Viejos aviones soviéticos para ayudar a Ucrania a detener la agresión rusa. El Gobierno polaco anunció el martes una paradójica pirueta militar: su intención de trasladar a la base que Estados Unidos tiene en Ramstein (Alemania) todos sus cazas MiG-29, de fabricación soviética, para que puedan ser puestos “inmediatamente y sin coste” a disposición de la defensa de Ucrania. Se calcula que suman unas 28 unidades. Washington mostró sus dudas al respecto. “No tenemos claro que haya motivos suficientes para hacerlo”, dijo John Kirby, portavoz del Pentágono. “Seguiremos en contacto con Polonia y nuestros otros aliados de la OTAN para tratar este asunto y los difíciles retos logísticos que representa, pero no creemos que la propuesta de Polonia sea sostenible”. El portavoz estadounidense de Defensa aseguró, con todo, que si Polonia quiere trasferir aviones de combate a Ucrania es “una decisión de su propio Gobierno”. La iniciativa se ha topado con un aviso de Rusia este miércoles: esa entrega de aviones abocaría a un “escenario peligroso”.
Varsovia pedía que les fueran entregados a cambio aviones estadounidenses usados de “una capacidad operativa correspondiente”. Así lo ha comunicado en las redes sociales el titular de Asuntos Exteriores polaco, Zbigniew Rau, después de que el lunes su primer ministro, Mateusz Morawiecki, negara que Polonia tuviera intención de transferir directamente esas aeronaves de combate a Ucrania.
El gesto había pillado por sorpresa a Washington, según reconoció la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, tercera autoridad en la diplomacia estadounidense, durante una audiencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Pero atendía a las aspiraciones expresadas por Estados Unidos y Reino Unido en las últimas semanas, en las que han presionado para que los países de la OTAN que posean aviones de caza de fabricación soviética (esto es: Bulgaria y Eslovaquia, además de Polonia) los pongan a disposición de la fuerza aérea ucrania. Es una súplica a la que Kiev también se ha sumado en varias ocasiones. El interés de que sean estos cazas, uno de los grandes símbolos de la Guerra Fría, y no otros, reside en el hecho de que son las aeronaves con las que han aprendido a volar los pilotos ucranios.
Pocas horas después del ofrecimiento, Rusia ha advertido este miércoles de que crearía un “escenario peligroso”. “Es un escenario muy indeseable y peligroso”, ha dicho el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Varsovia cambió su discurso ante los informes de inteligencia que auguran una intensificación de la ofensiva por parte del ejército ruso ahora que la guerra se acerca a su tercera semana. Y lo hace tras días de negarse al préstamo, por temor a que su decisión fuese vista como un casus belli por Vladímir Putin. Polonia anima también a los otros países a que “hagan lo mismo”. El domingo, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que los países que desearan hacerlo contaban con el permiso de Washington.
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El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, lanzó durante una videollamada con legisladores estadounidenses mantenida el sábado una “petición desesperada para que los países europeos proporcionen aviones de fabricación rusa” para pelear con los invasores rusos. También pidió que Estados Unidos dejara de comprar crudo ruso, deseo que le ha sido concedido este martes. Los congresistas han presionado desde entonces a la Administración de Biden para que facilite la trasferencia de esos aviones de combate.
Polonia, miembro de la OTAN, comparte frontera con Ucrania. Nuland añadió el martes en el Senado que Washington también estaba estudiando la posibilidad de colocar algunas baterías de misiles Patriot en ese país del este de Europa.
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