Estamos viviendo uno de los años más convulsos en lo que respecta a la subida de precio de los alimentos y eso se debe a la crisis energética, a la huelga de los transportistas y también a la guerra de Ucrania, acontecimientos que parece que durarán todavía un tiempo hasta que sean solventados y puedan traer cierta tranquilidad a los mercados.
Si bien uno de los alimentos que más han subido ha sido la leche, el aceite de girasol y los cereales como el maíz o el trigo, que están importados de Ucrania y Rusia, esto está afectando a que los derivados de estos productos también estén subiendo de precio.
Y es que muchos de estos derivados también se utilizan para alimentar a los animales, y por lo tanto acabará siendo más caro la comercialización de carnes y embutidos.
Así lo ha confirmado Enrique García del departamento de comunicación de relaciones institucionales de la OCU a El Correo. De esta forma el consumidor debe ser consciente de que va a enfrentarse en los próximos meses a la subida de ciertos alimentos que están ligados al conflicto bélico en Ucrania.
Por otra parte desde la organización agraria Asaja han desvelado que el 60 % del aceite de girasol que compra España lo hace a Ucrania, así como el 30 % del maíz, 17 % del trigo, el 31 % de las tortas de aceite vegetales y el 15,4 % de leguminosas de grano.
Es decir, que la subida de precios también está empezando a afectar a los productos elaborados, es decir todos los que llegan al consumidor después de ser procesados en las fábricas.
Así qué alimentos que pensabas que no podían acabar subiendo el precio como la pastelería, la mayonesa, el chocolate o las conservas lo harán próximamente.
También hay que poner el ojo en todas las sanciones que está recibiendo Rusia por la ocupación de Ucrania, dado que con ello también se han aumentado las tensiones de precios de productos y materias primas, afectando así al resultado de las empresas que cargan este déficit en el precio final que ven los consumidores.
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