La dura ofensiva rusa contra Ucrania ha llevado al presidente Volodímir Zelenski a pedir a la OTAN y sus aliados armamento, pero también la creación de una zona de exclusión aérea que impida los ataques desde el aire sobre el país invadido. Estados Unidos y la UE se han movilizado para facilitar armamento a las fuerzas ucranias —el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, ha planteado este domingo la posibilidad de hacer llegar a Kiev aviones de combate procedentes de Polonia, a cambio de dar a Varsovia aparatos más modernos—. Los aliados occidentales, en cambio, han descartado declarar una zona de exclusión aérea en Ucrania. El líder ruso, Vladímir Putin, ha amenazado con utilizar todos los medios militares a su alcance para golpear a cualquier país tercero que interfiera en el conflicto. Este domingo, Rusia ha advertido también de que considerará a los países vecinos que permitan a los aviones ucranios usar sus bases aéreas como parte activa en el conflicto.
¿Qué es una zona de exclusión aérea?
Consiste en prohibir todos los vuelos militares en una determinada zona para evitar misiones aéreas de ataque, de vigilancia o de observación.
¿Qué ventajas tendría para Ucrania?
Evitaría los bombardeos de la aviación rusa y restaría capacidad operativa al ejército del presidente Vladímir Putin en la invasión de un país con más de 600.000 kilómetros cuadrados.
¿Se ha utilizado alguna vez?
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Sí, más de una. Por ejemplo, en los conflictos en Libia (2011), en el norte de Irak (entre 1991 y 2003) o en Bosnia-Herzegovina (1993-95).
¿Cuál fue el desencadenante?
En el caso de Libia, evitar que las fuerzas aéreas del Gobierno de Muamar el Gadafi aplastasen las revueltas de la primavera árabe en el país. En otros casos, se han invocado razones humanitarias o para frenar la persecución y muerte de ciertos grupos étnicos dentro de un país.
¿Cómo se garantiza el cumplimiento de la prohibición?
Por medios militares. Cualquier aparato que entre en la zona de exclusión puede ser derribado.
¿Quién ejerce la vigilancia?
Depende de cada caso. En Libia fue una coalición internacional. En el norte de Irak fueron fuerzas estadounidenses, británicas y francesas. Y la OTAN asumió la operación en la antigua república yugoslava de Bosnia.
¿Cuál es la postura de Occidente en este caso?
Ha descartado aplicar una zona de exclusión. “Los aliados han acordado que no debe haber aviones de la OTAN en espacio aéreo de Ucrania ni tropas de la OTAN en territorio ucranio”, señaló el pasado viernes el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, al término de una reunión extraordinaria de los ministros de Exteriores de los 30 países aliados.
¿Por qué rechazan los occidentales aplicar la exclusión en Ucrania?
Por temor a que provoque una escalada del conflicto y un choque frontal entre potencias nucleares como son Rusia y los principales aliados de la OTAN (Estados Unidos, el Reino Unido y Francia). “La única forma de implementar una zona de exclusión aérea es enviar aviones de la OTAN, aviones de combate en el espacio aéreo de Ucrania, y a partir de ahí se aplica la exclusión derribando aviones rusos”, explicó Stoltenberg el viernes. Los expertos recuerdan, además, que la primera medida para una exclusión es destruir el material antiáereo del posible enemigo, lo que podría obligar a bombardear posiciones rusas en Ucrania.
El secretario general de la Alianza añadió que los aliados están convencidos de que si llevan a cabo esa operación se encaminarán a “una situación que podría terminar provocando una guerra total en Europa, involucrando a muchos más países y causando mucho más sufrimiento humano”. Las palabras de Stoltenberg son tal vez las primeras de un dirigente internacional que evocan el riesgo de que el conflicto sobre Ucrania derive en una tercera Guerra Mundial.
¿Qué ha dicho Rusia al respecto?
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, ha acusado este sábado a Zelenski de intentar involucrar a la OTAN para arrastrar a los occidentales a un choque armado con Rusia. “Intenta provocar un conflicto con participación de la OTAN, entre la OTAN y Rusia”, señaló Lavrov en una rueda de prensa. El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió el 24 de febrero, al iniciar la invasión de Ucrania, que utilizaría todos los medios militares a su alcance para golpear a cualquier país tercero que interfiera en el conflicto. Todas las capitales occidentales han interpretado esas palabras como una amenaza al uso de bombas nucleares. Putin y Lavrov han subrayado varias veces en las últimas semanas que Moscú está dispuesto a utilizar su arsenal atómico. Y el presidente ruso le indicó al presidente francés, Emmanuel Macron, en una de sus recientes conversaciones telefónicas, que “Rusia va a ganar esta guerra, pase lo que pase”. Este domingo, un portavoz del Ministerio de Defensa ruso ha advertido de que “el uso de las bases aéreas de estos países como bases para las fuerzas aéreas ucranias, seguidos de su despliegue contra las fuerzas armadas rusas, podría ser considerado como una participación de estos países en el conflicto armado”.
Llegado el caso, ¿quién tendría que autorizar o decidir la zona de exclusión?
No hay normas internacionales claramente definidas sobre la adopción de esa medida. En algunos casos, se hizo con autorización expresa de Naciones Unidas, como fue en el caso de Libia, aprobada por el Consejo de seguridad con 10 votos a favor y cinco abstenciones (Alemania, Rusia, China, la India y Brasil). En Bosnia-Herzegovina, la ONU también pidió de manera tajante una zona de exclusión aérea para poner fin a la catástrofe humana provocada por uno de los frentes del conflicto de los Balcanes. En Irak, en cambio, se utilizaron como punto de partida las resoluciones de la ONU favorables a una intervención por razones humanitarias, aunque en esos textos no figuraba la autorización explícita de utilizar medios militares.
¿Sería costosa la operación?
Sin duda. Ucrania es el país más grande de Europa, después de Rusia, por lo que el área a cubrir sería inmensa. La zona de exclusión requiere un patrullaje aéreo muy frecuente. La factura también dependería de la duración del conflicto. Los expertos coinciden en que la resistencia ucrania ante la invasión rusa puede llevar a una guerra de larga duración. Solo la participación de EE UU en la zona de exclusión del sur de Irak costó unos 700 millones de euros anuales, según un informe del servicio de estudios del Congreso estadounidense.
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