El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha alertado este miércoles de que las tropas rusas “están listas” para llevar a cabo un ataque sobre Ucrania y de que el Kremlin planea una invasión a gran escala de la antigua república soviética de forma “inminente”. El presidente ruso, Vladímir Putin, decidió el lunes reconocer la soberanía de las regiones orientales ucranias de Donetsk y Lugansk, controladas por fuerzas separatistas prorrusas, y envió soldados a la zona en una supuesta “misión de paz”. La operación ha sido interpretada por Washington y sus aliados occidentales como “el principio de la invasión” del país. Según el Pentágono, la agresión final por parte de Rusia está a punto de comenzar.
“Las fuerzas rusas han continuado concentrándose más cerca de la frontera y se encuentran en una fase avanzada de preparación para actuar o llevar a cabo una acción en Ucrania”, señaló el portavoz del Pentágono, John Kirby, en rueda de prensa. Poco antes, un responsable del mismo departamento había precisado, bajo la condición del anonimato, que el 80% de los más de 150.000 militares rusos destacados en las fronteras ucranias se habían colocado ya en disposición de ataque a la espera de las siguientes órdenes.
En una noche intensa e inquietante, mientras los aeropuertos de Jarkov y Dnipro, en el Este de Ucrania cerraban sus pistas de forma imprevista y Rusia ha cerrado ha cerrado su espacio aéreo en las zonas más cercanas a la frontera con Ucrania, el presidente Volodímiz Zelenski ha enviado un emotivo mensaje a la ciudadanía ucrania y rusa. Kiev está dispuesto a negociar con Moscú en cualquier canal y en cualquier momento, ha dicho en un discurso en ucranio y en ruso divulgado en su canal de Telegram. “Hoy inicié una llamada telefónica con el presidente ruso. El resultado fue el silencio, aunque el silencio debería estar en el Donbas”, ha asegurado en el videocomunicado antes de dirigirse de manera directa a los rusos: “Estamos separados por más de 2000 kilómetros de fronteras mutuas, a lo largo de las cuales se encuentran 200.000 de sus soldados y 1.000 vehículos blindados. Su liderazgo ha aprobado su paso hacia el territorio de otro país. Este paso podría convertirse en el comienzo de una gran guerra”, ha recalcado. “No necesitamos la guerra, ni caliente, ni fría, ni híbrida. Pero si las tropas nos atacan y alguien trata de arrebatarnos nuestro país, nuestra libertad, nuestras vidas, las vidas de nuestros hijos, entonces nos defenderemos. Y cuando nos ataquen verán nuestras aras, no nuestras espaldas”.
Poco ante, han llegado desde Moscú más ingredientes de este cóctel de consecuencias imprevisibles. El Kremlin ha asegurado este miércoles que Putin ha recibido una petición urgente de ayuda de los líderes separatistas de las regiones de Donetsk y Lugansk. La reclamación “para repeler la agresión de las fuerzas armadas de Ucrania” ha elevado las alertas de los servicios de seguridad ucranios y occidentales, que temen que sea un elemento precursor para una agresión militar rusa, con el pretexto de defender a la ciudadanía de las dos autodenominadas “repúblicas populares”, en las que Moscú ha repartido más de 700.000 pasaportes rusos.
Kiev ha negado repetidamente que esté preparando una ofensiva para retomar el control de toda la zona del Donbás, de la que un tercio está desde 2015 bajo control de los secesionistas prorrusos, que reciben el apoyo del Kremlin.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
La crisis ucrania se fraguó a finales del año pasado, cuando Rusia empezó a acumular soldados en su frontera y los servicios de inteligencia de Estados Unidos recabaron las primeras informaciones sobre los supuestos planes de ataque por parte del Kremlin. El conflicto se aceleró en enero. Washington alertó entonces de que Moscú planeaba simular agresiones para conseguir un pretexto con el que justificar la invasión de Ucrania, ocho años después de haberse anexionado de forma ilegal la península de Crimea.
Las acusaciones de ataques entre el Gobierno ucranio y los separatistas prorrusos respaldados por Putin comenzaron el jueves y los primeros soldados rusos entraron el lunes. Para la Administración de Joe Biden, el Kremlin está siguiendo al dedillo el manual que habían anticipado. Estados Unidos ha recalcado que no acudirá con sus propias tropas al rescate del pueblo ucranio, pues el país no pertenece a la OTAN, pero el martes anunció el despliegue de 800 soldados estadounidenses más en los países bálticos —Estonia, Letonia y Lituania― para reforzar el flanco oriental de la Alianza Atlántica. A principios de mes, ya anunció el envío de 3.000 soldados adicionales a Europa del Este. También apoya al Gobierno de Kiev con armamento y ayudas económicas.
EE UU sigue sin dar por muerta la vía diplomática con Rusia, pero esta parece cada vez más improbable. “Esto ha sido un teatro diplomático por parte de los rusos”, ha explicado este miércoles en Washington Ned Price, portavoz del Departamento de Estado. “Decían estar comprometidos con la vía diplomática, mientras sus acciones apuntaban lo contrario”. El presidente francés, Emmanuel Macron, mantuvo el domingo dos conversaciones telefónicas con Putin, tras las cuales anunció que tanto el líder ruso como Biden habían aceptado celebrar una cumbre bilateral. La Casa Blanca lo confirmó. Al día siguiente, sin embargo, el líder ruso lo consideró “prematuro”.
Evacuación de una planta química
Desde el Donbás, los jefes secesionistas de Donetsk y Lugansk, Denis Pushilin y Leonid Pasechnik, respectivamente, argumentaron que el apoyo de Rusia ayudaría a “evitar bajas civiles y una catástrofe humanitaria”, ha dicho el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. El Gobierno ucranio, la OTAN y EE UU llevan semanas alertando de que Moscú ha puesto en marcha una serie de operaciones de falsa bandera —maniobras fabricadas por el Kremlin— para tener la excusa de intervenir. El ministro de Exteriores ucranio, Dmytro Kuleba, ha asegurado que un turno de noche de una importante planta química de la península ucrania de Crimea ha sido evacuado. Apuntó que puede deberse a una posible preparación para una intervención rusa. “Moscú parece no tener límites en los intentos de falsificar pretextos para una mayor agresión”, comentó en las redes sociales.
Una petición de ayuda a Rusia fue una de las causas que derivó este lunes en el reconocimiento de Putin de la independencia de las regiones secesionistas. Algunos analistas creen que el reclamo de este miércoles puede servir a las tropas rusas para entrar abiertamente. Desde que Putin firmó el decreto de reconocimiento, que llevaba aparejado el despliegue de tropas para el “mantenimiento de la paz”, han estado entrando con vehículos sin seña. Otros observadores creen que estas solicitudes podrían llegar a desencadenar un ataque ruso contra Ucrania más grande.
Pushilin, jefe de la región separatista de Donetsk, no descartó este miércoles una “solución militar” para expandirse. Los separatistas reclaman el derecho a hacerse con la totalidad de ambas regiones, de las que ahora solo controlan un tercio.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
0 Comments:
Publicar un comentario