El general Claudio Graziano (Turín, Italia, 68 años) preside el Comité Militar de la Unión Europea, el máximo órgano castrense de los Veintisiete. “Soy el más veterano y de mayor rango, pero también el más antiguo de los generales en servicio en Europa”, se define en una entrevista con EL PAÍS celebrada este martes en su despacho en Bruselas. Lleva desde el 24 de febrero, cuando Rusia invadió Ucrania, prácticamente reunido en gabinete de crisis con los máximos dirigentes de Bruselas. En su opinión, Moscú ha fracasado en la fase inicial de la guerra. “Putin pensó que iba a ser una campaña rápida, barata y fácil, sin muchas pérdidas, ganando inmediatamente sus objetivos, pero ha resultado todo lo contrario”, dice. “Si no reciben apoyo en unos meses, se quedarán sin recursos”.
Pregunta. ¿Cuánto va a durar la guerra?
Respuesta. En 50 años de carrera nunca he visto la guerra tan cerca y tan amenazante para Europa. Es una contienda de verdad, con tanques, aviones, que ha hecho retroceder el reloj de la historia 70 años. Ya lleva tres semanas y es extremadamente difícil predecir su duración. Es una guerra de agresión contra un país libre llevada a cabo por otro mucho más grande y con un ejército mucho más poderoso. Pero los rusos no han sido capaces de lograr inmediatamente su objetivo; podríamos llamarlo el plan A: sitiar Kiev para derrocar al Gobierno y alcanzar sus objetivos inmediatos en el Donbás. Esta primera fase ha fracasado.
P. ¿Qué ha sucedido después?
R. Han cambiado a una segunda fase, con nuevos medios y otras armas —si se quiere, una guerra muy indiscriminada, aunque aún limitada—, pero también ha fracasado. Hemos visto tres líneas de penetración desde el norte hacia el centro de gravedad de Kiev. Desde el sur para tomar el control del mar Negro; en el noreste y el sureste desde el Donbás, con el fin de ganar terreno. Pero han sufrido grandes bajas, pérdidas logísticas, de suministro y humanas. Necesitan recuperarse y reorganizarse, por lo que ahora están realizando una parada operativa.
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P. ¿Cómo valora la respuesta militar de Ucrania?
R. Los ucranios han mostrado una voluntad y capacidad de lucha impredecible, de resistencia, de usar el sistema de defensa aérea. Se puede decir incluso que [los rusos] están tratando de evitar entrar en las ciudades y ahora ejecutan una guerra de desgaste: en lugar de lanzar una ofensiva, tratan de ganar tiempo con el fin de obtener suministros. Probablemente, el ejército ruso no es tan fuerte como para lanzar una ofensiva, ni está tan bien equipado ni tan desarrollado tecnológicamente, y tal vez no tiene la misma voluntad de lucha que creíamos.
P. ¿Qué ha fallado en sus planes?
R. Han subestimado la calidad y la capacidad del ejército ucranio, y también la fuerza de su pueblo. Alguna vez he hecho la comparación con el ejército afgano que se derritió al sol en Kabul: era relativamente fuerte, pero no tenía ninguna esperanza, porque su presidente huyó. En cambio, el Gobierno y el presidente de Ucrania [Volodímir Zelenski] se mantienen en su lugar y motivan al pueblo, y las Fuerzas Armadas han demostrado la esperanza y la voluntad de defender el país. Ha sido el principal error [de los rusos]. Al no haber sido capaces de superar inmediatamente la defensa de Ucrania, no han ganado superioridad, que es muy importante para esta batalla. Y les ha obligado a reajustar, probablemente, incluso la información que se les dio a los soldados y a los comandantes.
P. ¿Ha desbaratado los planes de Rusia?
R. Lo que Putin pensó que iba a ser una campaña rápida, barata y fácil, sin muchas pérdidas, ganando inmediatamente sus objetivos, ha resultado todo lo contrario: ha sido detenida. El tiempo no ha jugado a favor de Rusia. Los ucranios se han fortalecido y el mundo ha reaccionado. La UE ha comenzado a hablar con una sola voz sobre la defensa común y la OTAN ha encontrado una nueva cohesión. Así que también el efecto psicológico ha sido el contrario: ha compactado a la UE y lo mismo ocurre con los ucranios, cohesionados para luchar contra un agresor. Quizá incluso el agresor se ha dado cuenta de que es un agresor, como demuestra el hecho de que están hablando de usar mercenarios venidos del extranjero. Esto, en cierto modo, supone una escalada porque no siguen las normas de la guerra.
P. ¿Cuánto puede durar la situación?
R. Por supuesto, esperamos siempre que sigan las negociaciones y que podamos encontrar una solución diplomática, aunque el camino sea estrecho. Desde el punto de vista puramente militar, el tiempo viene dictado por la disponibilidad de equipamiento, de armas, de soldados y de voluntad. ¿Hasta qué punto se dan la voluntad y las capacidades de los ucranios? Puede ser unas semanas, técnicamente, o un tiempo muy largo. El presidente de Ucrania dijo hace poco que toda la ciudadanía tiene derecho a tomar las armas contra la invasión, algo que es, por definición, un deber sagrado de todos los países. Eso significa que tal vez hay 40 millones de personas listas para encabezar una resistencia. ¿Qué tipo de resistencia? No lo sé. Ahora corremos el riesgo de que se abra permanentemente una trinchera que divida al mundo de nuevo, y de que, aunque la guerra termine físicamente, continúe bajo otras formas. Aún no ha acabado. Ni siquiera es seguro que los rusos concluyan con éxito porque tal vez la situación les lleve a agotar todos los recursos. Pero, aun así, será largo. Los rusos, desde luego, son fuertes.
P. La prensa ha señalado que Rusia ha pedido ayuda a China.
R. No está realmente confirmado. Pero es muy importante saber cuál va a ser la posición de China porque ahora estamos mirando solo a Rusia y Ucrania, a la UE y la OTAN. Pero ya en 2021 estábamos viviendo en un momento muy peligroso. China quiere convertirse en el país más poderoso en 2049, utilizando un sistema completamente distinto al de Rusia; quiere ser una nación poderosa en términos militares. Su posición va a ser extremadamente importante en el equilibrio de poder. Pero, hasta donde yo sé, no tienen previsto proporcionar suministros a los rusos. Más allá de esto, es indiscutible —es mi opinión personal― que probablemente el presidente de Rusia y Xi Jinping [el de China] han hablado antes y durante estos eventos.
P. ¿Rusia necesita recursos?
R. Han dicho que no necesitan nada. Pero ahora vamos a otro punto; Rusia ha dirigido con éxito durante muchos años operaciones híbridas: Georgia en 2008, Crimea en 2014, Siria en 2015 con los Spetsnaz [fuerzas especiales], en Libia con Wagner [empresa de mercenarios], África Central, Malí… Están construyendo un ejército fuerte y tienen un poder nuclear más fuerte, y para este tipo de esfuerzos el balance de defensa del que dispone Rusia es suficiente. Hablamos de unos 60.000 o 70.000 millones de euros, que es menor que el gasto de la UE, de 250.000 millones. Pero la cantidad de dinero que Rusia dedica es seguramente insuficiente para mantener una capacidad nuclear, para desarrollar un sistema de armas avanzado, para apoyar la guerra a largo plazo. Sin duda, necesitan [recursos]. No son tan fuertes como pensamos en términos generales. Son poderosos. Tienen una combinación de poder y tanques, pero no tienen el mismo nivel de desarrollo tecnológico que los países occidentales. Así que si no reciben el apoyo de alguien en un determinado número de meses, se quedarán sin recursos, eso seguro.
P. ¿Hemos de temer un incidente nuclear?
R. Mire, siempre me preocupan todo tipo de amenazas que pueden venir de todas partes. Nunca pensé que después de 50 años de carrera iba a ver tanques rusos invadiendo Ucrania, que está dentro de Europa. Así que cuando alguien menciona, incluso solo como una amenaza, que pone en alerta los recursos nucleares, me preocupa. No creo que vaya a suceder, pero es un mensaje en el que tenemos que pensar porque hay dos palabras que ya no existían en nuestro diccionario como europeos, guerra y enemigo, que siguen existiendo.
P. ¿Qué mensaje lanza Rusia al atacar la base ucrania de Yavoriv, a 20 kilómetros de la UE?
R. Primero, pretende hacer la guerra psicológica, al enviar el mensaje a los ucranios de que no hay refugio seguro ni siquiera en el oeste. Por otro lado, también es un objetivo táctico porque hay una línea principal de comunicación para el abastecimiento de armas y suministros que viene de Occidente. Además, hay que entender que, como los rusos no están ganando, se produce esta guerra de desgaste. No entran en las ciudades porque sería demasiado costoso y tal vez no tienen todavía la capacidad. No podemos excluir que en el futuro hagan un lanzamiento indiscriminado de cohetes sobre ciudades y pueblos, contra cualquier tipo de objetivo, para intentar derrotar la moral y el espíritu del pueblo ucranio y aumentar sus bajas.
P. ¿Ha derribado la guerra tabúes militares de la UE?
R. Aún queda mucho por hacer. Pero el verdadero cambio histórico ocurrió el pasado 27 de febrero, cuando se decidió en 72 horas aplicar fuertes sanciones contra Rusia, que realmente ponen bajo asedio el país. Y, además, en cuatro horas se decidió aportar 500 millones de euros para apoyar a Ucrania; 450 millones de euros en armas letales. Una decisión que no habría sido posible en la UE en décadas, se tomó en cuatro horas. La UE y la OTAN siempre han reaccionado bien en emergencias. Somos un poco lentos durante la planificación normal. Tal vez estábamos sufriendo de lo que podríamos denominar la fatiga afgana tras muchos años allí. Pero este punto ha sido realmente como pasar de la Belle Époque a las trincheras de la Primera Guerra Mundial. La historia ha cambiado, esta guerra ha sido un impulso para la defensa común europea. No hay duda de ello. Hemos entendido que con una defensa europea fuerte las cosas serán diferentes.
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