El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, respondió con contundencia al desafío salido de las calles. A los 14 asesinatos de las pandillas del viernes, el mandatario respondió con un decreto que le da poderes especiales para combatirlos y a los 62 homicidios del sábado respondió con una orden que llega hasta las celdas donde hay miles de pandilleros encarcelados y de donde salen muchas de las órdenes. “Todas las celdas cerradas 24/7, nadie sale ni al patio. Mensaje para las pandillas: por sus acciones, ahora sus ‘homeboys’ no podrán ver ni un rayo de sol”, ordenó el mandatario, dispuesto a llevar el castigo hasta donde más duele.
El resto de las medidas tiene que ver con el despliegue de más soldados y policías en las calles que operarán ahora amparados por un paquete legal que amplía su margen de actuación. Por si había alguna duda, Bukele acompañó sus órdenes de una catarata de mensajes a jueces y fiscales donde les advirtió sobre la nueva situación que reina en el país ante la tentación de atender posibles violaciones a los derechos humanos. “Estaremos pendientes de los jueces que favorezcan delincuentes”, escribió en Twitter. Un día después, este domingo, hubo decenas de detenidos.
El estado de excepción decretado este domingo, que inicialmente durará 30 días, permite a Bukele restringir la libertad de entrada y salida del país, la libertad de expresión, la inviolabilidad de la correspondencia o la prohibición de la intervención de telecomunicaciones sin orden judicial. También quedó suspendida la libertad de asociación y el derecho a ser informado de las razones de un arresto y se extendió el plazo de detención a 15 días, cuando el tiempo habitual es de 72 horas.
“Desde ayer, tenemos un nuevo repunte de homicidios, algo que habíamos trabajado tan duro por reducir. Mientras combatimos a los delincuentes en las calles, tratamos de descifrar lo que está pasando y quiénes están detrás, financiando esto”, escribió Bukele en Facebook, tras la reunión con su equipo de Seguridad. Ante la incertidumbre causada, dijo que: “Servicios religiosos, eventos deportivos, comercio, estudios, etc., pueden seguirse realizando normalmente”.
El estado de excepción de Bukele llegó después de que se supiera que algunas de las 76 víctimas del fin de semana fueron elegidas al azar. Según una fuente de seguridad citada por La Prensa Gráfica y que prefirió hablar en condición de anonimato, entre los muertos de este fin de semana “hay víctimas elegidas al azar. Un señor que estaba haciendo agujeros en la calle y sin mediar palabra lo mataron. Un vendedor de fruta, un panadero, el cliente de un taller. Es un mensaje claro al Gobierno. Ellos, las pandillas, quieren algo y, al parecer, el Gobierno no se lo ha dado. Todo parece indicar que es un ajuste de sangre”, dijo al diario salvadoreño.
La medida más tangible ordenada por Bukele es la llegada a las calles de más militares y policías en los municipios donde se dieron estos homicidios. Sin embargo, los asesinatos ocurrieron en zonas que ya estaban consideradas como prioritarias en el Plan Control Territorial (PCT), un programa de seguridad puesto en marcha desde su llegada al poder en junio de 2019. Según Bukele la reducción se debe a su plan de seguridad que sacó 5.000 soldados a patrullar barrios y colonias en el pequeño país centroamericano.
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Las revelaciones del periódico El Faro, señalan, sin embargo, que el descenso se debe a un pacto con las pandillas MS-13, Barrio 18 Sureños y Barrio 18 Revolucionarios, un ‘ejército’ de casi 70.000 pandilleros en un país de siete millones de habitantes. En cualquier caso, el hecho objetivo es que en 2015 el país contabilizaba 20 asesinatos diarios y hoy ronda los cuatro. Hace seis años, El Salvador tenía una tasa de 103 muertos por cada 100.000 habitantes y hoy está en 17. Más allá de las cifras oficiales, la disminución ha supuesto un cambio radical entre la población y le ha permitido a Bukele apuntalar su popularidad. Durante los dos últimos años ha sido posible tomar el autobús sin temor, mirar el celular en la calle o tomar un taxi en la noche.
En medio de la controversia generada por el estado de excepción, Bukele añadió más enigmas al día al retuitear a una usuaria que detalló haber estado presente en una reunión en la que se planteó su derrocamiento por Estados Unidos. “En Bolivia, en una cena con asesores políticos, dijeron que están siendo contactados por una “organización” de USA, tanto de demócratas como de republicanos, para ‘derrumbar’ a Bukele y operar desde Panamá. Por lo visto ya lo están haciendo”, decía el mensaje retuiteado por el presidente el día que amplió sus poderes.
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