Cuando los nazis invadieron Rusia en 1941, desmantelaron la cámara y la trasladaron al castillo de Königsberg, en lo que era el estado alemán de Prusia.
Según Anatoly Valuev, del Museo de Historia y Arte de Kaliningrado, Königsberg era una «base de transferencia de objetos culturales [saqueados], que se almacenarían en la ciudad para su posterior transporte a otras partes de Alemania».
Pero cuando el Ejército Rojo se apoderó de la ciudad en 1945, no se encontraron rastros de la Cámara de Ámbar.
Destino desconocido
Algunos pensaron que la habitación pudo haber sido destruida por el fuego.
«Pero no se encontraron rastros de ámbar quemado», dice Valuev.
«Así que se asumió que la (los paneles) sobrevivieron y que estaban escondidos en el sótano del castillo o que fueron llevados a otro lugar», agrega.
Y la búsqueda de la legendaria cámara continuó.
En 1946, Koningsberg pasó a formar parte de Rusia y pasó a llamarse Kaliningrado.
Dos investigaciones importantes no arrojaron rastros de la habitación.
Los especialistas soviéticos continuaron indagando en cientos de lugares alrededor de la ciudad y entre las ruinas de su castillo.
En la década de 2000 se utilizaron equipos más avanzados para la búsqueda y se encontraron obras de arte y joyas en una parte oculta del sótano del castillo, pero nada de la Cámara.
Preocupación por su estado
Con los años, los expertos comenzaron a tener la duda de que, incluso si se encontrara la Cámara de Ámbar, probablemente sería una sombra de lo que había sido.
«El ámbar es un material complejo; es bastante frágil y cambia con el tiempo», dice Tatyana Suvorova del Museo Regional del Ámbar de Kaliningrado.
Según la experta, si la cámara fuera redescubierta, «supondría una gran alegría, [pero] sería un hecho histórico», no un acontecimiento artístico, por el estado en el que probablemente se encontraría.
Suvorova explica que obras de este tipo están hechas de un material frágil y necesitan un manejo muy delicado. «Requieren un ambiente de museo», explica.
La nueva sala
A medida que se desvanecía la esperanza de que se encontrara la Cámara de Ámbar, surgió una nueva idea.
En 1979, la antigua URSS comenzó a reconstruir la habitación guiada por dos elementos originales restantes: una única caja de reliquias de la habitación; y 86 fotografías en blanco y negro del espacio tomadas justo antes de la Segunda Guerra Mundial.
La reconstrucción tomó 23 años, pero hoy la imitación de la Cámara de Ámbar se exhibe en el palacio de Catalina en el Museo Estatal de Tsarskoye Selo en San Petersburgo, considerado Patrimonio de la Humanidad.
Con paredes que brillan en naranja y oro, esta nueva sala de ámbar da vida una vez más al antiguo encanto de la resina fosilizada.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.
0 Comments:
Publicar un comentario