Primero fue, la semana pasada, algo que pareció un desliz de Joe Biden. Luego, una declaración meditada ante la prensa del secretario de Estado, Antony Blinken. Y este miércoles ha llegado la acusación oficial: Estados Unidos considera que Rusia ha cometido “crímenes de guerra”. Así lo ha hecho saber Blinken en un comunicado: “Hoy puedo anunciar que, basándonos en la información actualmente disponible, el Gobierno de Estados Unidos entiende que miembros de las fuerzas rusas han cometido crímenes de guerra en Ucrania”.
El anuncio ha llegado mientras Biden se encontraba viajando a Bruselas, donde participará este jueves en una cumbre extraordinaria de la OTAN y otra del G7, para tratar la mejor manera de reforzar la alianza para detener a Moscú. También asistirá a un encuentro del Consejo Europeo. El viernes viajará a Varsovia para mantener una reunión bilateral con el presidente polaco, Andrzej Duda. Esta mañana (hora local), antes de abordar en Washington el avión presidencial, Biden ha declarado a la prensa que considera “muy creíble” la opción de que el Ejército ruso emplee armas químicas en el frente ucranio.
“El presidente Vladímir Putin ha desatado una violencia implacable que ha causado muerte y destrucción en todo el país. Hemos visto numerosos informes creíbles de ataques indiscriminados y ataques dirigidos deliberadamente contra civiles, así como otras atrocidades. Las fuerzas rusas han destruido edificios de apartamentos, escuelas, hospitales, infraestructuras críticas, vehículos civiles, centros comerciales y ambulancias. Esos ataques han dejado miles de civiles inocentes muertos o heridos”, continúa el comunicado de Blinken. Muchos de esos lugares estaban identificados como sitios de uso civil, como la maternidad de Mariupol, o un teatro de la misma ciudad asediada, que “estaba claramente marcado con la palabra ‘niños’ en ruso, con enormes letras visibles desde el cielo”.
Solo en esa ciudad, “hasta el 22 de marzo, las autoridades calculan que han muerto más de 2.400 civiles”, continúa el comunicado. “Sin incluir la devastación de Mariupol, Naciones Unidas ha confirmado oficialmente más de 2.500 víctimas civiles, entre muertos y heridos, y subraya que el número real es probablemente mayor”.
Blinken denuncia que “las fuerzas de Putin utilizaron estas mismas tácticas en Grozni, en Chechenia, y en Alepo, en Siria, donde intensificaron su bombardeo de las ciudades para romper la voluntad del pueblo”. “Su intento de hacerlo en Ucrania”, añade, “ha vuelto a conmocionar al mundo y, como ha atestiguado sobriamente el presidente Zelenski, ‘ha bañado al pueblo en sangre y lágrimas”.
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“Como ocurre con cualquier presunto delito, un tribunal de justicia con jurisdicción es el responsable último de determinar la responsabilidad penal”, agrega el comunicado. “El Gobierno de Estados Unidos continuará haciendo un seguimiento de las denuncias de crímenes de guerra y compartirá la información que recopile con aliados, socios e instituciones y organizaciones internacionales, según corresponda. Nos comprometemos a perseguir la rendición de cuentas utilizando todas las herramientas disponibles, incluidos los procesos penales”.
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