Por actividades que no se corresponden con su estatus y, supuestamente, sin relación alguna con la guerra en Ucrania, EE UU ha anunciado este lunes la expulsión de 12 diplomáticos de la delegación rusa ante Naciones Unidas. La noticia se conoció en plena rueda de prensa del embajador ruso, Vasili Nebenzia, dedicada a analizar la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad ostentada por su país durante el mes de febrero, y que concluye este lunes. Emiratos Árabes Unidos tomará el relevo a partir del martes.
Cuando comparecía ante los periodistas, Nebenzia recibió una llamada telefónica y tras colgar, explicó lo sucedido, afirmando que aún desconocía la identidad de los expulsados y el motivo de la expulsión, y que los afectados tienen de plazo hasta el 7 de marzo para abandonar el país. “Acabo de recibir la noticia de que las autoridades estadounidenses acaban de declarar personas non grata a 12 miembros de la misión”, dijo el representante ruso. “Es una acción hostil y un desprecio y grave violación de los compromisos del país anfitrión [EE UU]” para con los extranjeros que trabajan en Naciones Unidas, dijo Nebenzia, asegurando que Moscú responderá con reciprocidad. La misión rusa está formada por un centenar de personas.
EE UU confirmó la noticia y rechazó que incumpliera sus compromisos con el Acuerdo de País Anfitrión que rige la presencia de la sede de la ONU en territorio estadounidense, dado que esas 12 personas son “agentes de inteligencia” que han “abusado sus privilegios de residencia al involucrarse en actividades de espionaje que son perjudiciales” para la seguridad nacional de Estados Unidos”. Se trata de una acción que lleva “varios meses desarrollándose”, concretó la portavoz estadounidense, Olivia Dalton, dando a entender que la medida no tiene que ver con la actual situación en Ucrania.
En su comparecencia ante los medios, el embajador Nebenzia volvió a rechazar el uso de la palabra ‘guerra’ para nombrar la “operación militar especial” rusa en Ucrania, destinada a “desmilitarizar y desnazificar” el país, como la denominó el presidente ruso, Vladímir Putin, en la madrugada del jueves. El diplomático volvió a responsabilizar a las autoridades de Kiev del conflicto.
En un día de intensa labor negociadora en la sede de la ONU, ante la que se ha desarrollado una protesta contra la agresión rusa, han coincidido una reunión del Consejo de Seguridad a petición de Francia, para votar una resolución que garantice el acceso a la ayuda humanitaria de la población ucrania, y la convocatoria extraordinaria de la Asamblea, el plenario de los 193 países miembros de la organización. Es la undécima en la historia de la organización, y la primera desde 1982, tras la invasión israelí de los Altos del Golán.
La reunión empezó con un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de la invasión rusa de Ucrania. António Guterres, secretario general de la organización, recordó el cerco completo de Kiev y los ataques contra infraestructuras civiles, en contra de lo que sostiene el Kremlin. “La mera idea de un conflicto nuclear es inconcebible”, subrayó el portugués. Los 193 miembros votarán una resolución de condena de la invasión de Ucrania similar a la vetada por Rusia en el Consejo de Seguridad celebrado el viernes. La de la Asamblea no tiene carácter vinculante, pero servirá para cartografiar la postura del mundo al respecto.
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“Si Ucrania no sobrevive, que no nos sorprenda si fracasa la democracia”, dijo el embajador de Ucrania ante la ONU, Sergii Kislitsia, al abrir el turno de oradores. “Salven a Naciones Unidas, salven la democracia y defiendan los valores en los que creemos”, imploró. Kislitsia acusó al Gobierno de Bielorrusia de “facilitar” la invasión rusa y comparó al presidente de Rusia, Vladímir Putin, con Adolf Hitler. “El único culpable es la Federación Rusa, que usa todo su potencial militar para atacar Ucrania, con misiles dirigidos a infraestructura [civil], como guarderías”. Kislitsia intercaló el inglés con el ruso para dirigirse directamente a su homólogo Nebenzia, al que leyó una carta de un soldado ruso a su madre justo antes de morir en combate sobre el horror de la guerra. Kislitsia recordó que “Rusia y solo Rusia” ha empezado este ataque contra territorio ucranio y recalcó que la decisión de invadir ha sido tomada por alguien que “ahora está en un búnker”.
El embajador ruso, como ha venido haciendo en las reuniones del Consejo de Seguridad -cuatro la semana pasada-, negó que tuviesen objetivos civiles y desmintió la ofensiva militar sobre Jarkov y Kiev. “Los bombardeos sobre Jarkov deberían ser verificados y las explosiones en Kiev no son ciertas; no tengo información [al respecto], pero nuestros misiles no están atacando edificios residenciales”, dijo, en contra de lo manifestado por Guterres. Con respecto a la alerta nuclear, “Dios no lo quiera”, subrayó, sostuvo que Putin la declaró a modo de “disuasión”.
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