El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, viajó este jueves a Kiev para entrevistarse con su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski. El objetivo del mandatario turco es usar sus buenas relaciones tanto con el líder ucranio como con el ruso, Vladímir Putin, para intentar mediar en la tensión entre ambos países, que ha puesto en alerta a Europa y la OTAN.
“Estamos actuando para rebajar las tensiones en lugar de echar leña al fuego de la escalada militar”, dijo Erdogan en una rueda de prensa sin preguntas junto a Zelenski. El presidente turco reiteró su oferta de mantener “conversaciones bilaterales” entre los gobiernos de Rusia y Ucrania en Turquía, algo que también propuso a Moscú, aunque el Kremlin puso como condición que se invite también a representantes de los separatistas prorrusos. El ministro de Defensa ucranio, Oleksii Reznikov, expresó el apoyo de su país a que las conversaciones ruso-ucranias, hasta ahora llevadas a cabo en Minsk (Bielorrusia) se trasladen a Estambul.
Lazos con la comunidad tártara
“Estamos preparados para hacer todo lo que esté en nuestras manos por la paz”, aseguró Zelenski, a la vez que agradeció a Erdogan la defensa de Ucrania. Turquía ha subrayado en varias ocasiones su apoyo a “la integridad y soberanía” de todo el territorio ucranio, “incluida Crimea”, ocupada por Rusia en 2014 y que históricamente fue hogar de una relevante comunidad tártara con estrechos lazos culturales, lingüísticos y políticos con Turquía.
En los últimos años, Turquía ha reforzado sus lazos con Ucrania en todos los ámbitos. Este jueves, Erdogan y Zelenski firmaron 12 acuerdos bilaterales, incluido uno de libre comercio que pretende aumentar los intercambios hasta los 10.000 millones de dólares (unos 8.740 millones de euros), un tercio más que en la actualidad. Además del comercio, la construcción de infraestructuras y el turismo, ambos países han tejido una importante alianza en el campo militar. Ankara ha vendido drones armados a Kiev, que el ejército ucranio ha utilizado ya contra los rebeldes prorrusos del este del país, y la principal empresa productora de drones de Turquía, Baykar, utiliza ahora motores ucranios para sus aparatos. Esta cooperación ha alcanzado un grado estratégico con la firma de acuerdos para la transferencia de tecnología. Ucrania, además, ha entregado a Turquía a varios individuos perseguidos por el Gobierno de Ankara sin seguir un proceso legal.
Esta venta de drones ha molestado a Moscú, pero Turquía sigue manteniendo buenas relaciones con el Kremlin, principalmente porque sus dos líderes se han acostumbrado a una relación transaccional en la que ambos pueden llegar a acuerdos de tú a tú sabiendo que se llevarán a la práctica, pues ningún estamento de sus respectivas administraciones pondrá obstáculos a su cumplimiento. Así, Rusia y Turquía han pactado altos al fuego en diversos conflictos como Libia, Siria o el Nagorno-Karabaj, donde apoyan a bandos enfrentados. Además, el Gobierno turco ha adquirido una batería de defensa antimisiles rusa S-400 y ha manifestado interés en comprar una segunda, pese a que ello le ha llevado a enfrentarse con Estados Unidos y otros aliados. De hecho, los intentos de Erdogan por mediar entre Rusia y Ucrania son vistos como una estrategia de Turquía para mostrar su importancia estratégica al resto de socios de la OTAN, de la que forma parte desde 1952.
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Sin embargo, resta saber qué influencia puede tener Erdogan ante Putin, en un momento en que el líder ruso busca un acuerdo directo con Washington y dado que la dependencia de Turquía respecto a Rusia es mucho mayor que al revés. Lo es desde el punto de vista energético —en enero, Rusia fue el principal origen de las importaciones turcas, sobre todo debido al gas—, turístico —el 19% de los extranjeros que visitaron Turquía en 2021 fueron rusos, y el 8% ucranios— y de la seguridad: si el régimen sirio no avanza sobre el último bastión rebelde de Idlib, lo que provocaría una oleada de millones de refugiados a la vecina Turquía, es porque no tiene el visto bueno de Moscú. Como si se tratase de un mensaje, en la mañana del jueves, aviones rusos bombardearon zonas del sur de la provincia de Idlib.
Erdogan anunció la pasada semana que Putin ha aceptado la invitación de acudir a Turquía para tratar, entre otras cuestiones, la tensión con Ucrania. Este jueves, Erdogan reiteró que la visita de Putin se producirá en las próximas semanas, tras el viaje del mandatario ruso a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín. El portavoz del Kremlin reconoció que se ha hablado de la posibilidad de que el viaje a Turquía se produzca a finales de febrero, pero matizó que todavía no se ha cerrado ninguna fecha.
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