Google quiere reinar sobre todos nuestros vehículos, y para ello ponen en liza distintos sistemas operativos que están cada vez más presentes, por una parte Android Auto que prácticamente puede ser instalado en cualquier vehículo, y por otra parte su nueva apuesta de Android Automotive que tiene menos presencia, pero que podría multiplicar su mercado exponencialmente durante los próximos años.
Y es que como bien sabes, Android Auto básicamente lo que hace es reflejar lo que tenemos en nuestro teléfono móvil emparejado sobre la unidad principal instalada en el vehículo, algo que permite a los usuarios poder ejecutar cualquier aplicación compatible, por ejemplo Google Maps.
Pero también existe Android Automotive, un sistema operativo que Google instala de fábrica como parte de asociaciones con varios fabricantes de coches. De esta forma con Android Automotive se ofrece una integración mayor con los servicios de Google y no requiere un teléfono inteligente para funcionar dado que se ejecuta de forma nativa en el hardware disponible en el coche.
Pero mientras que en Android Auto se permite al usuario elegir la aplicación de navegación que desee, no es así en Android Automotive, y eso podría deparar grandes problemas a Google.
Y es que en Android Automotive Google Maps es la única aplicación de navegación, y los de Mountain View justifican que esto se debe a que mezclar la experiencia con otros software podría generar errores. También añaden que combinar Google Maps con el resto de servicios de Google garantiza una experiencia lo más fluida posible.
Sin embargo, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos no está de acuerdo, y ya hay en marcha una investigación en la que según Reuters, el departamento está intentando averiguar si el enfoque de Google con respecto a Android Automotive y algunas de sus aplicaciones como Google Maps es una práctica anti competitiva.
Si todo prospera, podría pasar exactamente como con el tema de los motores de búsqueda porque después de la decisión de la Unión Europea de 2019 se acabó obligando a los de Mountain View a permitir que los usuarios de Android pudieran elegir sus motores de búsqueda predeterminados.
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