"Si agarras un sapo, lo
pones en una olla con agua y llevas al fuego, observarás algo
interesante: el sapo se adapta a la temperatura del agua, permanece
dentro y continúa adaptándose al aumento de temperatura.
Pero
cuando el agua llega al punto de ebullición, al sapo que le gustaría
saltar de la olla, no puede. Porque está demasiado débil y cansado
debido a los esfuerzos que ha realizado para adaptarse a la temperatura.
Algunos
dirían que lo que mató al sapo fue el agua hirviendo... en realidad lo
que mató al sapo fue su incapacidad para decidir CUÁNDO saltar.
Así
que deja de "adaptarte" a situaciones equivocadas, relaciones abusivas,
amigos parásitos y muchas otras cosas que te "calientan". Si continúas
adaptándote, corres el riesgo de "morir" por dentro.
Se afirma que todo cambio es estresante por definición, ya que aunque sea bien recibido altera la estabilidad. Y plantea que todos podemos regular el grado de estrés, manejando la cantidad de cambios que estamos dispuestos a tolerar.
La estructura política de la Colombia, tras décadas de gobierno, se asemeja ahora a una olla de agua tibia donde demasiadas ranas llevan felizmente aturdidas mucho tiempo. La actual situación, sin embargo, reclama de una olla en ebullición, de la que se aparte lo quemado y donde los políticos que queden no paren de dar saltos.
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