La mayoría de los militares rusos que ocuparon la planta nuclear de Chernóbil, en el norte de Ucrania, tras la invasión del país han abandonado ya esas instalaciones, según un comunicado de la agencia nuclear ucrania, Energoatom, publicado este jueves. Esta entidad ha publicado también la fotografía de un documento que recoge, según afirma, la transferencia de la planta de nuevo a las autoridades locales.
Los soldados emprendieron en dos columnas el camino hacia el norte, donde se encuentra la frontera con Bielorrusia, apenas a una decena de kilómetros de la central. Según el testimonio de los empleados de la planta, que han permanecido en el interior durante semanas, este jueves apenas quedan ya tropas ocupantes. Las instalaciones fueron ocupadas por Rusia pocos días después del inicio de la guerra, el 24 de febrero.
Chernóbil, escenario en 1986 de la mayor catástrofe nuclear de la historia, sigue representando una pesadilla para los ucranios. Es todavía hoy una de las zonas más contaminadas del mundo y, en medio de la actual guerra, supone un lugar estratégico y sensible para ambas partes. De hecho, fue uno de los primeros objetivos sobre los que se lanzaron las tropas del Kremlin nada más invadir la antigua república soviética. La posterior toma de control por parte de Rusia de la mayor planta nuclear de Europa, situada en Zaporiyia, al sur de Ucrania, elevó las alarmas ante una posible catástrofe.
Mientras, una nueva columna de militares del Kremlin se está formando este jueves en los alrededores de la localidad de Slavutich, donde residen los trabajadores de Chernóbil, con la intención de emprender también camino hacia Bielorrusia, siempre según el texto de la agencia nuclear ucrania, hecho público a través de la red social Telegram. Como prueba de la recuperación del control de las instalaciones, Energoatom ha publicado la foto de un documento titulado Acta de Transferencia de Protección de la Planta Nuclear de Chernóbil, con fecha de 31 de marzo y la firma de un general ruso.
Al tiempo que Ucrania anunciaba la retirada de soldados de Chernóbil, en otros puntos del país han continuado los bombardeos. Las tropas rusas prosiguen los ataques en la disputada zona de Donbás, en el este, con armamento pesado, y persiste la ofensiva en los alrededores de Kiev y en otras importantes ciudades como Chernihiv (norte) y Járkov (este). Las distintas administraciones regionales aseguran que prácticamente todo el país sufre ataques, pese al anuncio de Moscú de que disminuiría su ofensiva sobre la capital y otras urbes, informó la agencia Urkrinform.
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En el caso de Lugansk, donde separatistas prorrusos controlan parte de la zona fronteriza con Rusia, las autoridades aseguran que todo el territorio ha sufrido bombardeos durante la noche del miércoles con armamento pesado —siete personas han perdido la vida—. En esta zona, la ciudad de Lisichansk ha sido el centro de la ofensiva rusa durante los últimos dos días, lo que ha causado también decenas de heridos. En esta ciudad, una refinería de petróleo se encontraba este jueves en llamas, indicó la agencia ucrania.
En la región de Donetsk, donde los secesionistas también controlan una autoproclamada república, los rusos bombardearon Mariinka con proyectiles de fósforo, según denunció Ucrania, y varios lanzacohetes fueron disparados contra otras poblaciones como Avdiivka, Heorhiivka, Novokalinove y Ocheretine.
Varios misiles rusos alcanzaron también un depósito de petróleo en la región de Dnipropetrovsk, en el centro del país, y una planta de fabricación de asfalto en la cercana Novomoskovsk. En este caso, no hubo víctimas mortales.
El bombardeo de las zonas residenciales de Járkov, en el este, también se mantiene, y en la noche del miércoles los ataques dañaron un gasoducto y provocaron un incendio que fue extinguido. En esta ciudad, los rusos bombardearon el distrito de Derhachi, donde murió al menos una persona. Las autoridades regionales indicaron que resulta imposible evacuar a la población debido a los constantes bombardeos, mientras que decenas de voluntarios tratan de entregar ayuda humanitaria.
Ante estos movimientos de Moscú, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha expresado de nuevo la desconfianza ante los anuncios del Kremlin: “Hemos oído las declaraciones recientes de que Rusia rebajará sus operaciones militares en Kiev y el norte de Ucrania. Pero Rusia ha mentido continuamente sobre sus intenciones. Así que solo podemos juzgar a Rusia en función de sus acciones, no de sus palabras. Según nuestra inteligencia, las unidades de Rusia no se están retirando, sino recolocándose”, ha señalado en una rueda de prensa en Bruselas. “Rusia está tratando de reagrupar, reabastecer y fortalecer su ofensiva en la región de Donbás. A la vez, Rusia mantiene la presión en Kiev y otras ciudades. Podemos esperar acciones ofensivas adicionales que traerán incluso más sufrimiento. Rusia debe terminar esta guerra sin sentido, retirar todas sus tropas y unirse a las conversaciones con buena fe”, ha añadido Stoltenberg.
La ciudad más castigada por los bombardeos de Moscú, la sitiada Mariupol, está a la espera de que un convoy integrado por medio centenar de autobuses pueda acceder en las próximas horas para sacar a ciudadanos atrapados, después de que el Kremlin anunciara un alto el fuego en la localidad. Este jueves por la tarde, Moscú ha informado de que el viernes se abrirá un corredor humanitario entre Mariupol y Zaporiyia, según la agencia Tass. La vice primera ministra de Ucrania, Irina Vereshchuk, anunció que 45 autobuses se dirigían ya a la ciudad portuaria, después de que el Comité Internacional de la Cruz Roja confirmara que Rusia había accedido a abrir un corredor humanitario. Un total de 5.000 personas han muerto y unas 170.000 permanecen atrapadas, según datos de la alcaldía de esta ciudad, situada a orillas del mar de Azov y asediada desde hace semanas por las tropas rusas.
Los soldados ucranios siguen librando combates defensivos en Chernihiv, donde el miércoles los rusos bombardearon los suburbios de la ciudad. Y en la región de Kiev, las detonaciones y explosiones se han sentido mucho menos en las últimas horas en torno al frente noroeste de la capital, pero localidades como Irpin o Bucha siguen en disputa, pese a que el Gobierno anunció el lunes que había logrado desalojar de la primera a los militares rusos.
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