Colombia vive una de las peores crisis de legitimidad del proceso electoral en décadas. Una semana después de las elecciones legislativas y de las consultas interpartidistas, el Consejo Nacional Electoral se reunió para debatir este martes si había que recontar los votos, algo inédito en Colombia. El registrador nacional aseguró el lunes que solicitaría formalmente un nuevo escrutinio, una idea que también avaló el presidente Iván Duque, pero que no cuenta con sustento legal. El registrador se retractó horas después, pero la polémica ya estaba servida.
Estas son las claves de lo que ha sucedido desde la jornada electoral:
El Pacto Histórico denuncia que no aparecen 400.000 votos
La madrugada del lunes 14 de marzo comenzaron a saltar las primeras alarmas. Integrantes del Pacto Histórico, coalición de la izquierda liderada por el candidato presidencial Gustavo Petro, divulgaron en redes sociales que había 29.000 mesas de votación en las que el Pacto aparecía con cero votos.
La coalición venía hablando desde hacía meses de un posible fraude, así que diseñaron un sistema de vigilancia con testigos voluntarios y una herramienta informática con la que analizaron en tiempo real la información que era transmitida desde los puestos de votación a la Registraduría. Así encontraron irregularidades en el preconteo de los votos [los datos que se ofrecen la misma noche de las elecciones], que luego fueron confirmadas por la Misión de Observación Electoral (MOE) que identificó “comportamientos atípicos en los resultados de las votaciones al Pacto Histórico”.
Los abogados de la coalición hicieron las reclamaciones legales y se hizo un escrutinio preliminar que identificó que no habían sido contabilizados inicialmente cerca de 400.000 votos. Varios líderes políticos promovieron la idea de un “fraude histórico” contra la izquierda, pero otras fuerzas políticas de distinto espectro también identificaron irregularidades y pidieron a sus votantes que entraran a través de un enlace a la web de la registraduría para mirar si su voto había sido contado en la mesa en la que depositaron la papeleta.
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Errores de diseño y transmisión
Mientras las redes seguían inundadas de denuncias de fraude, la MOE y el propio Gustavo Petro identificaron dónde pudo estar el error que condujo a que no se reportaran los votos tanto del Pacto Histórico como de otras fuerzas políticas como el Nuevo Liberalismo y el Partido Verde.
El diseño de los formularios E14, una novedad en esta cita electoral, ponía al Pacto Histórico en una de sus últimas páginas, como si fuera un pie de página después de la lista de otro partido. “Eso facilita que exista el error humano y que al momento de dictar de forma telefónica los datos se salten los números de esa casilla”, explicaba a este diario Diego Rubiano, coordinador del Observatorio Político Electoral de la Democracia, de la MOE.
El escrutinio oficial recoge los votos no contados inicialmente
Tras la corrección de los errores, los resultados del Pacto Histórico fueron mejores que los anunciados la noche del domingo, al pasar de 2,3 millones a casi 2,7 millones de votos –y de 16 a 19 escaños en el Senado–. “En este momento se han recuperado 486.000 votos por el Pacto Histórico al Senado que no fueron reportados. Nos acercamos a tres millones de votos por la lista al Senado”, dijo Petro. A pesar de eso, la izquierda mantuvo su denuncia de fraude.
La derecha azuza la idea de fraude
Una vez se cruzaron los datos del preconteo, que se conocen al final de la jornada electoral, con los del escrutinio formal, que es el que tiene validez jurídica, desde la derecha arreciaron los mensajes de fraude electoral. El expresidente Andrés Pastrana fue el primero. “Las cifras oficiales del Registrador apestan a fraude a favor del Pacto Histórico. El Gobierno debe contratar, con visto bueno de los actores de la elección, dos firmas internacionales independientes para el análisis forense de los procesos de la Registraduría el domingo pasado”, dijo.
Le siguió el expresidente Álvaro Uribe, fundador del partido de Gobierno Centro Democrático, cuya fuerza política perdió poder en el Congreso y pasó de ser la primera a la quinta fuerza en el Senado. Uribe dijo que había formularios con tachones y enmendaduras e invitó a no aceptar los resultados.
Desde comienzos de 2022, voces desde el uribismo venían hablando sobre un presunto hackeo ruso y planteando con suspicacia que Petro se hubiera reunido en España con funcionarios de Indra, la empresa española elegida por el Consejo Nacional Electoral para el escrutinio oficial.
Duque llama a recontar los votos
Con la tensión política en sus niveles máximos y voces desde todos los partidos dudando de la transparencia electoral y criticando las irregularidades del registrador Alexander Vega, el presidente Iván Duque solicitó inicialmente que se reuniera la comisión de garantías electorales. Este lunes dijo que era “recomendable considerar, por parte del Consejo Nacional Electoral, avanzar con un reconteo general en la elección a Senado”. A esa misma solicitud se sumó Vega, quien resaltó “la paranoia de fraude de todas las fuerzas políticas” y achacó las irregularidades en el preconteo a los jurados de votación. A Vega lo critican por haber cambiado la forma en que se elegían los jurados de votación, lo que ocasionó que personas sin experiencia o jóvenes que nunca habían votado se encargaran de esa labor.
El registrador se retracta
La decisión de abrir o no las bolsas de votos generó nuevos debates. “Lo que hace el registrador hoy ahora sí se llama fraude. La cadena de custodia de los votos terminó el sábado. A esta hora pueden estar llenando las bolsas de votos. Desobedecen la decisión de 5.000 jueces. Estamos ante un verdadero golpe de Estado impulsado por Uribe”, dijo el candidato presidencial Gustavo Petro.
Mientras, Álvaro Uribe insistió en el reconteo. “Una cosa es reconocer que el partido retrocedió, aceptar la afectación de mi reputación, reconocer lo que ha faltado al Gobierno (de Iván Duque) y otra cosa es pedir el reconteo en bien de la democracia”.
El Consejo Nacional Electoral se reunió este martes para tomar una decisión. Durante el encuentro, el registrador se retractó y anunció que no pediría el recuento de forma oficial, pero la duda estaba creada y la confianza electoral, quebrada.
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