El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, 79 años, ha recibido hoy su cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus un día después de que la FDA diera el visto bueno para esa segunda dosis de refuerzo para los mayores de 50 años. “No ha dolido nada”, dijo el demócrata a preguntas de los periodistas mientras el mandatario procedía a bajarse la manga de su camisa tras recibir la inyección. Biden ha declarado que debido a la estrategia de vacunación, pruebas y tratamientos llevada a cabo el año pasado, EE UU se encuentra en un nuevo momento de la pandemia. “Eso no significa que la covid-19 se haya acabado”, ha querido precisar el mandatario. “Significa que ya no controla nuestras vidas”.
Biden se ha puesto su segunda dosis de refuerzo cuando en Estados Unidos ya hay una subvariante altamente contagiosa de omicrón, BA.2, que representa casi el 55% de los positivos por coronavirus, según estimaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés). Además, la Casa Blanca ha recordado al Congreso de la nación que en junio se agotan los fondos que existen para hacer frente a la pandemia.
“Esto no es un tema partidista, estamos hablando de medicina”, ha declarado Biden desde la Casa Blanca. Antes de que se le inyectara el refuerzo de la vacuna, el mandatario ha instado al Capitolio a que actúe “inmediatamente”, ya que el país “no puede esperar” a que haya un nuevo repunte de la infección para abordar los problemas de financiación. El presidente fue muy claro al informar de que sin nuevos fondos empezará a haber problemas de suministro de vacunas a “finales de mayo”. Si el Congreso no proporciona más dinero, la administración no tendrá suficientes dosis de refuerzo este otoño “para garantizar que las inyecciones estén disponibles, sean gratuitas y de fácil acceso para todos los estadounidenses”.
Because of the strategy we executed over the past year on vaccinations, testing, treatments, and more, we are now in a new moment in this pandemic.
That does not mean that COVID-19 is over.
It means that COVID-19 no longer controls our lives.
— President Biden (@POTUS) March 30, 2022
BA.2 se ha convertido en la causa más común de los nuevos contagios por covid-19 en los estados del noreste del país. La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud declaró que BA.2 era la versión dominante de Omicron en todo el mundo. Entonces, Rochelle Walensky, directora de los CDC, dijo que anticipaba que pronto sería dominante también en Estados Unidos.
A pesar de que la posición oficial de la Administración Biden era que no se esperaba un aumento de casos que provocase un nuevo pico, la presencia de BA.2 puede trastocar este planteamiento, lo que refuerza la posición de la Casa Blanca de que hay que aprender a convivir y adaptarse con el virus. Los científicos han estado muy atentos a BA.2, una de las tres variedades genéticamente distintas de omicron, que fue descubierta por investigadores sudafricanos en noviembre del pasado año. Anthony Fauci, principal asesor médico del Gobierno de Biden, ha dicho que la subvariante podría causar un aumento en los casos en EE UU, pero no contempla una gran escalada, como sucedió con la propia omicron a mediados de diciembre y el mes de enero.
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En el Reino Unido, que tiene un mayor volumen de población vacunada que EE UU, se ha vivido una nueva ola de casos provocados por esta versión BA.2 más contagiosa del virus. Tanto los casos, como las hospitalizaciones y las muertes por coronavirus han tenido una tendencia al alza desde finales de febrero. Sin embargo, las infecciones de BA.2 no han alcanzado los picos observados con BA.1. Durante toda la pandemia, Estados Unidos ha vivido lo que sucedía en el Reino Unido unas tres semanas más tarde. Las autoridades norteamericanas empezaron a tener en cuenta la tendencia del país europeo para preparar el camino aquí.
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