Stewart Rhodes, fundador y líder del grupo de milicias de extrema derecha Oath Keepers, ha sido arrestado y acusado este jueves de conspiración sediciosa en relación al ataque al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021. El miembro de más alto rango de un grupo extremista imputado por el suceso también ha sido acusado de planear un complot para interrumpir la sesión de certificación de Joe Biden como vencedor de las elecciones presidenciales en el Congreso. Una decena de otros asociados a Oath Keepers también han sido imputados por conspiración sediciosa, el cargo más grave presentado hasta ahora por el Departamento de Jusiticia en el marco de las investigaciones sobre el asalto ejecutado por una turba de simpatizantes de Donald Trump.
Además de Rhodes, de 56 años, el FBI también detuvo esta tarde a Edward Vallejo, de 63 años. Los otros nueve miembros de la milicia acusados ya habían sido imputados por otros cargos. El cargo de conspiración sediciosa requiere que los fiscales demuestren que al menos dos personas acordaron usar la fuerza para derrocar la autoridad del gobierno o retrasar la ejecución de una ley estadounidense. Conlleva una pena máxima de 20 años de prisión.
Tras la noche electoral, Rhodes predijo que EE UU se encaminaba hacia una guerra civil y que nunca reconocerían como legítima la victoria del presidente electo Joe Biden. El exmiembro del Ejército y licenciado en derecho en la Universidad de Yale no ingresó al edificio federal. Sin embargo, mantuvo comunicaciones con sus compañeros de grupo que sí accedieron al Capitolio, según le informó al FBI la pasada primavera durante un interrogatorio en Texas.
Los fiscales han recopilado contundente evidencia en contra de los imputados, incluidos chats encriptados en aplicciones móviles y grabaciones de reuniones en línea. Las autoridades acusan a los miembros de la milicia de entrar por la fuerza al edificio y de montar una “fuerte de reacción rápida” con armas en un hotel en Virginia, muy cerca de Washington, con personas dispuestas a desplazarse rápidamente a la capital estadounidense. La acusación contra Rhodes describe que los miembros de Oath Keepers formaron dos filas militares cuando ingresaron al edificio del Congreso. La primera se dividió para acceder a la Cámara de Representantes y al Senado. La segunda se enfrentó con los agentes de la policía del Capitolio.
The Oath Keepers y los Proud Boys son los principales grupos ultra involucrados en el ataque que dejó cinco muertos y 140 heridos. Un año después, hay más de 700 acusados y solo 71 condenas. Ese día, Rhodes envió un mensaje a sus seguidores: “Acumulen municiones” y prepárense para una “guerra total en las calles”, según la comisión investigadora del Congreso sobre el 6 de enero. Dos días antes del asalto, publicó un artículo en el sitio web de Oath Keepers llamando a “todos los patriotas” a “mantenerse firmes en apoyo de la lucha del presidente Trump para derrotar a los enemigos extranjeros y nacionales que están intentando llevar a cabo un golpe de estado”.
Previo a las elecciones de noviembre de 2020, según los fiscales federales, Rhodes instó a sus compañeros a apoyar a Trump, llamándolo el “presidente debidamente elegido” y agregó: “Pueden llamarlo insurrección o pueden llamarlo guerra”. Cuando la victoria de Biden ya era un hecho, el hombre le pidió a Trump que invocara la Ley de Insurrección en un mitin a favor del republicano en Washington, sugiriendo que si no lo hacía, se iba a desencadenar una “guerra mucho más sangrienta”.
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Otra escalada en las pesquisas sobre el ataque vino desde la comisión investigadora del Congreso. Los legisladores emitieron esta tarde citaciones a Meta (ex Facebook), Google, Alphabet y Reddit por no proporcionar información completa sobre cómo sus plataformas difundieron falsedades que fomentaron la insurrección. “No podemos permitir que nuestro trabajo se retrase más”, dijo en un comunicado el presidente del comité, el demócrata Bennie Thompson. “Dos preguntas clave para la comisión son cómo la difusión de información errónea y el extremismo violento contribuyeron al ataque contra nuestra democracia, y qué medidas, si las hubo, tomaron las empresas de redes sociales para evitar que sus plataformas se convirtieran en caldo de cultivo para radicalizar a las personas hacia la violencia”, apuntó.
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