Rusia y Ucrania avanzan en el diálogo mientras se recrudecen los ataques rusos | Internacional



El Ejército ruso ha intensificado los ataques contra varias ciudades ucranias este miércoles. En Kiev, los bombardeos han provocado el derrumbe de un edificio residencial de 12 plantas y otro de nueve pisos, causando al menos dos heridos, según el Servicio Estatal de Emergencia ucranio. Los ataques se han repetido en la asediada Mariupol, donde las autoridades ucranias denuncian que las tropas rusas han tomado como rehenes a 400 médicos y pacientes de un hospital, así como en Zaporiyia (sureste del país) y los alrededores de Odesa (suroeste). A pesar de ello, los representantes de Rusia y Ucrania continúan negociando una salida al conflicto y comienzan a acercar posturas. El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha asegurado este miércoles que hay varias cuestiones en las que el acuerdo podría estar próximo, como el estatus neutral de Ucrania. Según fuentes del Kremlim citadas por France Presse, Suecia y Austria podrían ser un modelo de neutralidad. Mientras, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, apuntó en la noche del martes que los encuentros seguirán en los próximos días y que “las posiciones en las negociaciones suenan más realistas”.

En la madrugada de este miércoles se han oído al menos tres fuertes explosiones en el oeste de la capital, una zona que ya había sido objetivo militar el día anterior. Hay al menos dos personas heridas y 35 han sido evacuadas del edificio de viviendas atacado, que se ha derrumbado, en una ciudad que está en pleno toque de queda y donde los ataques se centran en objetivos civiles. La bombardeada capital ucrania recibió el martes la arriesgada visita de tres jefes de Gobierno de países de la UE ―Polonia, República Checa y Eslovenia― para reunirse con Zelenski, que agradeció el gesto de apoyo. “Vuestra visita a Kiev en estos momentos difíciles para Ucrania es un claro signo de apoyo”, indicó a través de su canal oficial de Telegram, en un mensaje acompañado de un vídeo del encuentro. Los tres líderes se encuentran ya de vuelta en territorio de la UE.

Una de las ciudades más golpeadas por Rusia es Mariupol, una urbe situada en el mar Negro y que sufre una situación de catástrofe humana desde hace días. Allí, Ucrania denuncia que el Ejército ruso “ha tomado como rehenes a médicos y pacientes, y ha llevado a al menos 400 personas de las casas cercanas al sótano del hospital”, explicó este martes el comité de derechos humanos del Parlamento de Ucrania en un comunicado. La vice primera ministra, Irina Vereshchuk, ha señalado este miércoles que las tropas rusas están disparando desde allí y ha pedido la liberación de los rehenes.

Precisamente de Mariupol consiguieron escapar el día anterior unas 20.000 personas a través de los corredores humanitarios, pero “cientos de miles” permanecen en sus calles en una situación crítica. Antes de la guerra, la ciudad contaba con unos 450.000 habitantes. La urbe es una pieza clave para que Moscú enlace la península de Crimea, anexionada ilegalmente en 2014, con la zona separatista prorrusa del Donbás, al este del país.

Las fuerzas rusas han atacado objetivos civiles también este miércoles en la ciudad de Zaporiyia, en el sur del país, según ha informado en su cuenta de Telegram Oleksandr Starukh, responsable militar de la administración de la región del mismo nombre. En Zaporiyia se encuentra la central nuclear más grande de Europa, bajo control ruso tras la expulsión de las fuerzas ucranias del complejo con un ataque que puso en riesgo la seguridad de sus reactores, el pasado viernes. Según Starukh, los misiles lanzados este miércoles por las tropas rusas alcanzaron el área de la estación de tren Zaporiyia-2 y la zona donde se ubica el jardín botánico de la ciudad. Por ahora, no hay constancia de víctimas.

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Además de los bombardeos, la población está sometida a la presión psicológica constante que producen las alarmas antiaéreas. Esta pasada madrugada en Odesa, a orillas del mar Negro, los avisos han sonado en repetidas ocasiones desde las 4.30. Es un patrón que se repite estos días en prácticamente todo el país, donde los bombardeos rusos suelen ocurrir justo antes del amanecer. La población no solo sufre el terror de los ataques dirigidos a las viviendas, sino que también contribuyen al agotamiento de semanas en alerta y sin poder apenas descansar ni dormir.

Más cerca del acuerdo

A pesar de que la ofensiva militar sigue recrudeciéndose, la negociación entre Rusia y Ucrania parece este miércoles más cercana que el día anterior. El ministro ruso Lavrov, ha apuntado que ambos países están ahora más cerca de llegar a acuerdos en algunos compromisos, como el estatus de neutralidad de Kiev, es decir, que no entre a formar parte de la OTAN, una línea roja para Moscú. “Me guío por las evaluaciones de nuestros negociadores. Dicen que las negociaciones no son fáciles por razones obvias. Sin embargo, hay esperanzas de alcanzar a un compromiso”, ha señalado Lavrov. Sin embargo, también ha añadido a la televisión rusa RBC que siguen quedando otras cuestiones importantes por debatir, como el uso de la lengua rusa en Ucrania y la “libertad de expresión” en la antigua república soviética.

“Hay una serie de formulaciones de los acuerdos con Ucrania sobre el estatuto de neutralidad y las garantías de seguridad que han estado a punto de lograrse”, ha sostenido Lavrov, que ha lamentado que su homólogo ucranio, Dimitro Kuleba, “no presentó nuevas ideas” durante el contacto trilateral celebrado la semana pasada en Turquía. “Tras una hora y media de encuentro y pese a que recordé en tres o cuatro ocasiones que quería escuchar algo que no estuviera en la esfera pública, no presentó nuevas ideas”. Lavrov ha considerado que Estados Unidos tiene un papel decisivo en la definición de la posición de las autoridades ucranias y ha manifestado que no están viendo por parte de ese país ningún interés por resolver “con rapidez” el “conflicto”.

Por su parte, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ahondó este martes por la noche en la idea de que Ucrania nunca va a formar parte de la Alianza Atlántica. Tras días de exigir, sin resultados, que la OTAN impusiera una zona de exclusión aérea sobre el país para evitar los ataques aéreos de las fuerzas invasoras de Rusia, el mandatario ha recalcado que la ciudadanía empieza a darse cuenta de que el país depende de sí mismo y de la ayuda de sus aliados. También ha cargado contra la Alianza y ha advertido de que otros países pueden ser los siguientes en sufrir la agresión rusa. “Ucrania no es miembro de la OTAN. Lo entendemos”, ha dicho. “Durante años hemos oído hablar de la supuesta puerta abierta, pero ya hemos oído que no debemos entrar. Así es y debemos admitirlo”, se ha resignado Zelenski en una reunión por videoconferencia con los dirigentes de los países miembros de la Fuerza Expedicionaria Conjunta.

Mientras, los jueces del Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas (TIJ) se pronuncian este miércoles sobre las medidas cautelares solicitadas por Ucrania para “detener la actividad militar rusa” en el país. Kiev pidió estas medidas urgentes pocas horas después de la invasión rusa, el pasado 24 de febrero. Ucrania alega que Moscú ha retorcido la noción de genocidio contra la población de habla rusa de la región ucrania del Donbás, situada al este del país, para justificar la agresión. La decisión del TIJ no puede parar la guerra en sí misma, pero las medidas cautelares servirían para no agravar la situación. Rusia no se ha presentado a las audiencias de este caso, celebradas la semana pasada en La Haya.

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