El mundo de la naturaleza está lleno de datos sorprendentes. Porque si bien el ser humano es el animal más evolucionado y más singular, el resto de reino animal tiene sujetos realmente extraordinarios. Y, concretamente, los insectos son los más dignos de estudiar.
Por ejemplo, siempre se ha dicho que el animal más fuerte es la hormiga, ya que es el único que puede levantar hasta 50 veces su peso. Eso, traducido a nuestra especie, sería como si un hombre de 80 kilos levantase 4.000 kilos (el récord de peso muerto está en los 501 kilos).
En este sentido, los científicos llevan años probando a medir las extraordinarias capacidades de los insectos. Y la última prueba tiene como protagonista a la mosca, esos insectos tan molestos que en verano no nos dejan dormir la siesta.
Lo más llamativo de la mosca es su capacidad de reacción. Es muy difícil de coger desprevenida y, por muy rápido que seamos nosotros, siempre consiguen huir. De ahí que para matarlas usemos herramientas o espráis.
Por este motivo los investigadores midieron el tiempo que tarda una mosca en reaccionar tras golpear la base en la que estaba posada. Así es como lo hicieron según explica en el vídeo de YouTube el autor, Kyle Gilroy:
"Lo hicimos disparando una flecha a través de una naranja con una ballesta. Curiosamente, descubrimos que se necesitaban casi 50 fotogramas (a 6.000 fotogramas por segundo) antes de que la mosca respondiera batiendo las alas".
Pone una cámara en un tronco en un río y lo cruzan docenas de especies animales diferentes
Un aficionado a la Naturaleza en Pensilvania decidió poner una cámara oculta enfocando a un tronco, pero nunca llegó a imaginar lo que pasaría: ha grabado a docenas de especies animales diferentes cruzando el río a través del tronco.
Según los cálculos, donde utilizaron el número de fotogramas que pasan entre la perturbación y el batir de las alas, los científicos descubrieron que una mosca tiene un tiempo de reacción de unos 8,3 milisegundos.
Esto es 25 veces más rápido que un ser humano, como explican en Microsiervos, ya que nuestra capacidad según los estudios más recientes es de 215 milisegundos. Ahora ya podemos dejar de sentirnos mal: no cazamos a la mosca porque es más rápida, sencillamente.
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