El mundo rural ibérico exhibe sus excelencias en la frontera hispanolusa
- junio 13, 2022
Vilar Formoso (Portugal), 13 jun (EFE).- Artesanos del medio rural y trabajadores del campo llegados desde numerosos rincones de España y Portugal exhiben durante estos días sus mejores productos en la 13ª Feria de Caza, Pesca y Desarrollo Rural.
Se trata de una iniciativa recuperada tras la ausencia en los años de pandemia donde se reivindica la esencia del medio rural tanto en España como en Portugal y, sobre todo, los productos autóctonos.
Desde el pasado viernes, 10 de junio, miles de asistentes, según la organización, han acudido hasta el recinto ferial para degustar los tradicionales quesos del Parque Natural Serra de Estrela (Portugal), la miel de este entorno de la región Centro de Portugal, los típicos embutidos ibéricos de la provincia española de Salamanca o los tradicionales vinos de la Beira Interior, región portuguesa fronteriza con España.
En total, según António Machado, alcalde del concejo luso de Almeida, organizador de la Feria, más de un centenar de artesanos expositores participan en este evento, donde la muestra de los animales para actividades cinegéticas es otro de los atractivos.
La cita también ha sido aprovechada para presentar al público los recursos naturales y turísticos del río Côa, un acuífero que siglos atrás marcó la antigua frontera natural entre España y Portugal y del que «queremos sacar más provecho a sus potencialidades turísticas», aseguró el alcalde.
Además de las diferentes actividades relacionadas con la caza y la pesca, los asistentes también han podido disfrutar de numerosos conciertos musicales durante la noche.
LA MANTA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
El producto estrella de esta feria ha sido el denominado «Cobertor do papa», una manta para pastores que antiguamente se fabricaba en el distrito portugués de Guarda y que ahora sólo se elabora en una aldea lusa próxima a la frontera con la parte española de Salamanca.
Maria do Ceu Reis explica a EFE que el único sitio de Portugal donde se mantiene viva esta tradición es en el pueblo de Macaínhas, una aldea de Guarda donde la elaboran entre cuatro personas.
Para hacer esta manta es necesario que «cuatro artesanos trabajen en conjunto» y así lo hacen en la Asociación Cobertor do Papa de Maçaínhas.
La señora Rosa, de 88 años, es la encargada de urdir la lana y elaborar el ovillo.
«Una de las singularidades de esta manta es que se elabora sólo con lana y de una variedad de oveja típica la zona de Guarda», aclara Mario do Ceu.
El siguiente paso lo hace Alfredo, de 51 años, que se encarga de tejer la lana, mientras que la propia Maria do Ceu filtra el tejido junto con Dulce.
Son unas mantas que con la escasez de pastores se han dejado de fabricar, aunque «aún tenemos demanda tanto para Portugal como para algunas zonas de la región de Galicia», concluye la artesana. EFE
cgg
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