Un hombre mata a una francesa con un hacha en el sur de Marruecos | Internacional



Un hombre de 31 años sin antecedentes policiales mató este sábado con un hacha a una residente francesa de 79 años en la ciudad de Tiznit, situada a 620 kilómetros al sur de Rabat. El agresor había sido filmado con una cámara de vigilancia de una tienda en el mercado de la ciudad, según informó la agencia oficial MAP. Horas después, viajó a la ciudad turística de Agadir, situada a 80 kilómetros al norte de Tiznit. Y allí intentó agredir a los clientes de un café situado en el paseo marítimo. Una ciudadana belga resultó herida con un arma blanca y fue trasladada al hospital.

El individuo fue detenido ese mismo día. Las autoridades no ofrecieron ningún dato sobre él salvo su edad y el hecho de que estuvo ingresado durante un mes en el centro psiquiátrico del hospital Hassan I, de Tiznit, entre septiembre y octubre del año pasado. Los medios locales difundieron fotos con la imagen del agresor. Aparece con barba y con un moratón en la frente, como suelen llevar algunos creyentes musulmanes, tras muchos rezos con la cabeza postrada en el suelo.

Las autoridades marroquíes suelen tener un excelente servicio de información contra el terrorismo. La Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) detiene habitualmente cada mes a varias decenas de individuos supuestamente afiliados a células terroristas. Pero no es la primera vez que un supuesto perturbado mental atenta contra turistas occidentales en Marruecos. Este diario contabilizó seis casos entre 2015 y 2017. La mayoría de ellos se saldaron sin que falleciera la víctima.

El último atentado mortal contra turistas se cometió en diciembre de 2018 cuando fueron degolladas dos montañistas, una noruega y otra danesa, en la localidad de Imlil, puerta de entrada a las excursiones y ascensos al monte Tubqal, en las montañas del Atlas, a unos 400 kilómetros al sur de Rabat. Las autoridades informaron en un primer momento de que sus cadáveres mostraban “signos de violencia con arma blanca”. Pero varios vídeos comenzaron a circular entre la población y las autoridades no tuvieron más remedio que informar de la realidad: habían sido degolladas por tres islamistas que juraban fidelidad al Estado Islámico.

Los tres integristas fueron condenados a pena de muerte en 2019. Aunque se trata de una figura recogida en el Código Penal, la última ejecución en Marruecos data de 1993, seis años antes de que ascendiera al trono el actual rey, Mohamed VI. Un cuarto acusado fue condenado a cadena perpetua. También fueron condenados 20 acusados a penas de entre 5 y 30 años de prisión.

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