El presidente ruso, Vladímir Putin, ha cruzado un punto de no retorno. Pocos minutos antes de las seis de la mañana de este jueves, hora de Moscú, una hora antes en Ucrania, el líder ruso ha anunciado una “operación militar especial” en el Donbás. Solo unos minutos después del discurso del jefe del Kremlin, emitido en todos los canales estatales rusos, se registraron grandes explosiones en varios puntos del este de Ucrania, desde Sloviansk y Kramatorsk a Járkov, a 30 kilómetros de la frontera rusa; incluso en Kiev, la capital. El Ministerio del Interior ucranio ha informado de que tropas rusas han aterrizado en la ciudad portuaria de Odessa y están cruzando la frontera en varios punto del país. También, según fuentes de Interior, desde la península ucrania de Crimea, que Rusia se anexionó ilegalmente en 2014. La “operación militar” de Putin que, según el líder ruso, busca desmilitarizar pero “no ocupar” el país, toma color de una invasión a gran escala. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, se ha apresurado a declarar la ley marcial. “El ejército está trabajando. Sin pánico. Somos fuertes. Estamos listos para todo. Derrotaremos a todos”, dijo.
El servicio de emergencia estatal de Ucrania asegura que se lanzaron ataques contra diez puntos ucranios, principalmente en el este y sur del país. “Llega constantemente información sobre los ataques”, dice en una nota la agencia gubernamental. El Ministerio de Defensa ruso afirma, por su parte, que está utilizando “armas de alta precisión” para inutilizar la infraestructura militar, las instalaciones de defensa aérea, los aeródromos militares y los aviones del ejército ucraniano, según la agencia estatal rusa RIA.
Putin, que ha agitado durante meses el argumento de que el de Kiev es un régimen nazi que discrimina a los rusoparlantes y que los ciudadanos de las regiones de Donetsk y Lugansk están sufriendo un “genocidio” ha afirmado en su anuncio que la agresión militar es para “defender y proteger” a la ciudadanía. “Nos esforzaremos por desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Y también por llevar ante la justicia a aquellos que cometieron numerosos crímenes sangrientos contra civiles, incluidos ciudadanos de Rusia”, ha dicho Putin, con gesto serio en un mensaje de vídeo flanqueado por dos banderas rusas.
La agencia rusa Interfax también reportó explosiones en las zonas de Donetsk y Lugansk bajo control de los separatistas prorrusos, que, alimentados por el Kremlin, llevan ocho años luchando contra el Ejército ucranio en una guerra que ha segado ya 14.000 vidas. Una nueva guerra caliente en la zona sería devastadora. Una intervención a gran escala en todo el país, catastrófica.
El lunes, después de un feroz discurso en el que cuestionó la soberanía de Ucrania, que considera un país ficticio, fruto de costurones históricos y diplomáticos, Putin firmó el reconocimiento de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk. Acto seguido, como recogía el decreto, ordenó el envió de tropas a los dos territorios secesionistas, que controlan solo un tercio del territorio del Donbás que reclaman con el aval de Putin.
El líder ruso aseguró este jueves que tomó la decisión tras recibir una petición de ayuda de los líderes de los territorios separatistas respaldados por Rusia en el este de Ucrania. Y al anunciar la operación militar advirtió: “Cualquiera que intente interferir con nosotros, o más aún, crear amenazas para nuestro país y nuestro pueblo, debe saber que la respuesta de Rusia será inmediata y lo llevará a consecuencias como nunca antes ha experimentado en su historia”. “Estamos listos para cualquier giro de los acontecimientos”, añadió.
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Horas antes, en un emotivo discurso a la nación, con gesto contenido pero dramático, Zelenski parecía presagiar que esta noche se iba a producir otra agresión miliar de Rusia. Kiev está dispuesto a negociar con Moscú en cualquier canal y en cualquier momento, ha dicho en un discurso en ucranio y en ruso divulgado en su canal de Telegram.
“Hoy inicié una llamada telefónica con el presidente ruso. El resultado fue el silencio, aunque el silencio debería estar en el Donbas”, aseguró Zelenski, antes de dirigirse de manera directa a los rusos: “Estamos separados por más de 2.000 kilómetros de fronteras mutuas, a lo largo de las cuales se encuentran 200.000 de sus soldados y 1.000 vehículos blindados. Su liderazgo ha aprobado su paso hacia el territorio de otro país. Este paso podría convertirse en el comienzo de una gran guerra”, ha recalcado. “No necesitamos la guerra, ni caliente, ni fría, ni híbrida. Pero si las tropas nos atacan y alguien trata de arrebatarnos nuestro país, nuestra libertad, nuestras vidas, las vidas de nuestros hijos, entonces nos defenderemos. Y cuando nos ataquen verán nuestras caras, no nuestras espaldas”. El golpe a la economía de Rusia de la invasión ha sido inmediato. La bolsa de valores de Moscú ha detenido el comercio y el rublo ha caído a niveles récord frente a las principales monedas.
La noche ha sido inquietante y tensa en el Donbás y en toda Ucrania. El Gobierno, que pese a las alarmas de Estados Unidos y de la OTAN, ha sido escéptico durante semanas sobre una posible invasión, cambió el paso este miércoles. Cerró los aeropuertos de Jarkov, Zaporiya y Dnipro, en el este de Ucrania. Antes, declaró el estado de emergencia y decretó la convocatoria de hasta 36.000 reservistas.
En su discurso emitido en los canales de televisión estatales mientras se desarrollaba el Consejo de Seguridad de la ONU con motivo de la amenaza rusa, el jefe del Kremlin, que desde finales de noviembre ha concentrado decenas de miles de soldados en torno a las fronteras de Ucrania —hasta 190.000, según las últimas informaciones de Estados Unidos—, ha asegurado que los enfrentamientos entre las fuerzas ucranianas y rusas son “inevitables” y “solo una cuestión de tiempo”. Putin ha afirmado que una mayor expansión de la OTAN y su uso del territorio de Ucrania son “inaceptables”.
Además, el presidente ruso llamó a los militares ucranios a deponer las armas y amenazó con una respuesta contundente a aquellos países que decidan intervenir en la situación desde el exterior. “Les insto a que deponga las armas de inmediato y se vayan a casa. Todos los militares del ejército ucranio que cumplan con este requisito podrán abandonar libremente la zona de combate y regresar con sus familias”, afirmó.
“La política del Imperio de las Mentiras, de la que hablé al comienzo de mi discurso, se basa, en primer lugar, en la fuerza bruta directa. En tales casos, decimos: hay poder, no se necesita mente. Y nosotros todos sabemos que el verdadero poder está en la justicia y la verdad, que están de nuestro lado”, dijo Putin. “Y si esto es así, entonces es difícil no estar de acuerdo en que la fuerza y la disposición para luchar son la base de la independencia y la soberanía, son la base necesaria sobre la que solo uno puede construir su futuro”, aseveró.
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