El opositor ruso Alexéi Navalni pasará más años en la cárcel. Un tribunal de Moscú le ha declarado este martes culpable de fraude a gran escala y de falta de respeto a la justicia. La Fiscalía ha solicitado hasta 13 años de prisión para el activista. La sentencia se conocerá más adelante. “Navalni cometió un fraude al robar bienes ajenos mediante engaño y abuso de confianza”, ha asegurado la jueza Margarita Kotova en el veredicto al que ha tenido acceso la agencia de noticias Interfax.
El opositor cumplía actualmente otra condena de dos años y ocho meses de prisión en una cárcel de máxima seguridad por el caso Yves Rocher, cuyo juicio fue considerado “parcial y arbitrario” por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Ahora, cuatro denunciantes le habían acusado de enriquecerse con los fondos de su Plataforma contra la Corrupción, a lo que se sumó otro cargo por calumnias contra una jueza durante un proceso anterior.
En un primer momento, la Fiscalía acusó al opositor, a su exjefe de campaña, Leonid Volkov, y al exdirector de la Plataforma contra la Corrupción, Román Rubánov, de haber desviado unos 356 millones de rublos (3,1 millones de euros al devaluado cambio actual) “a fines personales” provenientes de la recaudación de su campaña electoral de 2018 y otras acciones.
Sin embargo, el juicio se limitó finalmente a 2,7 millones de rublos (23.000 euros) entregados por cuatro de sus más de 300.000 donantes. En su defensa, Navalni señaló que podría haber sido una trampa por las grandes sumas de dinero aportadas por un mecánico y dos empresarios sometidos a procesos penales.
A estas acusaciones de fraude se sumaron otras dos más por ofensas a una juez, a una fiscal y a un testigo durante una de sus audiencias judiciales de 2021. Navalni fue arrestado el 17 de enero de aquel año por no haberse presentado a las revisiones judiciales de su libertad condicional por el caso Yves Rocher debido a que había estado en coma en una clínica en Berlín, a donde fue trasladado tras haber sido envenenado con Novichok en agosto del año anterior.
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El uso de esta sustancia contra el activista fue confirmado por la investigación de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas de la ONU. Para su desarrollo se necesitan laboratorios muy avanzados, y un análisis de Bellingcat, The Insider y varios medios más denunció que Navalni había sido seguido en varias ocasiones por el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), incluido el viaje en el que cayó en coma. El presidente ruso, Vladímir Putin, justificó su seguimiento meses después aduciendo que trabajaba para intereses extranjeros.
Este nuevo juicio contra Navalni ha tenido lugar en la cárcel de Pokrov, situada en la región de Vladímir y a unos 100 kilómetros al este de Moscú. Los jueces se trasladaron hasta este recinto, donde el activista permanece encarcelado desde que fue detenido, algo que resaltó Navalni durante su defensa. “Nunca en la historia de todos los juzgados de la Federación de Rusia, y creo que incluso en toda la historia de los juicios de la Unión Soviética, se reunió el tribunal en otro territorio, y mucho menos en una cárcel”, dijo Navalni.
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