Excontratista de ‘Chepe’ Gómez recibió millonario contrato de John Jairo Gómez Aguirre

A través de un proceso de selección abreviada el gobierno del alcalde de Tuluá le entregó a la Corporación Ciudadana Solidaria, Corcis, la suma de más de 263 millones de pesos para ejecutar en cuatro meses.

En plena crisis económica generada por el covid-19 y sin que se conozcan ayudas reales para los comerciantes y empresarios afectados por la pandemia y los 45 empresarios y comerciantes perjudicados por la devastadora acción criminal de los violentos durante el paro nacional, la administración de John Jairo Gómez Aguirre le entregó más de 263 millones de pesos a la Corporación Ciudadana Solidaria, Corcis, una antigua contratista de José Germán ‘Chepe’ Gómez.

La corporación cuya representante legal es Luz Marina Pérez Guevara, celebró con la Alcaldía de Tuluá el pasado 3 de mayo de 2021, el contrato No. 270.20.3.068 por la suma de $263.560.000 para realizar durante cuatro meses producción y difusión de mensajes institucionales a través de medios radiales, audiovisuales e impresos, es decir se gastaron más de 65 millones al mes en publicidad.

Lo curioso es que esta misma corporación recibió onerosos recursos durante la administración del exalcalde José Germán ‘Chepe’ Gómez, como lo evidencian las denuncias publicadas en su momento por el reconocido periodista Marcos Efraín Montalvo, quien en esa época no dudó en preguntar quién o quiénes son realmente los dueños de la boyante empresa.

Otra curiosidad es que la Corcis, tiene registrada como sede la Oficina 101 del edificio Montoya, ubicado en la carrera 25 No. 25-36, la misma que fue utilizada por Gómez Aguirre como sede de campaña, lo que deja serias dudas sobre los verdaderos personajes que están detrás de este contratista que recibe generosos recursos de los tulueños.

En publicidad se invierten los impuestos de los tulueños.

Durante el mandato de ‘Chepe’ Gómez, en un corto lapso la Corporación Ciudadana Solidaria, Corcis, obtuvo tres contratos: dos de ellos firmados en el 2013, y el tercero con su adición en el 2014; un “contratico” de $226 millones que se ganó por ser único proponente, cuyo objeto era la prestación del servicio como operador logístico para llevar a cabo las diferentes jornadas y eventos a realizar dirigidos a la población vulnerable del municipio de Tuluá. https://www.contratos.gov.co/consultas/detalleproceso.do…

Un segundo contrato por $49 millones 500 mil, “menor cuantía”, con el objetivo de prestar “servicios para la realización del Primer encuentro para el bienestar y fortalecimiento de la acción comunal en el municipio de Tuluá, los días 24 y 25 de agosto del 2013.” http://www.contratos.gov.co/consultas/detalleproceso.do…

Y en el año 2014 la entidad «sin ánimo de lucro» firmó con el Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte, Imder Tuluá, un contratico por $228 millones para el aseo, mantenimiento y operación de nuestros escenarios deportivos, el cual fue adicionado en $60 milloncitos en el mes de noviembre de ese año.

Como se observa la Corporación Corcis no solo es todera y puede contratar todo tipo de servicios, sino que está muy cerca del corazón dulce de “Gacheocha”, pues solo se requieren unos pasos para llegar de la oficina Montoya al Despacho del mandatario “de la gente para la gente”. 9803.jpg

El generoso contrato con la Corporación Corcis.

John Jairo Gómez en la ciudad de las maravillas

Hacía mucho tiempo no se lograba un consenso tan apabullante entre el pueblo tulueño, y lo logró John Jairo Gómez Aguirre con su inefable gobierno.

Los únicos que al parecer no se dan cuenta el estado de deterioro creciente en que se encuentra el corazón del Valle es su alcalde John Jairo Gómez Aguirre, sus secretarios de despacho y sus áulicos, quienes dan la impresión de vivir en la ‘burbuja’ creada por el eslogan chabacán de #YoSiQuieroGacheocha.

Regresar a Tuluá es volver a la tierra de nuestros ancestros, reencontrase con amigos y familia, es confundir la alegría de sus gentes con el calor de una ciudad que ahoga más por el sopor de su inseguridad, criminalidad y abandono, que por los insoportables climas que se registran en esta temporada del año.

Caminar por sus calles y el centro de la ciudad, una experiencia que debería ser un disfrute se convirtió en una sensación que solo trasmite desesperanza e incertidumbre, pues permite vivir de cerca la decadencia de una urbe que hasta hace muy poco nos hacía sentir orgullosos a los tulueños: “que fea, sucia y descuidada está la ciudad”, es el cometario generalizado.

No hay taxista o mototaxista, que se refiera en buenos términos al Mandatario local, todos al unísono consideran que ha sido una tragedia para el pueblo tulueño, que brilla por su ineptitud e incompetencia y que ha sido incluso más dañino que el covid-19 y el paro nacional con sus absurdos bloqueos.

Su gestión se agota en pequeñas obras de «cemento» que tanto criticó en el pasado.

La inseguridad campea a sus anchas, los homicidios son pan de cada día, y hasta los descabezados amenazan con volverse parte del paisaje, como cuando fungió como secretario de Gobierno en la Administración de José German ‘Chepe’ Gómez, ni para que hablar de la zona rural donde las disidencias de la Farc tienen el control, como dan cuenta de manera regular los medios nacionales.

Al regresar quise tomarme unas fotografías con las cacareadas “mega obras” o “super obras”, no vaya y se convirtieran en el futuro en sitios turísticos inaccesibles, pero solo encontré algunos reparcheos en las deterioradas vías, como un sastre desesperado remendando un pantalón viejo y ajado, pero nada espectacular que mostrar, sus ejecuciones se agotan en el palo de “selfie” y los videos para divertir a los tulueños.

El sistema semafórico cayéndose a pedazos por la falta de mantenimiento preventivo y la acción de los vándalos es el mejor reflejo de la incapacidad de un personaje que nos demuestra que tan nefasto es invertir en la práctica “la teoría de las ventanas rotas”, que sostiene que mantener los entornos urbanos en buenas condiciones puede provocar una disminución del vandalismo y la reducción de las tasas de criminalidad”.

En la Tuluá de Gacheocha sucede todo lo contrario, la fealdad de la ciudad es el reflejo de la creciente criminalidad, el desorden, el caos vial y la falta de autoridad, aquí nuevamente cada cual hace lo que se le viene en gana, porque desde la propia Administración Municipal se han encargado de apuntalar al Mandatario local como un mero chiste, un costoso hazmerreír para la ciudad.

Un Policía muerto tres heridos en ataque en zona rural de Tuluá

La acción criminal habría sido perpetrada por disidencias de las Farc pertenecientes a la columna Adán Izquierdo, grupo insurgente que siembra el terror en el centro y norte del Valle del Cauca.

Un nuevo ataque criminal ocurrido la tarde de hoy en zona rural del municipio de Tuluá dejó como resultado el asesinato de un policía y otros patrulleros heridos que debieron ser trasladados de urgencia hasta la clínica María Ángel de esta localidad centro vallecaucana.

El hecho se presentó cuando hombres, al parecer de las disidencias de las Farc pertenecientes a la autodenominada columna Adán Izquierdo atacaron a una Comisión de la Unidad Nacional de Restitución de Tierras, a la altura del puente de Tibolí, en jurisdicción del corregimiento de San Rafael.

Comisión de restitución de tierras fue atacada con rfahas de fusil

El uniformado asesinado por los terroristas fue identificado como el patrullero Ricardo Andrés Álvarez Cardona, de 27 años, sin que se hayan suministrado los nombres de los otros tres miembros de la Policía Nacional que fueron heridos con ráfagas de fusil durante el ataque subversivo.

De inmediato la Unidad de Restitución condenó el acto criminal ocurrido en Tuluá, Valle del Cauca, contra patrulla de carabineros donde falleció uno de sus hombres y expresó su solidaridad con los familiares y la institución policial, subrayando que su trabajo ha sido fundamental en la reparación de las víctimas.

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Las Transiciones de la luz

Por: Jonh Better

Lo primero en ser debilmente iluminado , es una serie de objetos preciosos:

Una armonica china de hojalata.
Un reloj averiado
Algunas monedas de centavos y de a peso.
Un ojo de buey
La polvera de una mujer

Lo que no tolera la luz, huye despavorido y encuentra su grieta, su escondite.

Cada cosa es expuesta.
Es desnudada
Hasta lo más pàlido vibra al ser mirado.
La luz sigue su ruta
Se abre paso a través del fino encaje de una cortina.
Parece detenerse ( solo un segundo) en aquella rara habitación en donde unos hermosos pies blancos se balancean el aire.

Perseo, John Better.
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Que no pasen de agache

La torpe actuación debe Marco Arbelaez Vargas debe ser recordada por cada comerciante afectado, tulueño que se quedó sin empleo y ciudadano que perdió un familiar o amigo a causa del covid y su oportunismo político.
Por: Robert Posada Rosero

El país pensante, al que le duele la muerte de las empresas y el entierro de los empleos de miles de ciudadanos, así como las vidas que ha cobrado el Covid-19 como consecuencia de las aglomeraciones sin control, tiene muy claro quiénes son los promotores de esta barbarie revestida de protesta social, una sinrazón a la que debemos ponerle responsables para depurar los liderazgos putrefactos de los constructivos.

A nivel nacional, aunque han intentado desmarcarse del accionar de los terroristas urbanos, quedó muy claro quienes llevaron y sacaron a las calles a los jóvenes para que entre ellos se pudieran camuflar los milicianos y demás actores criminales que están actuando pagados para desestabilizar al país con el único objetivo de llegar al poder, utilizando “todas las formas de lucha”.

Entramado que contó y cuenta con actores regionales y locales determinantes para exacerbar la turba cuando el monstruo del descontento asomó la cabeza, políticos y líderes populistas que más por oportunismo que por convicción salieron a querer capitalizar electoralmente la movilización social, sin hacer una lectura sosegada de los riesgos que implicaba para la economía del país y la vida, avivar la llama que hoy arrasa a la nación.

Tres días antes de iniciar las marchas se mostró preocupado por el avance desenfrenado de la pandemia.

En su afán de protagonismo también son responsables de los más de 60.000 desempleados y los billones en pérdidas que ha dejado el paro en las empresas del Valle, en dónde los pequeños y medianos empresarios acumulan un daño superior a los 3,5 billones de pesos en estos dos meses, sin que hayan sido capaces de retomar el rumbo, según manifestó Yitcy Becerra, directora de Acopi Valle.

Este frenazo lo sintieron por igual las grandes empresas, quienes en muchos casos tuvieron que suspender y despedir personal al no tener flujo de caja, generando una crisis sin precedentes que se ve reflejada en unos 40.000 empleos perdidos y el cierre de 15.000 empresas, como indicó Edwin Maldonado, presidente del Comité Intergremial del Valle.

Solo en Tuluá, una ciudad intermedia de 220 mil habitantes, sin sumar la afectación al comercio informal, se registraron pérdidas por más de dos mil millones en daños físicos y saqueos al comercio, 238 empleos arruinados o en riesgo, el Palacio de Justicia destruido, siete edificios públicos más vandalizados y la muerte de un estudiante universitario de 18 años, un desastre que se refleja en sus calles y se siente el desánimo de sus gentes.

A este doloroso panorama se suma el desolador espectáculo mortuorio que se vive en la ciudad como resultado del avance desenfrenado del Covid-19, pandemia que está dejando una estela de muerte ante la mirada impotente y aterrada de una sociedad que se acuesta pensando en cuál será el amigo o familiar que sigue en la lista de la parca.

Un día antes de las marchas que dispararon los contagios y muertes, de manera oportunista y por cálculos políticos, cuestionó a quienes consideraban imprudente hacer un paro en plena pandemia.

Las cifras no mienten y son incontrovertibles, mientras el 29 de mayo se registraban en promedio 86 contagios y 2 muertes diarias, para un acumulado de 9.500 contagios y 390 muertes con covid, un mes después, el 29 de junio, la cifra se elevó a 92 casos positivos y cuatro muertes diarias, acumulando 12.136 contagios y 509 muertos con covid, 119 muertos en solo un mes, lo que representa un aumento del 30,5%.

Es innegable que la debacle del Valle del Cauca pasa por el pobre liderazgo de la gobernadora Clara Luz Roldan, el protagonismo calculado en favor de la destrucción de Cali, de Jorge Iván Ospina y la incompetencia y falta de autoridad de John Jairo Gómez Aguirre, frente a lo que sucede en Tuluá, pero hay otros actores que no pueden pasar de agache como el excandidato a la alcaldía y también peón de la exgobernadora Dilian Francisca Toro, Marco Alejandro Arbeláez Vargas.

El 27 de abril, Arbeláez Vargas invitaba emotivo a marchar, advirtiendo, como en efecto está pasando, “que nuestros justos reclamos no nos cuesten ni una sola vida”, cuestionando a quienes consideraban que era imprudente hacer un paro en plena pandemia. Su torpe actuación debe ser recordada por cada comerciante afectado, tulueño que se quedó sin empleo y ciudadano que perdió un familiar o amigo a causa del covid y el oportunismo político, de quien, apelando a la falta de memoria de la gente, saldrá nuevamente a posar de salvador.

Al final de este desastroso periodo de gobierno Tuluá necesitará la persona más calificada para salir de la ruina física, económica y social en que va a quedar, amén de recuperar la seguridad, y es evidente, a juzgar por su actuar que Arbeláez Vargas no es el hombre, pues no basta con inclinarse a pedir perdón ante el féretro de quienes ofende y agrede por afanes politiqueros; los verdaderos líderes actúan siempre con decencia, seriedad, sensatez, coherencia y juicio.