras la covid, para apuntalarlo. Pekín celebra su gran cita política quinquenal —el 20º Congreso del Partido Comunista— que ungirá a Xi para un tercer mandato de cinco años al frente del país, y no quiere ningún sobresalto económico o social que pueda ensombrecer ese acontecimiento.
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Por su parte, el Ministerio español de Asuntos Exteriores se ha limitado a dar cuenta de lo que Albares le dijo a Wnag Yi, subrayando que el jefe de la diplomacia española recordó a su homólogo chino que la humanidad está viviendo “un momento histórico que requiere de todos los líderes mundiales sentido de la responsabilidad y visión de futuro”, en alusión al papel de China como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
El ministro español, según su departamento, reiteró la condena de la invasión rusa y el compromiso español con la soberanía e integridad territorial de Ucrania y añadió: “Las sanciones no son fáciles para nadie, pero estamos plenamente comprometidos y dispuestos a asumir las consecuencias”.
La conversación entre los dos ministros se produjo un día después de la reunión que mantuvieron en Roma el consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, con el consejero de Estado chino Yang Jiechi, durante siete horas. Washington ha denunciado que Moscú ha pedido ayuda económica y militar a Pekín para la guerra en Ucrania, algo que China ha tachado de “desinformación”.
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