El primer ministro de Italia, Mario Draghi, ha celebrado en la mañana del jueves una rueda de prensa en la Asociación de periodistas extranjeros de Italia donde ha repasado, fundamentalmente, el conflicto entre Rusia y Ucrania y sus múltiples implicaciones. Draghi habló la noche del miércoles durante casi una hora con el presidente ruso, Vladímir Putin, y sacó varias conclusiones. La primera, garantizada por su interlocutor, es que “los europeos seguirán pagando el gas en euros y no en rublos”, como había comenzado a exigir Rusia. “Sería inaceptable, pero también imposible. Todos los intercambios están diseñados en una moneda en general, y no funciona cambiarlos. Las dificultades técnicas son insuperables”, ha señalado Draghi.
La UE había rechazado la exigencia de Rusia de cobrar su gas en rublos y aseguró que era una violación de los contratos vigentes. La amenaza soterrada con dejar de pagar, sumado a las dudas que ha generado en los técnicos económicos rusos, ha provocado una cierta marcha atrás. “Lo digo con las palabras de Putin, los contratos existentes permanecen en vigor, las empresas europeas, y ha remarcado que esto es una concesión solo a ellas, continuarán pagando en euros o en dólares”, dijo el mandatario italiano. Además, insistió en que los precios de los bienes que se intercambian a nivel mundial, como el petróleo, el gas o el grano, se han fijado siempre en dólares y cambiar eso ahora “no es fácil”. La modificación de la divisa comportaría dificultades técnicas “insuperables”, que quizá puedan pensar en transformarse, pero “con mucho tiempo”. Además, Draghi aseguró que tras la conversación mantenida no tiene dudas de que el suministro de gas ruso está garantizado.
El líder italiano, que anunció a Putin nada más descolgar el teléfono que le llamaba para hablar de paz, percibió también durante la charla telefónica que el alto el fuego no está cerca, pese a que vio al líder ruso algo cambiado. “Putin me respondió que estaba de acuerdo en que hablásemos de paz. Pero le dije que ese deseo se tenía que demostrar con un alto el fuego, aunque fuera corto. Y para resolver algunos nodos tiene que reunirse con Zelenski, que lo pide desde el inicio de la guerra. Su respuesta, sin embargo, fue que los tiempos todavía no están maduros y que los negociadores tienen que avanzar con las negociaciones”.
Ambos mandatarios no habían hablado desde el comienzo de la guerra. Y pese a pequeños avances y la aparente retirada de zonas como Kiev, Draghi ha dicho que tras la conversación con Putin conviene tener los pies en el suelo respecto al horizonte de paz, que hoy es más un deseo que una realidad. “Los hechos son que continúan lanzando misiles en Kiev. Todos queremos ver la luz, pero hay que tener los pies en el suelo. Los hechos dicen que las sanciones funcionan, que a la paz se llega si Ucrania sigue defendiéndose. Hay deseo de llegar pronto al final, pero es pronto para superar el escepticismo”, ha señalado.
Draghi confirmó, además, que habló con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sobre la posibilidad de construir un gaseoducto entre Génova (norte de Italia) y Barcelona, aunque por el momento “es solo una hipótesis y tiene que ser estudiada”. La empresa gasística Snam, con una red de más de 33.000 kilómetros de gasoductos en Italia, está ya elaborando estudios técnicos para analizar la viabilidad de la infraestructura.
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Draghi explicó que tras la crisis sobre la energía que se ha abierto por la guerra en Ucrania, los países del Mediterráneo “han constatado que pueden ser un centro logístico importante para el gas ahora y para el hidrógeno mañana”. “Es algo que puede funcionar para llevar los recursos de sur del Mediterráneo al norte de Europa”, añadió. En cualquier caso, insistió, son inversiones que llevan años y no se puede contar con esta infraestructura ahora para resolver el problema actual.
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