Las tropas rusas han tomado el control de la mayor central nuclear de Europa, situada en la región de Zaporiyia, al sureste de Ucrania, en la madrugada del viernes. Las instalaciones llevan desde la tarde del jueves recibiendo ataques de mortero por parte del Ejército ruso, lo que provocó un incendio en el Corpus G que ya ha logrado ser sofocado. En la mañana de este viernes, los soldados rusos no están permitiendo a nadie entrar ni salir de las instalaciones, como explica por teléfono a EL PAÍS Alexandra, una técnica que trabaja en la central de Zaporiyia. “Este jueves los responsables de la central nos dijeron que podríamos ir a trabajar con normalidad porque estaba controlada por el Ejército ucranio. Entró el turno de la mañana. Y tras 24 horas, todavía siguen allí, no les dejan salir”. Ella debía haber entrado en el turno de noche del jueves, pero no lo pudo hacer, ni tampoco esta mañana del viernes: cuando ha intentado aproximarse a la central, las tropas rusas le han dicho que estaba tomada y que no dejaban entrar a nadie.
Los compañeros de Alexandra llevan dentro, manteniendo la central en funcionamiento, desde la mañana del jueves. Debido a lo peligroso que es el trabajo en una central nuclear y de que se trata de una instalación estratégica, es importante que siempre se mantengan los turnos de mañana, tarde y noche para que los trabajadores puedan descansar. Turnos que ahora no se están cumpliendo. “Ahora mismo solo puedo pensar en los compañeros que están allí dentro y a los que los rusos han tomado casi como rehenes. También pienso en mi familia constantemente. Estoy muy preocupada. Esto puede ser una catástrofe sin precedentes”, confiesa Alexandra. Ni ella ni su familia han podido huir de la ciudad de Energodar ya que está rodeada. “¿Adónde vamos? No tenemos salida. Y ante una situación así, es mejor quedarse en casa. Al menos, si pasa algo, estamos todos juntos”.
La central, que tiene una potencia de 5.700 megavatios —Almaraz, la mayor de España, es de 1.100 megavatios— genera cerca de la mitad de toda la energía nuclear del país y una quinta parte de la energía total de Ucrania. Situada en la ciudad de Energodar (que significa “el que da energía”), en la región de Zaporiyia, en el sureste de Ucrania, la planta está compuesta por seis reactores, lo que la convierte en la tercera central nuclear más grande del mundo.
Alexandra, que prefiere no ser identificada con su nombre real, relata que, a pesar de que la central tiene seis reactores, ahora mismo solo está en funcionamiento el reactor número cuatro. Hace dos días y debido a la ofensiva rusa en marcha desde el pasado 24 de febrero, los responsables de la central tomaron la decisión de apagar el reactor dos y tres, que daban energía a Rusia y Bielorrusia, según el relato de esta empleada técnica. El uno estaba en un proceso de mantenimiento, con material radiactivo, y el cinco y el seis, apagados. En el momento de la ofensiva, solo el reactor cuatro, que da energía a Ucrania, estaba en funcionamiento.
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Russian army is firing from all sides upon Zaporizhzhia NPP, the largest nuclear power plant in Europe. Fire has already broke out. If it blows up, it will be 10 times larger than Chornobyl! Russians must IMMEDIATELY cease the fire, allow firefighters, establish a security zone!
— Dmytro Kuleba (@DmytroKuleba) March 4, 2022
El ataque ruso, en la madrugada de este viernes, causó un incendio y una gran alarma. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, advirtió durante el incendio: “En Chernóbil explotó solo un reactor. Si aquí son atacados los seis, va a afectar no solo a Ucrania. Afectará al agua y al aire de Ucrania, de Rusia y del mundo entero”, explica Alexandra. “¡Si estalla, será diez veces más grande que Chernóbil! Los rusos deben parar el fuego inmediatamente”, dijo.
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